Lo Importante Es No Desmayar
Cuando
se te presente la ocasión de una tarea que sea beneficiosa para ti y
que represente para tu vida alguna ventaja notable, no renuncies a
realizarla antes de saber si eres suficientemente fuerte o estás lo
bastante bien dotado para emprenderla. Y
aún suponiendo que no seas efectivamente capaz de llevar a cabo aquello
que para ti representa un paso adelante en la vida, lo que se impone
antes que nada es no desmayar.
En
este caso, no desmayar. No significa, claro está, lanzarse a la tarea
aludida aún en el caso de que no estés preparado o no seas capaz de
salir airoso del paso. No desmayar significa que si hoy no puedes hacer lo que te conviene, es muy posible que puedas hacerlo en el futuro.
Vuelve
un poco la vista atrás y aprende de ti mismo. Tu vida anterior está
más o menos viva en tu recuerdo para que puedas sacar de ella fecundas
enseñanzas. Sin duda te acuerdas de la época en
que asistías a la escuela primaria. Allí te enseñaron a escribir.
Empezaste trazando círculos y líneas, y habría sido absurdo que cuando
tu mano manejaba con singular torpeza y vacilación el lápiz, te
hubiesen propuesto o hubieses intentado espontáneamente llenar una
página de texto con letras de calidad e impecables. ¡No habrías sido
capaz!.
En esa edad, en ese momento del proceso educativo elemental, ni tú ni nadie lo habría podido cumplir. Tuviste
que pasar por centenares de ensayos, errores y correcciones antes de
poder escribir con claridad y soltura. Hoy escribes sin dificultades.
Te obedecen los dedos de la mano y el lápiz sigue, por decirlo así,
paso a paso el dictado de tu pensamiento.
Pero
imagina que mientras trazabas tus primeras líneas y círculos, al ver la
escritura caligráfica aceptable de un compañero más adelantado o de un
hermano mayor, se te hubiese ocurrido la idea absurda de que jamás
llegarías a escribir, que no pasarías nunca de los círculos y líneas, y
que te quedarías en el punto en que estabas.
¿Verdad que hoy tal suposición e incluso la posibilidad de ella te parecen completamente sin sentido?. Y,
sin embargo, acaso te la hayas formulado, si no en el terreno de la
escritura o en otros dominios en que las tareas a realizar suponían
menos esfuerzo, paciencia y constancia para llegar a adquirir la
necesaria habilidad.
Probablemente te habrás creído incapaz, incluso antes de dar un primer paso a fin de adquirir la capacidad precisa. Pero
si para aprender a escribir estuviste largos meses practicando con
garabatos en un principio ilegibles, ¿porqué ahora te vas a atemorizar
ante la idea de un quehacer para cuyo aprendizaje necesitarás tal vez
unas cuantas semanas?.
Hoy,
como entonces, acaso se requiera por tu parte de una larga serie de
intentos para capacitarte en aquello en que no te sientas firme y
seguro. Y tienes que hacer preceder cada intento de un acto de
voluntad personal, porque no tienes ni a tus padres ni a tus maestros
para que te impulsen.
En
efecto, hoy tienes que obligarte a realizar el minúsculo primer
intento, y después, el corto pequeño segundo ensayo, y así
sucesivamente hasta el final de la serie. Si no
puedes hacerlo todo de una vez, si la preparación que requieres es
complicada, te queda la posibilidad de proceder por pequeños avances.
Cada pequeño éxito parcial te animará para el siguiente. Tu seguridad y confianza aumentarán en progresión creciente. Y
llegará el momento en que esto que ahora temes tanto lo harás con la
misma facilidad, con la misma firmeza y con la misma seguridad con que
hoy escribes de corrido un texto cualquiera.
Aprende de ti mismo y saca el máximo provecho de esa compañía que supone todos los recuerdos importantes de tu vida. Y
cuando estés bien preparado para algo, lo harás sin desfallecimientos
ni vacilaciones. Sabrás vencer cualquier voz interior o exterior que
pretenda frenarte los pasos.
DE LA RED