La bella historia de la
Navidad 
Hay
episodios de nuestra historia que nos pueden gustar más o menos, pero están
ahí,
condicionándola y
configurándola.
La irrupción del
cristianismo es uno de esos acontecimientos capitales.
Fue poner el mundo patas
arriba.
Fue convertir lo negro en
blanco y lo blanco en negro.
De lo que para el imperio
romano era la escoria, la nueva doctrina hizo una nueva
humanidad, sobre la que
construyó el mundo en que ahora vivimos, caracterizado
por el principio de igualdad
ante Dios, y de igualdad entre nosotros,
que se ha convertido
civilmente en igualdad ante la ley.
Fue una doctrina que, dejando
de lado a los dominadores, que ya tenían sus dioses,
se ocupó de rescatar a los
dominados, a los desvalidos, esclavos en su inmensa mayoría,
y les dio un dios a su
medida.
Un dios que para devolverles
a los esclavos la fe en sí mismos,
se puso al frente de todos
ellos,
naciendo en la indigencia y
aceptando ser condenado a morir como un esclavo.
Es esto lo que celebramos en
la Navidad, envuelto todo ello en una bella historia:
"Cuando llegó la plenitud de
los tiempos... nació Dios... hecho hombre...
de lo más pobre que había...
para rescatar a toda la humanidad desde abajo de todo.
Si desde entonces la
humanidad ha mejorado, si cada un@ de nosotr@s estamos mejor
en esta civilización de
corte cristiano,
que lo hubiésemos estado en
una de corte romano, felicitémonos.
D/A
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