San Miguel y la Eucaristía
Se
nos enseña en la Tradición que San Miguel preside
el culto de adoración
que se rinde al Altísimo y ofrece a Dios las oraciones de los fieles
simbolizadas por el incienso que se eleva ante el altar
. La liturgia
nos presenta a San Miguel como el que
lleva el incienso y esta de pie
ante el altar como
nuestro intercesor y el portador de las oraciones de
la Iglesia ante el Trono de Dios.
En el Canon 1 de la Misa: "que tu
ángel
presente ante Ti las oraciones de tu Iglesia"
Es
muy interesante notar en las apariciones marianas
que han incluido
manifestaciones de San Miguel,
que su relación con la Eucaristía, y a
la adoración
debida a Jesús Eucarístico y a la Santísima Trinidad:Fatima
En 1916 se les aparece el ángel por primera vez.
Se arrodilla en tierra
inclina la frente hasta el suelo y
pidió que oraran con el: "Dios mío,
yo creo, adoro,
espero y te amo. Te pido perdón por los que no
creen,
no adoran, no esperan y no Te aman".
Segunda
aparición: "¡Rezad, rezad mucho.
Los corazones de Jesús y María tienen
sobre
vosotros designios de misericordia.
Ofreced constantemente
oraciones y sacrificios al Altísimo!"
Tercera
aparición: Se aparece con un cáliz en sus
manos sobre el cual esta
suspendida una Hostia,
de la cual caían gotas de sangre al cáliz.
Dejando el cáliz y la hostia suspensos en el aire,
se postró en tierra
y repitió tres veces:
"Santísima Trinidad, Padre , Hijo y Espíritu
Santo,
te adoro profundamente y te ofrezco el Preciosísimo
Cuerpo,
Sangre, Alma y Divinidad de Nuestro Señor Jesucristo,
presente en todos
los Sagrarios del mundo,
en reparación por los ultrajes, sacrilegios e
indiferencias
con que El mismo es ofendido. Y por los méritos
infinitos
de su Sagrado Corazón y del Corazón Inmaculado de María
te pido la
conversión de los pobres pecadores".
Después
se levantó y dio la Hostia a Lucia,
y el contenido del Cáliz a Jacinta
y Francisco,
diciendo al mismo tiempo: "Tomad el Cuerpo y bebed la
Sangre de Jesucristo, horriblemente ultrajado por los hombres
ingratos.
Reparad sus crímenes y consolad a vuestro Dios.
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