Miércoles
30 de diciembre del 2009
Dejar ir
Dejo ir y dejo que Dios guíe el camino.
Los deportes de invierno ofrecen una oportunidad de diversión.
También nos pueden mostrar cómo enfrentar los retos de la vida.
Observa a un grupo de esquiadores principiantes
y sus expresiones a medida que suben en la silla
por la falda de la montaña.
Algunos demuestran aprehensión, otros emoción.
Algunos sienten miedo anticipando una caída.
Otros van gozosos, listos para enfrentar el descenso con confianza.
¿Cuál de estos grupos de esquiadores me describe en este momento?
¿Anticipo lo que pueda ir mal o acojo cada situación esperando el bien?
Hoy, ¡dejo ir, dejo a Dios actuar y disfruto de la vida!
Ensanchaste mis pasos debajo de mí,
y mis pies no han resbalado. —2 Samuel 22:37