¿Por qué debemos vivir
con tanta prisa y desperdicio
de vida?
Cuando estamos tranquilos
y actuamos con sabiduría,
nos damos cuenta de que
sólo las cosas grandiosas
y dignas tienen una
existencia permanente
y absoluta,
que los temores
insignificantes
y los placeres frívolos no
son más que una sombra
de la realidad.
A/D
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