La Alegría En La Búsqueda Espiritual
Si nada en nuestras vidas sucede por casualidad,
mucho menos en la vida de Aquel que vino al mundo para lavar nuestros pecados con su sangre.
Cristo debe haber pensado bastante antes de decidir cuál era el primer milagro
que debía realizar.
Debe haber tomado en cuenta la cura de un paralítico,
la resurrección de un muerto, la expulsión de un demonio,
algo que sus contemporáneos consideraran como “una noble actitud”;
al final, era la primera vez que iba a mostrarse al mundo como el Hijo de Dios.
Y está escrito: su primer milagro fue transformar agua en vino para animar una fiesta de casamiento.
Que la sabiduría de este gesto nos inspire y que esté siempre presente
en nuestras almas: la búsqueda espiritual es compasión, entusiasmo y alegría.
PAULO COELHO
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