»¿A qué se debe precisamente esta catástrofe
en gestación? ¿Cómo es que a nadie se le
ocurrió que el cambio de tres cifras a cuatro
para representar el año 1000 haría que
reinara la confusión en todo el mundo
civilizado?
A partir del primero de enero todos los
registros cronológicos que contienen
columnas de tres espacios para el año en
vigencia, los cuales los escribas han
venido actualizando meticulosamente en
papel de vitela con renglones trazados a
mano, tendrán que ensancharse para
acomodar columnas de cuatro espacios.
¡Esto representa un gasto enorme! Entre
tanto, la validez de todo documento oficial,
ya sea partida de bautismo o de defunción,
confirmación o coronación, quedará
en tela de juicio.
»"Debimos haberlo esperado --comenta
el Hermano Ambrosio, de la abadía de
San Miguel, aquí en Cantorbery--. Lo que
a mí más me preocupa es que haya tantos
milenaristas entre los fieles, convencidos de
que el juicio final y el fin del mundo habrán
de ocurrir en el año 1000. Y por si eso fuera
poco, otros tantos creen que con el año
1000 comienza el milenio, o sea, los mil años
en que Cristo ha de reinar sobre la tierra.
Es cierto que no sabemos exactamente cuándo
ha de ser, pero tenemos la seguridad de que
no será sino hasta después de un período de
gran tribulación, y eso no ha sucedido...
¡Y ni hablar de otros que asocian el año
mil con la palabra `milagro'!
De ahí que lo llamen el año de los milagros'!
¿Se imaginan la presión que van a ejercer
sobre nosotros para que les hagamos
su milagrito?"
»Pasando al mundo de los negocios, los
panaderos han anunciado que el pastel
oficial del nuevo milenio será las milhojas.
Nos aseguran que habrá un número récord
de milhojas a la venta para las fiestas
del 31 de diciembre. Y los picapedreros
ya han manifestado que van a exigir un
aumento de sueldo a raíz de tener que tallar
una cifra de más en todas las fechas que
aparecen en lápidas, piedras angulares
y monumentos.
El inevitable efecto dominó que causaría
esta alza de precios pudiera sumir en el caos
la hasta ahora estable economía medieval.
»Se ha convocado a una conferencia de
clérigos en Winchester para tratar el asunto,
pero los profetas apocalípticos están
convencidos de que no hay nada que hacer
aparte de prepararnos para la supervivencia
a nivel personal.»
Ojalá que este noticiero satírico de los
sucesos anteriores al año 1000 nos lleve a
reflexionar sobre el refrán del sabio
Salomón, que dice:
«No hay nada nuevo bajo el sol.»
García Márquez noveliza este refrán en Cien
años de soledad por medio de su personaje
Úrsula, que vocifera: «Es como si el tiempo
diera vueltas en redondo y hubiéramos
vuelto al principio.»
Sin embargo, y a propósito, seamos prudentes:
hagamos las paces con Dios y mantengámonos
preparados, pase lo que pase. Porque no
sabemos ni el día ni la hora en que ha de
cerrarse la puerta de oportunidad
para salvarnos.
Hermano Pablo.