Te he visto
Esta tarde quiero darte las gracias porque te he visto tantas veces. Y hoy no ha sido un día especial. Pero has querido que sintiera especialmente Tu presencia.
Te he visto en los rostros de Griselda, Mirco, Sebastián, Mariela y Alicia con tratamientos en el Notti.
Te he visto en aquella mujer que vendía especias en las puertas del mercado.
Te he visto en aquella viejecita que entraba a la iglesia buscando aquello que, después de haberlo probado todo en la vida, le parece más auténtico.
Te he visto en aquel mozo joven, con contrato temporal, que soportaba pacientemente los gritos del dueño del bar.
Te he visto en Coca y en cada uno de los chicos del Hogar.
Te he visto en los ojos claros y limpios de aquel/lla joven que se preguntaba qué quería ser y hacer en la vida.
Te he visto en el obrero municipal que, con pala en mano, limpiaba las acequias, mientras un grupo de curiosos lo miraban.
Te he visto en el padre y en la madre de familia que volvían cansados a casa después de muchas horas de trabajo.
Te he visto en aquel muchacho/a, que, con cara triste, se inyectaba en el rincón de una calle solitaria.
Te he visto en el rostro de Juan y de Marta que me han anunciado que habían decidido casarse.
Te he visto en aquella religiosa que lleva cuarenta años sirviendo a los enfermos y nunca se habla de ella.
Te he visto en la cara feliz de aquella chica, después de una larga charla para curar su empacho espiritual.
Te he visto...
Ábreme los ojos, Señor, para que te pueda ver, en medio de la vida.
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