Eres justo, Señor, y rectos son tus mandamientos. Muéstrate bondadoso conmigo y ayúdame a cumplir tu voluntad.
ORACIÓN COLECTA
Oremos: Señor, que te has dignado redimirnos y hacernos hijos tuyos, míranos siempre con amor de Padre y haz que cuantos creemos en Cristo, obtengamos la verdadera libertad y la herencia eterna.
Por nuestro Señor Jesucristo...
Amén.
O bien, de santa Margarita
Señor, que hiciste admirable a santa Margarita de Escocia por su maravillosa caridad hacia los pobres; concédenos, por su intercesión, que, siguiendo su ejemplo, manifestemos ante los hombres la imagen de tu bondad. Por nuestro Señor Jesucristo.
PRIMERA LECTURA
Lectura del primer libro de los Macabeos
(1, 10-15. 41-43. 54-57. 62-64)
En aquellos días, surgió un hombre perverso, AntíocoEpifanes, hijo del rey Antíoco, que había estado como rehén en Roma. Subió al trono el año ciento treinta y siete del imperio de los griegos.
Hubo por entonces unos israelitas apóstatas, que convencieron a muchos diciéndoles: “Vamos a hacer un pacto con los pueblos vecinos, pues desde que hemos vivido aislados, nos han sobrevenido muchas desgracias”.
Esta proposición fue bien recibida y algunos del pueblo decidieron acudir al rey y obtuvieron de él autorización para seguir las costumbres de los paganos. Entonces, conforme al uso de los paganos, construyeron en Jerusalén un gimnasio, simularon que no estaban circuncidados, renegaron de la alianza santa, se casaron con gente pagana y se vendieron para hacer el mal.
Por su parte, el rey publicó un edicto en todo su reino y ordenó que todos sus súbditos formaran un solo pueblo y abandonaran su legislación particular. Todos los paganos acataron el edicto real y muchos israelitas aceptaron la religión oficial, ofrecieron sacrificios a los ídolos y profanaron el sábado.
El día quince de diciembre del año ciento cuarenta y cinco, el rey Antíoco mandó poner sobre el altar de Dios un altar pagano, y se fueron construyendo altares en todas las ciudades de Judá. Quemaban incienso ante las puertas de las casas y en las plazas; rompían y echaban al fuego los libros de la ley que encontraban; a quienes se les descubría en su casa un ejemplar de la alianza y a los que sorprendían observando los preceptos de la ley, los condenaban a muerte en virtud del decreto real.
A pesar de todo esto, muchos israelitas permanecieron firmes y resueltos a no comer alimentos impuros. Prefirieron la muerte antes que contaminarse con aquellos alimentos que violaban la santa alianza. Muy grande fue la prueba que soportó Israel.
Palabra de Dios.
Te alabamos, Señor.
SALMO RESPONSORIAL SALMO 118
Ayúdame, Señor, a cumplir tus mandamientos.
Me indigno, Señor, porque los pecadores no cumplen tu ley. Las redes de los pecadores me aprisionan, pero yo no olvido tu voluntad.
Ayúdame, Señor, a cumplir tus mandamientos.
Líbrame de la opresión de los hombres y cumpliré tus mandamientos. Se acercan a mí los malvados que me persiguen y están lejos de tu ley.
Ayúdame, Señor, a cumplir tus mandamientos.
Los malvados están lejos de la salvación, porque no han cumplido tus mandamientos. Cuando veo a los pecadores, siento disgusto, porque no cumplen tus palabras.
Ayúdame, Señor, a cumplir tus mandamientos.
ACLAMACIÓN ANTES DEL EVANGELIO
Aleluya, aleluya. Yo soy la luz del mundo, dice el Señor; el que me sigue tendrá la luz de la vida. Aleluya.
EVANGELIO
† Lectura del santo Evangelio según san Lucas (18, 35-43)
Gloria a ti, Señor.
En aquel tiempo, cuando Jesús se acercaba a Jericó, un ciego estaba sentado a un lado del camino, pidiendo limosna. Al oír que pasaba gente, preguntó qué era aquello, y le explicaron que era Jesús el nazareno, que iba de camino. Entonces él comenzó a gritar: “¡Jesús, hijo de David, ten compasión de mí!” Los que iban adelante lo regañaban para que se callara, pero él se puso a gritar más fuerte: “¡Hijo de David, ten compasión de mí!”
Entonces Jesús se detuvo y mandó que se lo trajeran. Cuando estuvo cerca, le preguntó: “¿Qué quieres que haga por ti?” El le contestó: “Señor, que vea”. Jesús le dijo: “Recobra la vista; tu fe te ha curado”.
Enseguida el ciego recobró la vista y lo siguió, bendiciendo a Dios. Y todo el pueblo, al ver esto, alababa a Dios.
Palabra del Señor.
Gloria a ti, Señor Jesús.
ORACIÓN SOBRE LAS OFRENDAS
Dios nuestro, fuente de la paz y del amor sincero, concédenos glorificarte por estas ofrendas, y unirnos fielmente a ti por la participación en esta Eucaristía.
Por Jesucristo, nuestro Señor.
Amén.
PREFACIO COMÚN V
Proclamación del misterio de Cristo
El Señor esté con ustedes.
Y con tu espíritu.
Levantemos el corazón.
Lo tenemos levantado hacia el Señor.
Demos gracias al Señor, nuestro Dios.
Es justo y necesario.
En verdad es justo y necesario, es nuestro deber y salvación darte gracias siempre y en todo lugar, Señor, Padre santo, Dios todopoderoso y eterno, por Cristo nuestro Señor.
Cuya muerte celebramos unidos en caridad, cuya resurrección proclamamos con viva fe, y cuyo advenimiento glorioso aguardamos con firmísima esperanza.
Por eso, con todos los ángeles y santos, te alabamos, proclamando sin cesar:
Santo, Santo, Santo...
ANTÍFONA DE LA COMUNIÓN
Como la cierva busca el agua de los ríos, así, sedienta, mi alma te busca a ti, Dios mío.
ORACIÓN DESPUÉS DE LA COMUNIÓN
Oremos: Tú que nos has instruido con tu palabra y alimentado con tu Eucaristía, concédenos, Señor, aprovechar estos dones para que vivamos aquí unidos a tu Hijo y podamos, después, participar de su vida inmortal.
Dice el Señor: Yo tengo designios de paz y no de aflicción. Invóquenme y los escucharé y pondré fin a su cautiverio.
ORACIÓN COLECTA
Señor y Dios nuestro, concédenos vivir siempre con alegría en tu servicio, ya que la plena y duradera felicidad está en servirte a ti que eres el creador de todo bien.
Por nuestro Señor Jesucristo.
LECTURA 2Mac 6, 18-31
Lectura del segundo libro de los Macabeos.
Eleazar, uno de los principales maestros de la Ley, de edad muy avanzada y de noble aspecto, fue forzado a abrir la boca para comer carne de cerdo. Pero él, prefiriendo una muerte honrosa a una vida infame, marchó voluntariamente al suplicio, después de haber escupido la carne, como deben hacerlo los que tienen el valor de rechazar lo que no está permitido comer, ni siquiera por amor a la vida. Los que presidían este banquete ritual contrario a la Ley, como lo conocían desde hacía mucho tiempo, lo llevaron aparte y le rogaron que hiciera traer carne preparada expresamente para él y que le estuviera permitido comer. Asimismo le dijeron que fingiera comer la carne del sacrificio, conforme a la orden del rey. Obrando de esa manera, se libraría de la muerte y sería tratado humanitariamente por su antigua amistad con ellos. Pero él, tomando una noble resolución, digna de su edad, del prestigio de su vejez, de sus venerables canas, de la vida ejemplar que había llevado desde su infancia y, sobre todo, de la santa legislación establecida por Dios, se mostró consecuente consigo mismo, pidiendo que lo enviaran de inmediato a la morada de los muertos. -- A nuestra edad, decía, no está bien fingir. De lo contrario, muchos jóvenes creerán que Eleazar, a los noventa años, se ha pasado a las costumbres paganas. Entonces también ellos, a causa de mi simulación y de mi apego a lo poco que me resta de vida, se desviarán por culpa mía, y yo atraeré sobre mi vejez la infamia y el deshonor. Porque, aunque ahora me librara del castigo de los hombres, no podría escapar, ni vivo ni muerto, de las manos del Todopoderoso. Por eso, me mostraré digno de mi vejez entregando mi vida valientemente. Así dejaré a los jóvenes un noble ejemplo, al morir con entusiasmo y generosidad por las venerables y santas leyes--. Dicho esto, se encaminó resueltamente al suplicio. Al oír estas palabras, que consideraban una verdadera locura, los que lo conducían cambiaron en crueldad la benevolencia que antes le habían demostrado. Pero él, a punto ya de morir bajo los golpes, dijo entre gemidos: -- El Señor, que posee el santo conocimiento, sabe muy bien que, pudiendo librarme de la muerte, soporto crueles dolores en mi cuerpo azotado; pero mi alma los padece gustosamente por temor a él --. De este modo, Eleazar dejó al morir, no sólo a los jóvenes, sino a la nación entera, su propia muerte como ejemplo de generosidad y como recuerdo de virtud.
Palabra de Dios.
COMENTARIO
El Segundo libro de los Macabeos trae numerosos ejemplos de hombres y mujeres que se enfrentaron al poder dominador de los griegos. Pero en el caso de Eleazar, junto con manifestar su fidelidad a la Ley, quiere demostrar su coherencia, como un ejemplo para los jóvenes y la nación. La coherencia de vida es más importante que el cumplir o no la Ley.
SALMO Sal 3, 2-8
R. ¡Levántate, Señor, y sálvame!
Señor, ¡qué numerosos son mis adversarios, cuántos los que se levantan contra mí! ¡Cuántos son los que dicen de mí: «Dios ya no quiere salvarlo»!
R. ¡Levántate, Señor, y sálvame!
Pero tú eres mi escudo protector y mi gloria, tú mantienes erguida mi cabeza. Invoco al Señor en alta voz, y él me responde desde su santa Montaña.
R. ¡Levántate, Señor, y sálvame!
Yo me acuesto y me duermo, y me despierto tranquilo porque el Señor me sostiene. No temo a la multitud innumerable, apostada contra mí por todas partes.
R. ¡Levántate, Señor, y sálvame!
ALELUYA 1Jn 4, 10
Aleluya. Dios nos amó primero y envió a su Hijo como víctima propiciatoria por nuestros pecados. Aleluya.
EVANGELIO Lc 19, 1-10
Evangelio de nuestro Señor Jesucristo según san Lucas.
Jesús entró en Jericó y atravesaba la ciudad. Allí vivía un hombre muy rico llamado Zaqueo, que era el jefe de los publicanos. Él quería ver quién era Jesús, pero no podía a causa de la multitud, porque era de baja estatura. Entonces se adelantó y subió a un sicómoro para poder verlo, porque iba a pasar por allí. Al llegar a ese lugar, Jesús miró hacia arriba y le dijo: - Zaqueo, baja pronto, porque hoy tengo que alojarme en tu casa -- Zaqueo bajó rápidamente y lo recibió con alegría. Al ver esto, todos murmuraban, diciendo: - Se ha ido a alojar en casa de un pecador-. Pero Zaqueo dijo resueltamente al Señor: - Señor, yo doy la mitad de mis bienes a los pobres, y si he perjudicado a alguien, le doy cuatro veces más -.Y Jesús le dijo: - Hoy ha llegado la salvación a esta casa, ya que también este hombre es un hijo de Abraham, porque el Hijo del hombre vino a buscar y a salvar lo que estaba perdido --.
Palabra del Señor.
COMENTARIO
El encuentro con Zaqueo es un signo de la misericordia y la gracia del Reino. Zaqueo no pidió que el Señor se alojara en su casa, pero al recibirlo y mostrar su actitud de conversión, Jesús le expresa que la salvación había llegado hasta su hogar. Zaqueo era uno de los que estaba perdido y el Señor fue a buscarlo.
ORACIÓN SOBRE LAS OFRENDAS
Señor, te pedimos que estos dones ofrecidos en tu honor nos obtengan la gracia de ser fervorosos en tu servicio y nos permitan alcanzar la eterna felicidad.
Por Jesucristo nuestro Señor.
ANTÍFONA DE COMUNIÓN Sal 12, 28
Mi dicha es estar cerca de Dios y poner mi refugio en el Señor.
ORACIÓN DESPUÉS DE LA COMUNIÓN
Señor, después de recibir los dones del santo sacramento, te pedimos humildemente que acreciente nuestra caridad, lo que tu Hijo nos mandó celebrar en conmemoración suya.
Los pondrás como príncipes por toda la tierra. Yo haré célebre tu nombre por todas las generaciones; por eso, los pueblos te alabarán eternamente.
ORACIÓN COLECTA
Señor, defiende a tu Iglesia con la protección de los apóstoles, para que, así como por ellos comenzó a conocer los divinos misterios, también por medio de ellos reciba un aumento de gracia celestial hasta el fin de los tiempos.
Por nuestro Señor Jesucristo.
LECTURA 2Mac 7, 1. 20-31
Lectura del segundo libro de los Macabeos.
Fueron detenidos siete hermanos, junto con su madre. El rey Antíoco, flagelándolos con azotes y tendones de buey, trató de obligarlos a comer carne de cerdo, prohibida por la Ley. Incomparablemente admirable y digna del más glorioso recuerdo fue aquella madre que, viendo morir a sus siete hijos en un solo día, soportó todo valerosamente, gracias a la esperanza que tenía puesta en el Señor. Llena de nobles sentimientos, exhortaba a cada uno de ellos, hablándoles en su lengua materna. Y animando con un ardor varonil sus reflexiones de mujer, les decía: “Yo no sé cómo ustedes aparecieron en mis entrañas; no fui yo la que les dio el espíritu y la vida ni la que ordenó armoniosamente los miembros de su cuerpo. Pero sé que el Creador del universo, el que plasmó al hombre en su nacimiento y determinó el origen de todas las cosas, les devolverá misericordiosamente el espíritu y la vida, ya que ustedes se olvidan ahora de sí mismos por amor de sus leyes”. Antíoco pensó que se estaba burlando de él y sospechó que esas palabras eran un insulto. Como aún vivía el más joven, no sólo trataba de convencerlo con palabras, sino que le prometía con juramentos que lo haría rico y feliz, si abandonaba las tradiciones de sus antepasados.
Le aseguraba asimismo que lo haría su amigo y le confiaría altos cargos. Pero como el joven no le hacía ningún caso, el rey hizo llamar a la madre y le pidió que aconsejara a su hijo, a fin de salvarle la vida. Después de mucho insistir, ella accedió a persuadir a su hijo. Entonces, acercándose a él y burlándose del cruel tirano, le dijo en su lengua materna: “Hijo mío, ten compasión de mí, que te llevé nueve meses en mis entrañas, te amamanté durante tres años y te crié y eduqué, dándote el alimento, hasta la edad que ahora tienes. Yo te suplico, hijo mío, que mires al cielo y a la tierra, y al ver todo lo que hay en ellos, reconozcas que Dios lo hizo todo de la nada, y que también el género humano fue hecho de la misma manera. No temas a este verdugo: muéstrate más bien digno de tus hermanos y acepta la muerte, para que yo vuelva a encontrarte con ellos en el tiempo de la misericordia”. Apenas ella terminó de hablar, el joven dijo: “Qué esperan? Yo no obedezco el decreto del rey, sino las prescripciones de la Ley que fue dada a nuestros padres por medio de Moisés. Y tú, que eres el causante de todas las desgracias de los hebreos, no escaparás de las manos de Dios”.
Palabra de Dios.
COMENTARIO
El hombre es creado para alabar y servir a Dios y mediante esto salvarse. Dios está en el origen, medio y fin de nuestra vida. En esta convicción vivieron ya algunos piadosos hombres bíblicos y desde esta convicción dieron gustosos la vida para no desviarse de su destino final. La fidelidad puede exigir gestos heroicos como el de estos siete hermanos alentados por su madre. El hombre de fe actúa siempre en la convicción de que todo colabora para el bien de los que aman a Dios (cf.Rom 8, 28).
SALMO Sal 16, 1.5-6. 8b. 15
R. ¡Me saciaré de tu presencia, Señor!
Escucha, Señor, mi justa demanda, atiende a mi clamor; presta oído a mi plegaria, porque en mis labios no hay falsedad. R.
Mis pies se mantuvieron firmes en los caminos señalados: ¡mis pasos nunca se apartaron de tus huellas! Yo te invoco, Dios mío, porque tú me respondes: inclina tu oído hacia mí y escucha mis palabras. R.
Escóndeme a la sombra de tus alas. Por tu justicia, contemplaré tu rostro, y al despertar, me saciaré de tu presencia. R.
ALELUYA Cfr. Jn 15, 16
Aleluya. “Yo los elegí del mundo, para que vayan y den fruto, y ese fruto sea duradero”, dice el Señor. Aleluya.
EVANGELIO Lc 19, 11-28
Evangelio de nuestro Señor Jesucristo según san Lucas.
Jesús dijo una parábola, porque estaba cerca de Jerusalén y la gente pensaba que el Reino de Dios iba a aparecer de un momento a otro. Les dijo: “Un hombre de familia noble fue a un país lejano para recibir la investidura real y regresar en seguida. Llamó a diez de sus servidores y les entregó cien monedas de plata a cada uno, diciéndoles: “Háganlas producir hasta que yo vuelva”. Pero sus conciudadanos lo odiaban y enviaron detrás de él una embajada encargada de decir: “No queremos que éste sea nuestro rey”. Al regresar, investido de la dignidad real, hizo llamar a los servidores a quienes había dado el dinero, para saber lo que había ganado cada uno. El primero se presentó y le dijo:”Señor, tus cien monedas de plata han producido diez veces más”.”Está bien, buen servidor, le respondió, ya que has sido fiel en tan poca cosa, recibe el gobierno de diez ciudades”. Llegó el segundo y le dijo:’Señor, tus cien monedas de plata han producido cinco veces más. A él también le dijo. “Tú estarás al frente de cinco ciudades”. Llegó el otro y le dijo: “Señor, aquí tienes tus cien monedas de plata, que guardé envueltas en un pañuelo. Porque tuve miedo de ti, que eres un hombre exigente, que quieres percibir lo que no has depositado y cosechar lo que no has sembrado”. El le respondió:”Yo te juzgo por tus propias palabras, mal servidor. Si sabías que soy un hombre exigente, que quiero percibir lo que no deposité y cosechar lo que no sembré, ¿por qué no entregaste mi dinero en préstamo? A mi regreso yo lo hubiera recuperado con intereses”. Y dijo a los que estaban allí: “Quítenle las cien monedas y dénselas al que tiene diez veces más”. “Pero, señor, le respondieron, ya tiene mil!”. Les aseguro que al que tiene, se le dará; pero al que no tiene, se le quitará aún lo que tiene. En cuanto a mis enemigos, que no me han querido por rey, tráiganlos aquí y mátenlos en mi presencia”. Después de haber dicho esto, Jesús siguió adelante, subiendo a Jerusalén.
Palabra del Señor.
COMENTARIO
Contra lo que cabría esperar, en la parábola no se pide cuenta de los posibles fallos de gestión. No se examina más que los beneficios aportados por cada uno. Y al condenar al perezoso lo que en él se condena es el pecado de omisión. Nadie tiene derecho a malograr o a dejar inactivos los dones recibidos; nadie puede presentarse ante él con las manos vacías. No hacer productivos los dones de Dios predispone para ser despojado de ellos. Por tanto, la vida de fe debe caracterizarse por una presencia activa y dinámica.
ORACIÓN SOBRE LAS OFRENDAS
Señor, al ofrecerte el servicio de nuestro ministerio, te rogamos humildementequese mantenga intacta en nuestros corazones la verdad transmitida por la predicación de los apóstoles Pedro y Pablo. Por Jesucristo nuestro Señor.
ANTÍFONA DE COMUNIÓN Jn 6, 68-69
Señor, tú tienes palabras de Vida eterna. Nosotros hemos creído que tú eres el Mesías, el Hijo de Dios.
ORACIÓN DESPUÉS DE LA COMUNIÓN
Señor, que tu pueblo, alimentado con el pan celestial, se alegre al celebrar la conmemoración de los apóstoles Pedro y Pablo, a quienes elegiste para gobernarlo y protegerlo.
Yo pienso solamente en el bien, dice el Señor, y no en el castigo. Invóquenme y yo los escucharé y pondré fin a su cautiverio.
ORACIÓN COLECTA
Concédenos, Padre, encontrar siempre nuestra alegría en servirte a ti y a nuestros hermanos, actuando en toda nuestra vida como instrumentos de tu paz y de tu amor.
Por nuestro Señor Jesucristo.
LECTURA 1Mac 2, 15-29
Lectura del primer libro de los Macabeos.
En aquellos días: Los delegados del rey Antíoco, encargados de imponer la apostasía, llegaron a la ciudad de Modín para exigir que se ofrecieran los sacrificios. Se presentaron muchos israelitas, pero Matatías y sus hijos se agruparon aparte. Entonces los enviados del rey fueron a decirle: “Tú eres un jefe ilustre y gozas de autoridad en esta ciudad, respaldado por hijos y hermanos. Sé el primero en acercarte a ejecutar la orden del rey, como lo han hecho todas las naciones, y también los hombres de Judá y los que han quedado en Jerusalén. Así tú y tus hijos serán contados entre los amigos del rey y gratificados con plata, oro y numerosos regalos”. Matatías respondió en altavoz: “Aunque todas las naciones que están bajo el dominio del rey lo obedezcan y abandonen el culto de sus antepasados para someterse a sus órdenes, yo, mis hijos y mis hermanos nos mantendremos fieles a la Alianza de nuestros padres. El Cielo nos libre de abandonar la Ley y los preceptos. Nosotros no acataremos las órdenes del rey desviándonos de nuestro culto, ni a la derecha ni a la izquierda”. Cuando acabó de pronunciar estas palabras un judío se adelantó a la vista de todos, para ofrecer un sacrificio sobre el altar de Modín, conforme al decreto del rey. Al ver esto, Matatías se enardeció de celo y se estremecieron sus entrañas, y dejándose llevar por una justa indignación, se abalanzó y lo degolló sobre el altar. Ahí mismo mató al delegado real que obligaba a ofrecer los sacrificios y destruyó el altar. Así manifestó su celo por la Ley, como lo había hecho Pinjás con Zimrí, hijo de Salú. Luego comenzó a gritar por la ciudad con todas sus fuerzas:
“Todo el que sienta celo por la Ley y quiera mantenerse fiel a la Alianza, que me siga”. Y abandonando todo lo que poseían en la ciudad, él y sus hijos huyeron a las montañas. Entonces muchos judíos, amantes de la justicia y el derecho, se retiraron al desierto para establecerse allí.
Palabra de Dios.
COMENTARIO
No comprendemos bien cómo una guerra puede recibir el calificativo de «santa». Pero Matatías la invoca en su resistencia contra AntíocoEpífanes en defensa de las tradiciones religiosas nacionales. Matatías y los suyos huyen a la montaña y se hacen guerrilleros, defendiendo sus derechos y su fe desde las convicciones profundas que les inspira su fidelidad al Señor. La defensa de los indefensos puede plantearse como una exigencia inaplazable de la caridad solidaria. Jesús, sin embargo, prefirió su muerte a la de los otros.
SALMO
Sal 49, 1-2.5-6. 14-15
R. El que va por el buen camino verá al Señor.
El Dios de los dioses, el Señor, habla para convocar a la tierra desde la salida del sol hasta el ocaso. El Señor resplandece desde Sión, que es el dechado de toda hermosura. R.
“Reúnanme a mis amigos, a los que sellaron mi Alianza con un sacrificio”. ¡Que el cielo proclame su justicia, porque el Señor es el único Juez! R.
“Ofrece al Señor un sacrificio de alabanza y cumple tus votos al Altísimo; invócame en los momentos de peligro:
Yo te libraré, y tú me glorificarás”. R.
ALELUYA Cfr. Sal 94, 7. 8
Aleluya. Escuchen la voz del Señor, no endurezcan su corazón. Aleluya.
EVANGELIO Lc 19, 41-44
Evangelio de nuestro Señor Jesucristo según san Lucas.
Cuando Jesús estuvo cerca de Jerusalén y vio la ciudad, se puso a llorar por ella, diciendo: “Si tú también hubieras comprendido en este día el mensaje de paz! Pero ahora está oculto a tus ojos. Vendrán días desastrosos para ti, en que tus enemigos te cercarán con empalizadas, te sitiarán y te atacarán por todas partes. Te arrasarán junto con tus hijos, que están dentro de ti, y no dejarán en ti piedra sobre piedra, porque no has sabido reconocer el tiempo en que fuiste visitada por Dios”.
Palabra del Señor.
COMENTARIO
El Maestro lloró sobre Jerusalén ante un destino que conoce y es inevitable. Será arrasada y habrá llanto, dolor y luto. Respetuoso con la libertad llora su impotencia. Sabe que han decidido matarlo en la ciudad de sus desvelos y trabajos. A pesar de todo, Jerusalén vive eternamente como la ciudad santa donde el Redentor derramó su sangre para salvación del mundo. Y sigue siendo el símbolo de la reunión universal de la humanidad entera rescatada por su sangre. ¿Quién puede decir que conoce y acepta la venida del Señor? Las sugerencias del Espíritu pueden llegar de diversas partes y «el que a ustedes oye, es a mí a quien oye».
ORACIÓN SOBRE LAS OFRENDAS
Concédenos, Padre, que la ofrenda que te presentamos nos alcance la gracia de amarte y de servirte en nuestros hermanos.
Por Jesucristo nuestro Señor.
ANTÍFONA DE COMUNIÓN Mc 11, 23-24
Para mí lo bueno es estar junto a Dios, hacer del Señor mi refugio.
ORACIÓN DESPUES DE LA COMUNION
Hemos recibido, Padre, la santa comunión y te pedimos humildemente que esta Eucaristía que tu Hijo nos mandó ofrecer en conmemoración suya aumente en nosotros tu amor y tu verdad.
Dice el Señor: “Yo tengo designios de paz y no de aflicción. Invóquenme y los escucharé y pondré fin a su cautiverio”.
ANTÍFONA DE ENTRADA Jer 29,11-12. 14
Señor y Dios nuestro, concédenos vivir siempre con alegría en tu servicio, ya que la plena y duradera felicidad está en servirte a ti que eres el creador de todo bien. Por nuestro Señor Jesucristo.
Lectura del primer libro de los Macabeos.
Judas Macabeo y sus hermanos dijeron: “Nuestros enemigos han sido aplastados; subamos a purificar el Santuario y a celebrar su dedicación”. Entonces se reunió todo el ejército y subieron al monte Sión. El día veinticinco del noveno mes, llamado Quisleu, del año ciento cuarenta y ocho, se levantaron al despuntar el alba y ofrecieron un sacrificio conforme a la Ley, sobre el nuevo altar de los holocaustos que habían erigido. Este fue dedicado con cantos, cítaras, arpas y címbalos, justamente en el mismo mes y en el mismo día en que los paganos lo habían profanado. Todo el pueblo cayó con el rostro en tierra y adoraron y bendijeron al Cielo que les había dado la victoria. Durante ocho días celebraron la dedicación del altar, ofreciendo con alegría holocaustos y sacrificios de comunión y de acción de gracias. Adornaron la fachada del Templo con coronas de oro y pequeños escudos, restauraron las entradas y las salas, y les pusieron puertas. En todo el pueblo reinó una inmensa alegría, y así quedó borrado el ultraje infligido por los paganos. Judas, de acuerdo con sus hermanos y con toda la asamblea de Israel, determinó que cada año, a su debido tiempo y durante ocho días a contar del veinticinco del mes de Quisleu, se celebrara con júbilo y regocijo el aniversario de la dedicación del altar.
Palabra de Dios.
COMENTARIO
Con el enemigo derrotado y expulsado de Jerusalén, todas las energías son puestas en la purificación, reconstrucción y dedicación del Templo, que a su vez se constituye en el centro de la vida y religión judía.
SALMO 1Crón 29, 10-12
R. ¡Alabamos tu Nombre glorioso, Señor! ¡Bendito seas, Señor, Dios de nuestro padre Israel, desde siempre y para siempre! R.
Tuya, Señor, es la grandeza, la fuerza, la gloria, el esplendor y la majestad; porque a ti pertenece todo lo que hay en el cielo y en la tierra. R.
Tuyo, Señor, es el reino; tú te elevas por encima de todo. Deti proceden la riqueza y la gloria. R.
Tú lo gobiernas todo, en tu mano están el poder y la fuerza, y es tu mano la que engrandece y afianza todas las cosas. R.
ALELUYA Jn 10, 27
Aleluya. “Mis ovejas escuchan mi voz, Yo las conozco y ellas me siguen”, dice el Señor. Aleluya.
EVANGELIO Lc 19,45-48
Evangelio de nuestro Señor Jesucristo según san Lucas.
Jesús, al entrar al Templo, se puso a echar a los vendedores, diciéndoles: “Está escrito: “Mi casa será una casa de oración, pero ustedes la han convertido en una cueva de ladrones”. Y diariamente enseñaba en el Templo. Los sumos sacerdotes, los escribas y los más importantes del pueblo buscaban la forma de matarlo. Pero no sabían cómo hacerlo, porque todo el pueblo lo escuchaba y estaba pendiente de sus palabras.
Palabra del Señor.
COMENTARIO
Jesús ya ha entrado en Jerusalén. Allí está el Templo, lugar donde el pueblo acude para ofrecer sacrificios de animales y otras ofrendas a Dios. Allí, en ese punto estratégico, la actividad del Maestro suscita la reacción de los poderosos, que quieren hacerlo desaparecer. Pero, a pesar de ser poderosos, temen al pueblo. Aún en el Templo, lugar de concentración de sus enemigos, el Maestro no para de comunicar su mensaje.
ORACIÓN SOBRE LAS OFRENDAS
Señor, te pedimos que estos dones ofrecidos en tu honor nos obtengan la gracia de ser fervorosos en tu servicio y nos permitan alcanzarla eterna felicidad.
Por Jesucristo nuestro Señor.
ANTÍFONA DE COMUNIÓN Sal 12, 28
Mi dicha es estar cerca de Dios y poner mi refugio en el Señor.
ORACIÓN DESPUÉS DE LA COMUNIÓN
Señor, después de recibir los dones del santo sacramento, te pedimos humildemente que acreciente nuestra caridad, lo que tu Hijo nos mandó celebrar en conmemoración suya.