Alegrémonos todos en el Señor al
celebrar esta solemnidad en honor de todos los santos. Los ángeles se regocijan
por esta solemnidad y alaban al Hijo de Dios.
ACTO PENITENCIAL
Humildes y penitentes, como el publicano en
el templo, acerquémonos al Dios justo, y pidámosle que tenga piedad de
nosotros, que también nos reconocemos pecadores.
(Se hace una breve pausa en silencio.)
† Señor, ten misericordia de nosotros.
R. Porque hemos pecado contra ti.
† Muéstranos, Señor, tu misericordia.
R. Y danos tu salvación.
† Dios todopoderoso tenga misericordia de
nosotros, perdone nuestros pecados y nos lleve a la vida eterna.
Amén.
SE DICE GLORIA A DIOS
Gloria a Dios en el cielo, y en la tierra
paz a los hombres que ama el Señor. Por tu inmensa gloria te alabamos, te
bendecimos, te adoramos, te glorificamos, te damos gracias, Señor Dios, Rey
celestial, Dios Padre todopoderoso. Señor, Hijo único, Jesucristo. Señor
Dios, Cordero de Dios, Hijo del Padre; tú que quitas el pecado del mundo, ten
piedad de nosotros; tú que quitas el pecado del mundo, atiende nuestra
suplica; tú que estás sentado a la derecha del Padre, ten piedad de nosotros;
porque sólo tú eres Santo, sólo tú Señor, sólo tú Altísimo, Jesucristo, con
el Espíritu Santo en la gloria de Dios Padre. Amén.
ORACIÓN COLECTA
Dios todopoderoso y eterno, que
nos concedes celebrar en una sola fiesta los méritos de todos tus santos; te rogamos
que, por las súplicas de tantos intercesores, derrames sobre nosotros la
ansiada plenitud de tu misericordia.
Por nuestro Señor Jesucristo
II. LITURGIA DE LA PALABRA
Sentados
PRIMERA LECTURA Apoc
7, 2-4. 9-14
Vi
una muchedumbre inmensa, que nadie podía contar, de toda nación, razas,
pueblos y lenguas. El destino eterno del hombre se libra a diario en la vida
temporal, cualquiera que sea su raza, la condición y estado de cada hombre.
Lectura del libro del
Apocalipsis.
Yo, Juan, vi
a un ángel que subía del Oriente, llevando el sello del Dios vivo. Y comenzó
a gritar con voz potente a los cuatro ángeles que habían recibido el poder de
dañar a la tierra y al mar: “No dañen a la tierra ni al mar ni a los árboles hasta
que marquemos con el sello la frente de los servidores de nuestro Dios”.
Oí entonces el número de los que
habían sido marcados: eran ciento cuarenta y cuatro mil pertenecientes a
todas las tribus de Israel. Después de esto, vi una
enorme muchedumbre imposible de contar, formada por gente de todas las
naciones, familias, pueblos y lenguas. Estaban de pie ante el trono y delante
del Cordero, vestidos con túnicas blancas; llevaban palmas en la mano y
exclamaban con voz potente: “¡La salvación viene de nuestro Dios que está
sentado en el trono y del Cordero!”. Y todos los ángeles que estaban
alrededor del trono, de los ancianos y de los cuatro seres vivientes, se
postraron con el rostro en tierra delante del trono, y adoraron a Dios,
diciendo: “¡Amén! ¡Alabanza, glo ria y sabiduría,
acción de gracias, honor, poder y fuerza a nuestro Dios para siempre! ¡Amén!”.
Y uno de los ancianos me preguntó: “¿Quiénes son y de dónde vienen los que
están revestidos de túnicas blancas?”. Yo le respondí: “Tú lo sabes, Señor”.
Y él me dijo: “Estos son los que vienen de la gran tribulación; ellos han
lavado sus vestiduras y las han blanqueado en la sangre del Cordero”.
Palabra de Dios.
COMENTARIO
Esta
visión de Juan nos ofrece una representación simbólica de la liturgia del
Reino: el Cordero, la multitud reunida ante el trono de Dios, las túnicas
blancas, las palmas en las manos y la potente voz que se oía ... Pero todo
ello precedido de la lucha, la persecución y la muerte violenta. No hay otro
modo de seguir tras las huellas del Maestro y anunciar el Evangelio de la
vida que el camino de la cruz. El Evangelio anunciado no se interesa
simplemente por un hecho del pasado, sino trata de hacer revivir en nosotros
la vida del Resucitado, del Inmolado, del Perseguido por excelencia, llevando
al mismo tiempo a los otros los beneficios de la salvación. De ahí que el cristiano
sea un inconformista y se rebele frente a todo lo que atente contra la
dignidad de la persona. Es lo que ha llevado a Juan a proclamar el triunfo
del Cordero y de todos los que se configuren a Él.
SALMO Sal 23, 1-6
R. Así son los que buscan tu rostro, Señor.
O bien: ¡Benditos los que buscan
al Señor!
Del Señor es la tierra y todo lo
que hay en ella, el mundo y todos sus habitantes, porque él la fundó sobre
los mares; él la afirmó sobre las corrientes del océano. R.
¿Quién podrá subir a la montaña
del Señor y permanecer en su recinto sagrado? El que tiene las manos limpias
y puro el corazón; el que no rinde culto a los ídolos ni jura falsamente. R.
Él recibirá la bendición del
Señor, la recompensa de Dios, su Salvador. Así son los que buscan al Señor,
los que buscan tu rostro, Dios de Jacob. R.
SEGUNDA LECTURA 1Jn 3, 1-3
Veremos
a Dios tal cual es. La santidad cristiana es siempre una iniciativa del de
Amor de Dios sobre el hombre, aunque queda bajo la responsabilidad de los
propios hombres el secundar esa iniciativa y esa elección, respondiendo con
amorosa conciencia de hijos de Dios.
Lectura de la primera carta del apóstol san Juan.
Queridos hermanos: ¡Miren cómo
nos amó el Padre! Quiso que nos llamáramos hijos de Dios, y nosotros lo somos
realmente. Si el mundo no nos reconoce, es porque no lo ha reconocido a él.
Queridos míos, desde ahora somos hijos de Dios, y lo que seremos no se ha
manifestado todavía. Sabemos que cuando se manifieste, seremos semejantes a
él, porque lo veremos tal cual es. El que tiene esta esperanza en él, se
purifica, así como él es puro.
Palabra de Dios.
COMENTARIO
Juan
considera aquí al cristiano en su realidad concreta de individuo que está en comunión
con el Padre y el Hijo e indica el motivo de esa comunión en el hecho de ser él
ahora realmente hijo de Dios y objeto de su amor. He aquí nuestra realidad,
que no puede ser comprendida por los que no han experimentado la presencia de
Dios en su vida y en sus obras. El cristiano es consciente de que Dios mora
en su interior.
Sabe
que la salvación realizada por Jesús lo ha convertido en hijo, coheredero con
Él. De esa experiencia que le da la fe brota una alegría profunda e
inacabable, pues ya lo prometió el Maestro: “Nadie podrá arrebatarles su
alegría” (Jn 16, 22). Pero esta alegría debe
comunicarse, ya que ya que «un santo triste es un triste santo».
ALELUYA Mt 11, 28
Aleluya. “Vengan a mí todos los que están afligidos y agobiados,
y yo los aliviaré”, dice el Señor. Aleluya.
EVANGELIO Mt 4,
25—5, 12
Estad
alegres y contentos, porque vuestra recompensa será grande en el cielo. Las
bienaventuranzas evangélicas son el camino auténtico que Cristo nos ha
garantizado con su vida y con su gracia para la santidad cristiana. Son la semblanza
modélica del propio Corazón de Jesucristo.
Evangelio de nuestro Señor
Jesucristo según san Mateo
Seguían a Jesús grandes
multitudes que llegaban de Galilea, de la Decápolis,
de Jerusalén, de Judea y de la Transjordania.
Al ver a la multitud, Jesús subió
a la montaña, se sentó y sus discípulos se acercaron a él. Entonces tomó la
palabra y comenzó a enseñarles, diciendo: “Felices los que tienen alma de
pobres, porque a ellos les pertenece el reino de los cielos. Felices los
afligidos, porque serán consolados. Felices los pacientes, porque recibirán
la tierra en herencia. Felices los que tienen hambre y sed de justicia, porque
serán saciados. Felices los misericordiosos, porque obtendrán misericordia.
Felices los que tienen el corazón
puro, porque verán a Dios. Felices los que trabajan por la paz, porque serán
llamados hijos de Dios. Felices los que son perseguidos por practicar la
justicia, porque a ellos les pertenece el reino de los cielos. Felices
ustedes, cuando sean insultados y perseguidos, y cuando se los calumnie en
toda forma a causa de mí.
Alégrense y regocíjense entonces,
porque ustedes tendrán una gran recompensa en el cielo; de la misma manera
persiguieron a los profetas que los precedieron”.
Palabra del Señor.
COMENTARIO
El
evangelio nos presenta el marco perfecto en el que debe ubicarse la
fotografía de todo varón y de toda mujer que vivieron su vocación a la
santidad en plenitud. El llamar “felices” a los pobres, a los afligidos, a los
perseguidos, a los hambrientos y a los sedientos no implica la justificación
de esas situaciones, sino más bien su condena. Son un estímulo para luchar
contra ellas. La felicidad aquí prometida por el Maestro es posible porque Él
está presente y es ofrecida a los hombres y mujeres que escuchan con fe, a
pesar de la dura realidad de su situación actual. Por tanto, Mateo indica que
la verdadera recompensa y la alegría total no son de este mundo, y sólo pertenecen
a quienes se han puesto en el camino del Sermón de la Montaña: “Sean perfectos
como perfecto es el Padre celestial” (Mt 5, 48).
Homilía
Sentados
Profesión de fe. De pie.
EL CREDO
Creo en Dios Padre todopoderoso. Creador del
cielo y de la tierra. Y en Jesucristo, su único Hijo, nuestro Señor; que fue
concebido por obra y gracia del Espíritu Santo, nació de Santa María Virgen;
padeció bajo el poder de Poncio Pilato, fue crucificado, muerto y sepultado;
descendió a los infiernos; al tercer día resucitó de entre los muertos; subió
a los cielos y está sentado a la derecha de Dios Padre todopoderoso; desde allí
ha de venir a juzgar a los vivos y a los muertos.
Creo en el Espíritu Santo, la Santa Iglesia
Católica, la comunión de los Santos, el perdón de los pecados, la
resurrección de la carne, y la vida eterna. Amén.
ORACIÓN DE LOS FIELES
† En esta oración pública y
comunitaria que vamos a hacer, no se limite cada uno a orar por sí mismo o
por sus necesidades, sino oremos a Cristo, el Señor, por todo el pueblo.
R. Cristo, óyenos, o bien: Cristo, escúchanos.
·Pidamos para todo el pueblo cristiano la
abundancia de la bondad divina.
·Imploremos la largueza de los dones
espirituales para todos los no creyentes.
·Supliquemos la fortaleza del Señor para todos
los que gobiernan las naciones.
·Pidamos al Señor que gobierna el mundo tiempo
bueno y maduración de los frutos
·Roguemos al Señor por todos nuestros hermanos
qué no han podido venir a esta celebración
·Oremos al Juez de todos los hombres por el
descanso eterno de los fieles difuntos...
·Pidamos la clemencia del Salvador para todos
nosotros, que imploramos con fe la misericordia del Señor.
·Imploremos la misericordia de Cristo, el
Señor, en favor nuestro y de nuestros familiares, Confiando en la bondad del
Señor.
† Atiende benignamente
nuestras súplicas, Señor, y escucha las oraciones de tus fieles. Por
Jesucristo nuestro Señor.
R. Amén.
III. LITURGIA EUCARISTICA
ORACIÓN SOBRE LAS OFRENDAS
Señor, sean de tu agrado los
dones que te ofrecemos en honor de todos los Santos y concédenos que ellos que
ya han alcanzado la felicidad eterna, nos hagan sentir su fraterna solicitud por
nuestra salvación. Por Jesucristo nuestro Señor.
PLEGARIA EUCARISTICA
PREFACIO
LA GLORIA DE LA IGLESIA, NUESTRA MADRE
† El Señor esté con
vosotros.
R. Y con tu espíritu.
† Levantemos el corazón.
R. Lo tenemos levantado hacia el
Señor.
† Demos gracias al Señor,
nuestro Dios.
R. Es justo y necesario.
En verdad es justo y necesario,
es nuestro deber y salvación darte gracias siempre y en todo lugar, Señor,
Padre santo, Dios todopoderoso y eterno, por Cristo, Señor nuestro.
Porque hoy nos permites honrar a
la Ciudad santa, la Jerusalén celestial, que es nuestra madre, donde una
multitud de hermanos nuestros ya te alaba eternamente. Nosotros, avanzando en
la fe, nos encaminamos con entusiasmo hacia ella, y nos alegramos al celebrar
la gloria de los miembros más insignes de tu Iglesia; en ellos encontramos al
mismo tiempo ejemplo y ayuda para nuestra fragilidad.
Por eso, unidos a ellos y a todos
los ángeles, te glorificamos unánimemente, y te alabamos con nuestras voces,
diciendo:
Santo, Santo, Santo..
Durante la consagración,
de rodillas, "a no ser que lo impida la estrechez del lugar, la
aglomeración de la concurrencia o cualquier otra causa razonable".
Terminada la consagración y la elevación del cáliz, con la genuflexión del
sacerdote, hasta el final de la misa: de pie.
RITO DE COMUNION
PADRE NUESTRO
Padre nuestro que estás en el
cielo, santificado sea tu nombre; venga a nosotros tu reino; hágase tu
voluntad en la tierra como en el cielo. Danos hoy nuestro pan de cada día;
perdona nuestras ofensas, como también nosotros perdonamos a los que nos
ofenden; no nos dejes caer en la tentación, y líbranos del mal.
LA PAZ
Señor Jesucristo, que dijiste a
tus apóstoles: “La paz os dejo, mi paz os doy”. No tengas en cuenta nuestros
pecados, sino la fe de tu Iglesia, y, conforme a tu palabra, concédele la paz
y la unidad. Tú que vives y reinas por los siglos de los siglos. Amén.
CORDERO
Cordero de Dios, que quitas el
pecado del mundo, ten piedad de nosotros. Cordero de Dios, que quitas el
pecado del mundo, ten piedad de nosotros. Cordero de Dios, que quitas el
pecado del mundo, danos la paz.
ANTÍFONA
DE COMUNIÓN Mt 5, 8-10
Bienaventurados los que tienen un
corazón puro, porque verán a Dios. Bienaventurados los que trabajan por la
paz, porque serán llamados hijos de Dios. Bienaventurados los que son
perseguidos por practicar la justicia, porque a ellos les pertenece el Reino
de los Cielos.
ORACIÓN DESPUÉS DE LA COMUNIÓN
Dios, te adoramos y proclamamos admirable
y el único Santo entre todos tus santos; imploramos tu gracia por la que
alcancemos la santidad en la plenitud de tu amor, y pasemos de esta mesa de
los peregrinos al banquete de la patria del cielo.
Así como Jesús murió y resucitó, de la misma manera Dios llevará con Jesús a los que murieron con él. Y así como todos mueren en Adán, todos revivirán en Cristo.
ACTO PENITENCIAL
·Por el olvido en que dejamos a nuestros difuntos. Señor ten Piedad
·Por olvidar que aquí somos peregrinos hacia la casa del Padre. Cristo ten Piedad
·Por no sacar de la muerte las lecciones para vivir más cristianamente. Señor ten Piedad
ORACIÓN COLECTA
Señor, escucha con bondad nuestros ruegos para que, al aumentar nuestra fe en tu Hijo resucitado de entre los muertos, se afiance también nuestra esperanza en la resurrección de tus servidores difuntos. Por nuestro Señor Jesucristo.
PRIMERA LECTURA
El vidente Juan describe la gloria de la Jerusalén celeste; la guerra, el hambre, el sufrimiento y la muerte han pasado; Dios, que es el Dios de la vida, crea cielos nuevos y una tierra nueva que manifiestan su presencia entre los hombres.
Lectura del libro del Apocalipsis 21, 1-5. 6-7
Yo, Juan, vi un cielo nuevo y una tierra nueva, porque el primer cielo y la primera tierra desaparecieron, y el mar ya no existe más. Vi la Ciudad santa, la nueva Jerusalén, que descendía del cielo y venía de Dios embellecida como una novia preparada para recibir a su esposo. Y oí una voz potente que decía desde el trono: “Ésta es la morada de Dios entre los hombres: él habitará con ellos; ellos serán su pueblo, y el mismo Dios será con ellos su propio Dios. Él secará todas sus lágrimas, y no habrá más muerte, ni pena, ni queja, ni dolor, porque todo lo de antes pasó”. Y el que estaba sentado en el trono dijo: “Yo hago nuevas todas las cosas. Yo soy el Alfa y la Omega, el Principio y el Fin. Al que tiene sed, yo le daré de beber gratuitamente de la fuente del agua de la Vida. El vencedor heredará estas cosas y yo seré su Dios y él será mi hijo”.
Palabra de Dios.
COMENTARIO
Esta lectura forma parte de la sección del Apocalipsis donde se describe la total y definitiva derrota del mal (Apoc 19,11–22,5), representada aquí simbólicamente por el mar. Como en el tiempo del primer éxodo, el mal desaparecerá para siempre, delante de la marcha triunfal del nuevo pueblo de Dios, que será definitivamente liberado de toda tribulación. Para describir esta alegre y esperanzadora realidad, el autor relee en una nueva perspectiva las profecías de la renovación mesiánica: habrá “un cielo nuevo y una tierra nueva” (cf.Is 65,17; 66, 22); será como una “novia preparada para recibir a su esposo” (cf. Is 61,10; 62, 4-6; Os 2,16); será un habitar con Dios y ya no habrá más lugar para el dolor, la muerte y las lágrimas.
SALMO
Al Señor de la vida, que secará todas nuestras lágrimas, y no habrá más muerte, ni pena, ni queja, ni dolor, porque todo lo de antes pasó, proclamamos la antífona del salmo: R. El Señor es mi luz y mi salvación.
Sal 26, 1. 4. 7-9. 13-14
R. El Señor es mi luz y mi salvación.
O bien: Contemplaré la bondad del Señor.
El Señor es mi luz y mi salvación, ¿a quién temeré? El Señor es el baluarte de mi vida, ¿ante quién temblaré? R.
Una sola cosa he pedido al Señor, y esto es lo que quiero: vivir en la casa del Señor todos los días de mi vida, para gozar de la dulzura del Señor y contemplar su templo. R.
¡Escucha, Señor, yo te invoco en alta voz; apiádate de mí y respóndeme! Yo busco tu rostro, Señor, no lo apartes de mí. R.
Yo creo que contemplaré la bondad del Señor en la tierra de los vivientes. Espera en el Señor y sé fuerte; ten valor y espera en el Señor. R.
SEGUNDA LECTURA
La resurrección de Cristo es el fundamento de nuestra fe. Momento para reafirmarla.
1Cor 15, 20-23
Lectura de la primera carta del apóstol san Pablo a los cristianos de Corinto.
Hermanos: Cristo resucitó de entre los muertos, el primero de todos. Porque la muerte vino al mundo por medio de un hombre, y también por medio de un hombre viene la resurrección. En efecto, así como todos mueren en Adán, así también todos revivirán en Cristo, cada uno según el orden que le corresponde: Cristo, el primero de todos, luego, aquéllos que estén unidos a él en el momento de su Venida.
Palabra de Dios.
COMENTARIO
El contexto de este capítulo de Pablo, habla de la resurrección de los muertos. En los versículos que leemos, el Apóstol resalta el paralelismo entre el pecado y la muerte que nos trajo Adán, y la salvación y resurrección traídas por Cristo. Lo mismo que Cristo fue el primero que resucitó, así resucitarán todos los demás fieles en Cristo al final de los tiempos; entonces la victoria de Cristo se manifestará de forma definitiva sobre el mal y la muerte como último enemigo. Pero sólo cuando todos los suyos hayan participado de la resurrección, Él habrá cumplido perfectamente su obra y Dios será todo en todos.
ALELUYA Lc 24, 5
Aleluya. ¿Porqué buscan entre los muertos al que está vivo? Aleluya.
EVANGELIO
El mensaje de la resurrección nos llena de alegría, pero también nos compromete a no permanecer en la muerte del pecado. Que también de nosotros pueda decirse: ¡No está aquí; ha resucitado!
Evangelio de nuestro Señor Jesucristo según san Lucas 24, 1-8
El primer día de la semana, al amanecer, las mujeres fueron al sepulcro con los perfumes que habían preparado. Ellas encontraron removida la piedra del sepulcro y entraron, pero no hallaron el cuerpo del Señor Jesús. Mientras estaban desconcertadas a causa de esto, se les aparecieron dos hombres con vestiduras deslumbrantes. Como las mujeres, llenas de temor, no se atrevían a levantar la vista del suelo, ellos les preguntaron: «¿Por qué buscan entre los muertos al que está vivo? No está aquí, ha resucitado. Recuerden lo que él les decía cuando aún estaba en Galilea: “Es necesario que el Hijo del hombre sea entregado en manos de los pecadores, que sea crucificado y que resucite al tercer día”». Y las mujeres recordaron sus palabras.
Palabra del Señor.
COMENTARIO
Llegan las mujeres y observando que la tumba está vacía quedan desconcertadas. No caben aquí los razonamientos humanos. La respuesta a tal misterio viene de Dios y se deja oír en la voz de dos hombres: “No está aquí, ha resucitado. Recuerden lo que Él les decía cuando aún estaba en Galilea”. Lo que sucede es el contenido y la verdad de lo que había comenzado en Galilea. El principio del cristianismo no consiste en discutir sobre una tumba vacía. El gran problema está en la vida de Jesús, abierta al Padre y donada a los hombres; sobre esa vida se cierne la victoria de Dios, que ha convertido a Jesús en el Mesías total de nuestra historia. La tumba es sólo un signo en medio del camino. Por eso, entender la resurrección implica comprender todo el mensaje de vida del Maestro; y penetrar en esa vida presupone ver su meta abierta en el misterio de la pascua.
CREDO
ORACIÓN DE LOS FIELES
Oramos por todos los difuntos, que ya gozan de la bienaventuranza eterna.
·Para que los cristianos vivamos nuestra fe con ilusión, y dejemos que la gracia nos transforme. Oremos.
·Para que los gobernantes de las naciones, con espíritu de justicia, promuevan la paz en el nuevo milenio. Oremos.
·Para que en nuestra sociedad se reconozca y valore lo sencillo, lo humilde y lo cotidiano, y se tenga en cuenta a todos los ciudadanos. Oremos.
·Para que nuestros hermanos y hermanas, que trabajan por el bien de los pobres y necesitados, sepan que el Reino ya les pertenece. Oremos.
·Por los enfermos para que reciban el alivio en su enfermedad, consolados por el amor de Dios. Oremos (nombrar)
·Por todos los difuntos que tanto amamos en su vida terrenal, para que el Señor les de la paz de la vida eterna. Oremos (nombrar)
ORACIÓN SOBRE LAS OFRENDAS
Señor, recibe con bondad nuestros dones, para que tus servidores difuntos sean recibidos en la gloria con tu Hijo, a quien nos unimos por este gran sacramento de su amor. Por Jesucristo nuestro Señor.
PREFACIO DE DIFUNTOS I
No se nos quita la vida, se nos cambia por otra mejor
El Señor esté con ustedes.
Y con tu espíritu.
Levantemos el corazón.
Lo tenemos levantado hacia el Señor.
Demos gracias al Señor, nuestro Dios.
Es justo y necesario.
En verdad es justo y necesario, es nuestro deber y salvación darte gracias siempre y en todo lugar, Señor, Padre santo, Dios todopoderoso y eterno, por Cristo nuestro Señor.
En el cual resplandece la esperanza de nuestra feliz resurrección; y así, aunque la certeza de morir nos entristece, nos consuela la promesa de la futura inmortalidad.
Pues, para quienes creemos en ti, Señor, la vida se transforma, no se acaba; y disuelta nuestra morada terrenal, se nos prepara una mansión eterna en el cielo.
Por eso, con los ángeles y los arcángeles y con todos los coros celestiales, cantamos sin cesar el himno de tu gloria:
Santo, Santo, Santo...
ANTÍFONA DE COMUNIÓN Jn 11, 25-26
Dice el Señor: “Yo soy la resurrección y la Vida. El que cree en mí, aunque muera, vivirá; y todo el que vive y cree en mí, no morirá jamás”.
ORACIÓN DESPUÉS DE LA COMUNIÓN
Señor, te pedimos que recibas en la morada de la luz y de la paz a tus servidores difuntos, ya que por ellos hemos celebrado el misterio pascual.
Por Jesucristo nuestro Señor.
Comulgar con Cristo, es comulgar con la voluntad del Padre: ésa es la garantía de una vida llena de obras buenas y de una “pascua” serena en Dios.
Cuidaré de mis ovejas —dice el Señor—, y suscitaré un pastor que las apaciente: Yo, el Señor, seré su Dios.
ORACIÓN COLECTA
Señor, te pedimos que conserves en tu pueblo aquel espíritu que derramaste en el obispo san Carlos Borromeo, para que la Iglesia se renueve incesantemente y, transformándose en imagen de Cristo, pueda mostrar al mundo el rostro de tu Hijo. Que es Dios y vive y reina contigo en la unidad del Espíritu Santo, por los siglos de los siglos.
LECTURA Rom 13, 8-10
Lectura de la carta del Apóstol san Pablo a los cristianos de Roma.
Hermanos: Que la única deuda con los demás sea la del amor mutuo: el que ama al prójimo ya cumplió toda la Ley. Porque los mandamientos: “No cometerás adulterio, no matarás, no robarás, no codiciarás”, y cualquier otro, se resumen en éste: “Amarás a tu prójimo como a ti mismo”. El amor no hace mal al prójimo. Por lo tanto, el amor es la plenitud de la Ley.
Palabra de Dios.
COMENTARIO
El Maestro y Pablo predican la ley del amor, que es resumen y perfección de la Ley. Los tres primeros preceptos del Decálogo contemplan las relaciones del hombre con Dios. Los restantes regulan las relaciones de los hombres entre st La letra sola mata, pero sin la letra no se formula bien ni se salvaguardan las exigencias del espíritu. En cuanto al valor de las obras de la vida diaria “el Señor no se fija tanto en la magnitud de las obras como en el amor que las inspira”, escribió santa Teresa.
SALMO
Sal 111,1-2.4-5.9
R. Feliz el que se compadece y da prestado.
Feliz el hombre que teme al Señor y se complace en sus mandamientos. Su descendencia será fuerte en la tierra: la posteridad de los justos es bendecida. R.
Para los buenos brilla una luz en las tinieblas: es el Bondadoso, el Compasivo y el Justo. Dichoso el que se compadece y da prestado, y administra sus negocios con rectitud. R.
Él da abundantemente a los pobres: su generosidad permanecerá para siempre, y alzará su frente con dignidad. Feliz el hombre que teme al Señor. R.
ALELUYA 1Ped 4,14
Aleluya. Felices si son ultrajados por el Nombre de Cristo, porque el Espíritu de Dios reposa sobre ustedes. Aleluya.
EVANGELIO Lc 14, 25-33
Evangelio de nuestro Señor Jesucristo según san Lucas.
Junto con Jesús iba un gran gentío, y él, dándose vuelta, les dijo: Cualquiera que venga a mí y no me ame más que a su padre y a su madre, a su mujer y a sus hijos, a sus hermanos y hermanas, y hasta a su propia vida, no puede ser mi discípulo. El que no carga con su cruz y me sigue no puede ser mi discípulo. ¿Quién de ustedes, si quiere edificar una torre, no se sienta primero a calcular los gastos, para ver si tiene con qué terminarla? No sea que una vez puestos los cimientos, no pueda acabar y todos los que lo vean se rían de él, diciendo: “Este comenzó a edificar y no pudo terminar”. ¿Y qué rey, cuando sale en campaña contra otro, no se sienta antes a considerar si con diez mil hombres puede enfrentar al que viene contra él con veinte mil? Por el contrario, mientras el otro rey está todavía lejos, envía una embajada para negociar la paz. De la misma manera, cualquiera de ustedes que no renuncie a todo lo que posee no puede ser mi discípulo.
Palabra del Señor.
COMENTARIO
Después de la parábola de los invitados a la cena, el Maestro expone de un modo explícito las exigencias del discipulado. El Reino está próximo. Esta realidad lo cambia todo y es necesario saber lo que se quiere. Para seguir al Maestro es necesario subordinar todos los lazos humanos a su persona, y tomarla cruz y seguirlo. Ahora bien, habiendo venido Cristo, toda relación con las personas y con las cosas pasa por su mediación y es relativizada por ella.
ORACIÓN SOBRE LAS OFRENDAS
Señor, mira los dones depositados sobre tu altar en la conmemoración de san Carlos, y por la eficacia de este sacrificio concede que, así como a él lo esclareciste por su admirable solicitud pastoral y el mérito de sus insignes virtudes, también a nosotros nos hagas abundar en frutos de buenas obras. Por Jesucristo nuestro Señor.
ANTÍFONA DE COMUNIÓN Jn 15, 16
Dice el Señor: “No son ustedes los que me eligieron, sino yo el que los elegí y los destiné para que vayan y den fruto, y ese fruto sea duradero”.
ORACIÓN DESPUÉS DE LA COMUNIÓN
Señor, te pedimos que este sacramento recibido nos obtenga aquella fortaleza de espíritu, que hizo a san Carlos fiel en el desempeño de su ministerio episcopal y fervoroso en la práctica de la caridad. Por Jesucristo nuestro Señor.
No me abandones, Señor, Dios mío,
no te quedes lejos; apresúrate a venir en mi ayuda, Señor mío, mi salvación.
ORACIÓN COLECTA
Dios todopoderoso y lleno de
misericordia, de cuya bondad proviene que tus fieles puedan servirte con toda
dignidad; concédenos que caminemos sin tropiezos hacia los bienes prometidos.
Por nuestro Señor
Jesucristo.
LECTURA Rom 14, 7-12
Lectura de la
carta del apóstol san Pablo a los cristianos de Roma.
Hermanos: Ninguno de nosotros vive
para sí, ni tampoco muere para sí. Si vivimos, vivimos para el Señor, y si
morimos, morimos para el Señor: tanto en la vida como en la muerte,
pertenecemos al Señor. Porque Cristo murió y volvió a la vida para ser Señor
de los vivos y de los muertos. Entonces, ¿con qué derecho juzgas a tu
hermano? ¿Por qué lo desprecias? Todos, en efecto, tendremos que comparecer
ante el tribunal de Dios, porque está escrito: «Juro que toda rodilla se
doblará ante mí y toda lengua dará gloria a Dios», dice el Señor. Por lo
tanto, cada uno de nosotros tendrá que rendir cuenta de sí mismo a Dios.
Palabra de Dios.
COMENTARIO
En todo
el capítulo 14 de esta carta, Pablo exhorta a no juzgarse entre hermanos. Al
juzgar las actitudes de los demás, muchas veces lo hacemos desde el prejuicio
y terminamos despreciando a los otros. El Señor es el único juez y el que
conoce las intenciones del corazón.
SALMO Sal 26, 1. 4. 13-14
R. ¡Contemplaré la
bondad del Señor!
El Señor es mi luz y mi salvación,
¿a quién temeré? El Señor es el baluarte de mi vida, ¿ante quién temblaré?
R. ¡Contemplaré la bondad del
Señor!
Una sola cosa he pedido al Señor, y
esto es lo que quiero: vivir en la Casa del Señor todos los días de mi vida,
para gozar de la dulzura del Señor y contemplar su Templo.
R. ¡Contemplaré la bondad del
Señor!
Contemplaré la bondad del Señor en
la tierra de los vivientes. Espera en el Señor y sé fuerte; ten valor y
espera en el Señor.
R. ¡Contemplaré la bondad del
Señor!
ALELUYA Mt 11, 28
Aleluya. - Vengan
a mí todos los que están afligidos y agobiados, y yo los aliviaré , dice el Señor. Aleluya.
EVANGELIO Lc 15, 1-10
Evangelio de
nuestro Señor Jesucristo según san Lucas.
Todos los publicanos y pecadores se
acercaban a Jesús para escucharlo, pero los fariseos y los escribas
murmuraban, diciendo: - Este hombre recibe a los pecadores y come con ellos
-. Jesús les dijo entonces esta parábola: - Si alguien tiene cien ovejas y
pierde una, ¿no deja acaso las noventa y nueve en el campo y va a buscar la
que se había perdido, hasta encontrarla? Y cuando la encuentra, la carga
sobre sus hombros, lleno de alegría, y al llegar a su casa llama a sus amigos
y vecinos, y les dice: ‘Alégrense conmigo, porque encontré la oveja que
se me había perdido’. Les aseguro que, de la misma manera, habrá más
alegría en el cielo por un solo pecador que se convierta, que por noventa y
nueve justos que no necesitan convertirse-. Y les dijo también: -Si una mujer
tiene diez dracmas y pierde una, ¿no enciende acaso la lámpara, barre la casa
y busca con cuidado hasta encontrarla? Y cuando la encuentra, llama a sus
amigas y vecinas, y les dice: ‘Alégrense conmigo, porque encontré la
dracma que se me había perdido’. Les aseguro que, de la misma manera,
se alegran los ángeles de Dios por un solo pecador que se convierte-
Palabra del Señor.
COMENTARIO
Jesús
participa en banquetes con publicanos y pecadores, pues comer con
“impuros” es imagen del banquete del Reino que comparten todos
aquellos que estaban lejos y ahora se sientan a la mesa. Para los que
critican su conducta, Jesús narra estas dos parábolas que hablan de la
alegría que existe en el Reino por cada pecador que se convierte.
ORACIÓN SOBRE LAS OFRENDAS
Señor, que este sacrificio sea para
ti una ofrenda pura, y para nosotros, fuente generosa de tu misericordia.
Por Jesucristo
nuestro Señor.
ANTÍFONA DE COMUNIÓN Jn 6, 58
Dice el Señor: Así como yo, que he
sido enviado por el Padre que tiene vida, vivo por el Padre, el que me come
vivirá por mí.
ORACIÓN DESPUÉS DE LA COMUNIÓN
Señor, acrecienta en nosotros la
acción de tu poder, para que alimentados con este divino sacramento, nos
preparemos a recibir los bienes que nos promete.
Dichosa eres, Virgen María, porque llevaste en tu seno al Autor del universo. Engendraste atu Creador y permaneces Virgen para siempre.
ORACIÓN COLECTA
Te pedimos, Padre, que la gloriosa intercesión de la Virgen María nos ayude para que, libres de todo peligro, podamos gozar de tu paz. Por nuestro Señor Jesucristo.
LECTURA Rom 16, 3-9. 16. 22-27
Lectura de la carta del apóstol san Pablo a los cristianos de Roma.
Hermanos: Saluden a Prisca y a Aquila, mis colaboradores en Cristo Jesús. Ellos arriesgaron su vida para salvarme, y no sólo yo, sino también todas las Iglesias de origen pagano, tienen con ellos una deuda de gratitud. Saluden, igualmente, a la Iglesia que se reúne en su casa. No se olviden de saludar a mi amigo Epéneto, el primero que se convirtió a Cristo en Asia Menor. Saluden a María, que tanto ha trabajado por ustedes; a Andrónico y a Junia, mis parientes y compañeros de cárcel, que son apóstoles insignes y creyeron en Cristo antes que yo. Saluden a Ampliato, mi amigo querido en el Señor; a Urbano, nuestro colaborador en Cristo, y también a Eustaquio, mi querido amigo. Salúdense mutuamente con el beso de paz. Todas las Iglesias de Cristo les envían saludos. Yo, Tercio, que he servido de amanuense, los saludo en el Señor. También los saluda Gayo, que me brinda hospedaje a mí y a toda la Iglesia. Finalmente, les envían saludos Erasto, el tesorero de la ciudad y nuestro hermano Cuarto. ¡Gloria a Dios, que tiene el poder de afianzarlos, según la Buena Noticia que yo anuncio, proclamando a Jesucristo, y revelando un misterio que fue guardado en secreto desde la eternidad y que ahora se ha manifestado! Éste es el misterio que, por medio de los escritos proféticos y según el designio del Dios eterno, fue dado a conocer a todas las naciones para llevarlas a la obediencia de la fe. ¡A Dios, el único sabio, por Jesucristo, sea la gloria eternamente! Amén.
Palabra de Dios.
COMENTARIO
La carta finaliza con saludos cariñosos para todos los hermanos y hermanas con quienes Pablo comparte la fe y la tarea evangelizadora. El saludo a Prisca y Aquila “y a la comunidad que se reúne en su casa” revela la importancia de las casas como centro de vida comunitaria en esta época en la cual los cristianos no tenían templos.
SALMO Sal 144, 2-4. 6. 10-11
R. ¡Bendeciré al Señor eternamente!
Señor, día tras día te bendeciré, y alabaré tu Nombre sin cesar. ¡Grande es el Señor y muy digno de alabanza: su grandeza es insondable!
R. ¡Bendeciré al Señor eternamente!
Cada generación celebra tus acciones y le anuncia a las otras tus portentos: Ellas publican sus tremendos prodigios y narran tus grandes proezas.
R. Bendeciré al Señor eternamente!
Que todas tus obras te den gracias, Señor, y tus fieles te bendigan; que anuncien la gloria de tu reino y proclamen tu poder.
R., ¡Bendeciré al Señor eternamente!
ALELUYA 2Cor 8, 9
Aleluya. Jesucristo, siendo rico, se hizo pobre por nosotros, a fin de enriquecernos con su pobreza. Aleluya.
EVANGELIO Lc 16, 9-15
Evangelio de nuestro Señor Jesucristo según san Lucas.
Jesús decía a sus discípulos: -Gánense amigos con el dinero de la injusticia, para que el día en que éste les falte, ellos los reciban en las moradas eternas. El que es fiel en lo poco también es fiel en lo mucho, y el que es deshonesto en lo poco también es deshonesto en lo mucho. Si ustedes no son fieles en el uso del dinero injusto, ¿quién les confiará el verdadero bien? Y si no son fieles con lo ajeno, ¿quién les confiará lo que les pertenece a ustedes? Ningún servidor puede servir a dos señores, porque aborrecerá a uno y amará al otro, o bien se interesará por el primero y menospreciará al segundo. No se puede servir a Dios y al Dinero-. Los fariseos, que eran amigos del dinero, escuchaban todo esto y se burlaban de Jesús. Él les dijo: -Ustedes aparentan rectitud ante los hombres, pero Dios conoce sus corazones. Porque lo que es estimable a los ojos de los hombres resulta despreciable para Dios-.
Palabra del Señor.
COMENTARIO
Las palabras de Jesús: entre lo poco y lo mucho, lo injusto y lo verdadero, lo ajeno y lo propio, presentan para muchos autores una contraposición entre los bienes terrenales y los espirituales. Pero la lectura que busca establecer un orden, deja de manifiesto que aquel que no puede ser fiel cuando se trata de riquezas materiales, ¿quién le confiará las riquezas espirituales del Reino?
ORACIÓN SOBRE LAS OFRENDAS
Al venerar la memoria de la Madre de tu Hijo, te pedimos, Padre, que gracias a este sacrificio nos conviertas en una ofrenda eterna. Por Jesucristo nuestro Señor.
ANTÍFONA DE COMUNIÓN Lc 1, 49
El Poderoso ha hecho en mí grandes cosas. Su Nombre es santo.
ORACIÓN DESPUÉS DE LA COMUNIÓN
Después de haber participado de la redención eterna, en esta fiesta de la Madre de tu Hijo, te pedimos, Padre, que podamos participaren la plenitud de tu gracia y experimentar cada día más los efectos de tu salvación.