La princesa de los gorriones
Como todos lo cuentos, ésta historia
comienza con... érase una vez, una princesa.
Rocío, que así se llamaba, vivía feliz en su
pequeño castillo, con su pequeño jardín, en
su pequeño reino.
Ella amaba los bosques que rodeaban el lugar.
Solía pasear, segura, en su pequeño
mundo, a salvo de todo.
Sus padres, los reyes y todos los súbditos, la
amaban profundamente.
Pero Rocío no era feliz.
Hace muchos años, había perdido la alegría.
Las risas ya no poblaban el castillo. Si bien era
un lugar hermoso, era para la princesita a la
vez refugio y prisión.
Cuenta una vieja historia... que a la princesa
le habían robado su corazón.
Tiempo atrás, ella había amado a un príncipe.
Pero él se había ido.
Fue en vano que los reyes consultaran a
magos y hechiceros para devolverle la alegría a
la pequeña. Nada resultaba.
Pero un día como hoy, en uno de sus pequeños
paseos por los pequeños bosques del reino,
la princesa se encontró con un gorrión.
Al principio lo miró de lejos, estudiándolo.
_ No es muy bello. Se dijo_
_ No sabe cantar bonito.
Agregó una de sus hermanas
Día a día, Rocío iba al bosque sólo para ver a
esa extraña ave y le cantaba dulces
canciones de amor.
Una mañana se animó a hablarle...
y quedó hechizada.
No podía casi dormir, a la espera de la mañana
siguiente. Necesitaba volver a ver a su amado.
Todo había cambiado en su pequeño castillo
de su pequeño mundo.
Veía las cosas de otra manera.
_ ¿ Es el mismo sol que siempre me iluminó?
Pensaba
Los reyes, sin saber el motivo, se regocijaban por
la alegría de su hija. Rocío reía todo el día, feliz
sólo con el recordar a su amor.
Pero poco a poco comprendió que muchas
cosas los separaban. Ella no podía volar, y el
gorrión no podía vivir para siempre en el castillo.
Un día de febrero, un 14, la princesa desapareció.
Se dijeron muchas cosas. Que estaba atrapada
en lo de una malvada bruja, que se había ido en
busca del arco iris... que había muerto.
Nunca se la volvió a ver. Pero cada 14 de febrero...
en el pequeño bosque, si escuchan con atención,
oirán la dulce voz de Rocío, cantándole a su amado, transformada para siempre en un gorrión.
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