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- San Remigio, de Reims, Obispo y Confesor
- San Virila de Leyria, Abad
- San Bavón de Gante, Eremita
- San Romano "el Melodista", Confesor
- San Piato, Mártir
- San Aizan y San Azan, Confesores
- San Juan Coucouzelle, Confesor
- San Domnino, Mártir
- Santa Arielle o Urielle, Virgen
- Santa Montaña, Virgen
- Santa Domane, Esposa
- San Melo Melar o Melorio, Mártir
- San Miguel y Compañeros, Mártires
- San Sabas el Estilita, Ermitaño
- Beato Francisco de Pésaro, Tercera Orden Franciscana
- Beato Nicolás de Forca Palena, Eremita
- Beato Ángel de Sansepolcro, Confesor
- Beatos Diego Botello, Fernando o Hernán de Salcedo y Compañero, Mártires
- Los Mártires de Londres de 1588
- Beato Roberto Wilcox, Mártir
- Beato Eduardo Campion, Mártir
- Beato Cristobal Buxton, Mártir
- Beato Roberto Widmerpool, Mártir
- Beato Rodolfo Crockett, Mártir
- Beato Eduardo James, Mártir
- Beato Juan Robinson, Mártir
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1 de octubre
SAN REMIGIO,(*) Obispo y Confesor
Conforme a la santidad del que os llamó, sed también vosotros santos en todo vuestro proceder. (1 Pedro, 1,15).
San Remigio, el gran apóstol de Francia, fue ilustre por la ciencia, la elocuencia, la santidad y los milagros que jalonaron sus largos setenta años de episcopado. Elegido por Santa Clotilde para instruir religiosamente al rey Clodoveo, su esposo, que había decidido abrazar el cristianismo, tuvo el santo obispo el consuelo de bautizarlo, con dos de sus hermanas, tres mil guerreros y muchas mujeres y niños. Destruyó los ídolos e hizo edificar iglesias. Murió hacia el año 533, casi nonagenario.
MEDITACIÓN SOBRE LA SANTIDAD RESUMIDA EN TRES PALABRAS
I. La santidad puede resumirse en tres palabras: abstenerse, sufrir, emprender. Abstente de las cosas ilícitas y peligrosas, y a menudo aun de las permitidas. Prívate de los placeres de esta vida, y gozarás de los del cielo. No hay gozo más dulce, aun en esta vida, que privarse de un placer por amor de Dios. Señor , ¿cómo podría entregarme al placer viéndoos clavado en una cruz? ¡Existe un infierno para los voluptuosos, y me abandono yo a las delicias!
II. Hemos de sufrir ataques de la concupiscencia, del mundo y del demonio. Hemos de sufrir insultos de nuestros enemigos y perfidias de quienes consideramos amigos. En fin, seas quien fueres, te desafío a que me cites tan siquiera un día de tu vida en que no hayas sufrido. Reflexiónalo bien. El mundo es incapaz de satisfacer nuestros deseos, y la inquietud incesante de nuestra alma, en el seno mismo de la abundancia, es una prueba de que só1o Dios puede colmarla. Considera el estado de vida que te plazca, no hay descanso ni en el más oscuro ni en el más brillante. (San Euquerio).
III. Gran obra es nuestra santificación; es menester, para llevarla a cabo, trabajar seriamente por adquirir las virtudes cristianas. ¿Podrías acaso decir que posees alguna de ellas? No te desalientes sin embargo: para ser santo, basta quererlo. Examina qué te impide serlo, y verás que no son sino bagatelas, como aquéllas de que habla San Agustín: Estaba retenido por las frivolidades y las vanidades más miserables.
El deseo de la santidad Orad por vuestros jefes.
ORACIÓN
Haced, oh Dios omnipotente, que la piadosa solemnidad de San Remigio, vuestro confesor y pontífice, aumente en nosotros el espíritu de devoción y el deseo de nuestra salvación. Por J. C. N. S. Amén.
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1 de octubre SAN VIRILA, Abad
El Abad San Virila no es un personaje legendario. Su existencia está perfectamente documentada como Abad del Monasterio de Leyre a finales del siglo IX. Las leyendas aparecen más tarde.
Fue un monje nacido en las inmediaciones del monasterio San Salvador de Leyre (Navarra), del que llegó a ser abad. Fue hombre muy preocupado por el más allá. El relato refiere una leyenda, pero su figura histórica está perfectamente documentada en el Libro gótico de San Juan de la Peña (fol. 71).
Al parecer, atormentaba al santo abad el pensamiento de la eternidad celestial y el miedo al aburrimiento en tan larga pervivencia. Salió un día, monte arriba, internándose en el bosque cercano con estas meditaciones que leía en un libro. En la espesura del bosque, aparece un ruiseñor, que con sus trinos distrae su atención de la lectura escatológica, apartándolo hasta una fuente. Allí queda prendado del canto del pájaro, hasta que se adormece. Cuando intenta regresar, encuentra las sendas cambiadas, el monasterio transformado, los monjes desconocidos, y él, recibido como un extraño y anacrónico personaje. Todo pudo aclararlo el monje encargado de los archivos, ya que en la crónica monacal constaba que, trescientos años atrás, el abad Virila había subido a la sierra y no había regresado. Se suponía que había sido devorado por una fiera.
El monasterio se revoluciona por el milagro acaecido, y en pleno Te Deum de acción de gracias se abre la bóveda de la iglesia y se oye la voz de Dios "Virila, tu has estado trescientos años oyendo el canto de un ruiseñor y te ha parecido un instante. Los goces de la eternidad son mucho más perfectos". Un ruiseñor entra entonces por la puerta de la iglesia con un anillo abacial en el pico, y lo coloca en el dedo del abad, que lo fue hasta que Dios lo llamó a comprobar la gloria eterna.
En los alrededores del Monasterio se encuentra la Fuente de San Virila.
La leyenda es un clásico teológico de los goces de la eternidad, y habría de tener amplia repercusión literaria en el mundo occidental, como sucedió en el monasterio benedictino flamenco de Afflighem entre 1122-1195; o como en Francia, donde hay una traducción del obispo de París realizada en 1195; o reproducido también en el año 1212 por Jacobo de la Vorágine; o en la Cantiga CIII de Alfonso X el Sabio; o en el monasterio cisterciense gallego de la Armenteira, donde el abad se llama San Ero.
Quienes conozcan el monasterio de Leyre comprenderán que la leyenda teológica está directamente unida a una naturaleza prodigiosa, donde se pueden pasar horas y días de admiración, de embeleso contemplándola, soñando, disfrutando de la leyenda desde la fuente de San Virila, donde a muy tempranas horas de la mañana se puede subir para gozar de esa naturaleza que adormeció al abad Virila adormeció.
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1 de octubre
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SAN BAVÓN DE GANTE, Confesor
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Bavón, Conde de Hesbaye, nació en Bravante, cerca de Lieja, en el año 589. Se casó con la hija del conde merovingio Adilone, con la que tuvo una hija de nombre Agletrude. Llevaba una vida despreocupada, como rico terrateniente. Su comportamiento era totalmente desordenado, su único objetivo era el de satisfacer sus deseos sin tener en cuenta la justicia ni la verdad. Cuando necesitaba dinero, vendía a sus criados como siervos a los terratenientes vecinos.
Cuando muere su joven esposa, Bavón se siente culpable de esta desgracia, no sabemos por qué. Allí interrumpe su vida disoluta y cae presa de una crisis moral, que fue el punto de partida de su conversión.
Por entonces San Amando estaba predicando en la región de Gante. Bavón, después de oír uno de sus sermones, se le acercó, y por consejo suyo, se desprendió de todos sus bienes, incluso de la propiedad que poseía en Gante, que entregó a San Amando, que construyó allí un monasterio. Bavón entró allí como religioso. Tan grandes fueron las mortificaciones que se impuso para purgar sus pecados, que después de su muerte, el nombre de la abadía se cambió de San Pedro a San Bavón.
Convertido en discípulo del santo misionero, lo siguió en sus peregrinaciones apostólicas. Después de un cierto tiempo, encontrando que las austeridades de la vida monástica no eran suficientes para satisfacer sus deseos de disciplinar el cuerpo con el que había sido tan indulgente, volvió a Gantes, donde, con el consentimiento de San Amando, construyó una pequeña celda, donde llevó una vida eremítica y ascética hasta el momento de su muerte, unos tres años después, alrededor de 659. Fue sepultado en el monasterio de Gantes.
Actualmente sus reliquias se conservan parte en la catedral de Gantes y parte en la abadía benedictina de Nesle-la-Reposte, lugar en donde se refugiaron los monjes huyendo de la invasión normanda, alrededor de 882.
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1 de octubre SAN ROMANO "EL MELODISTA", Confesor
San Romano es llamado "El Melodista" porque nos ha dejado rimas bellísimas para el canto en lengua greco-bizantina. Se lo considera el más original y notable de los escritores de himnos greco-bizantinos. Era judío, convertido al cristianismo. Su santidad sobre la tierra, transcurre así, melodiosamente, aún antes de entrar en el coro celestial de los Santos. Pero si bien el material poético dejado por San Romano Melodista es imponente, los datos sobre su vida son escasísimos. Se sabe que nació a fines del siglo V en la ciudad de Emesa, en Siria. Fue diácono, después coadjutor en Beirut, en la iglesia de la Resurrección. Trasladado a Constantinopla, en tiempos del Emperador Anastasio, se retiró a la Iglesia de la Madre de Dios. Murió, poco después, en 555. Se cuenta que en la víspera de una Navidad, se le apareció la Santísima Virgen, entregándole una canción, e invitándolo a cantarla. A la mañana siguiente, día de Navidad, Romano, desde el púlpito de la iglesia, en lugar de predicar, empezó a cantar. Canto, inspirado y santo, su primer himno litúrgico, que comienza con estas palabras: "Hoy de la Virgen - nace el Superconsubstancial - y la tierra ofrece al Inaccessible. - los ángeles con los pastores - proclaman su gloria. - El Mayor de los Astros - ha nacido para nosotros el nuevo Infante - Dios de eterno ".
A este himno le siguieron otros muchos. Se dice que Romano compuso miles. Los estudiosos le reconocen ochenta, que no es poco.
Sus himnos son vívidos, inspirados, dramáticos, pero quizás muy largos y demasiado elaborados para los gustos modernos. Romano les dio la clásica forma de los himnos conocidos como los kontakion.
San Romano el Melodista está considerado como el poeta litúrgico bizantino más importante. Famoso en su tiempo, hoy es conocido solamente entre los eruditos. Entre sus obras, además de aquella de Navidad, se encuentra el Himno de la Presentación en el Templo, el de la Negación de Pedro, el de María al Pie de la Cruz, el de la Resurrección, el del Juicio Final, etc.
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1 de octubre SAN PIATO, Obispo y Mártir
Primer obispo de Tournai, o mejor dicho, arzobispo itinerante.
Sobre su vida existen hechos legendarios. Su Pasión, que data del siglo II, es una copia de la de San Lucien de Beauvais.
Nació en Benevent Italia. Acompañó a San Dionisio en la evangelización de la Galia, predicó también en las Carnutes. en su apostolado en la región de Chartres, según la tradición, no encontró más que corazones endurecidos; en cambio en Tournais, en dos meses escuchando su palabra se convirtieron treinta mil paganos. Fue decapitado en Tournai junto a varios de sus discípulos.
Su cuerpo, enterrado en Seclin (Norte), a causa de la amenaza de piratas normandos, en el siglo IX, fue transportado a San Ouen, después a Chartres donde en la catedral, le está dedicada una capilla.
Es Patrón de Tournai y de Chartres. En Arras se le tributa culto desde el siglo VII.
Se lo representa como obispo, sosteniendo los Evangelios o como a San Dionisio, llevando en sus manos su cabeza cortada.
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1 de octubre SAN AIZAN y SAN AZAN, Confesores
Hay personas que se sumergen totalmente en la oración como los peces en el agua, porque están totalmente entregadas al buen Dios. Su corazón no esta dividido. ¡Cuánto amo a estas almas generosas! San Francisco de Asís y santa Coleta veían a nuestro Señor y hablaban con él del mismo modo que hablamos entre nosotros. (Juan María Vianney)
San Aizan y su hermano San Sazan eran casi caciques en Abisinia, fueron grandes propagadores del Evangelio en su tierra. Su entusiasmo les atrajo la amistad de San Atanaso. Murieron en 400. | |
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1 de octubre SAN DOMNINO, Mártir
Enséñanos, buen Señor, a servirte como mereces: a dar sin contar el costo, a luchar sin contar las heridas, a trabajar y a no buscar descanso, a laborar sin pedir recompensa excepto saber que hacemos tu voluntad (San Ignacio de Loyola)
San Domnino, nacido en Tesalónica en el seno de una familia cristiana, no tenía miedo de proclamarse cristiano. Detenido, le fueron rompiendo los huesos uno a uno. Luego le cortaron las piernas, y así pasó siete días cantando glorias al Señor, antes de ir definitivamente a a cantarlas al cielo. (Siglo IV) | |
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1 de octubre SANTA ARIELLE O URIELLE, Mártir
Estoy tan convencido, Dios mío, de que velas sobre todos los que esperan en Ti, y de que no puede faltar cosa alguna a quien aguarda de Ti todas las cosas, que he determinado vivir de ahora en adelante sin ningún cuidado, descargando en Tí todas mis solicitudes. "En paz me duermo y en seguida descanso porque, Tú solo, Señor, me has confirmado en la esperanza" (Salmo 4:10). (Beato Claudio de la Colombiere)
Se dice que sería la hermana de San Judicael, rey de Domnoné en Bretaña. La leyenda puede ser una realidad pues desde época muy temprana se le rindió culto y además, bajo su patronato se puso una iglesia cerca de Dinan en la costa del Armor. (Siglo VII) | |
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1 de octubre SANTA MONTAÑA, Virgen
La oración no es otra cosa que la unión con Dios. Todo aquel que tiene el corazón puro y unido a Dios experimenta en sí mismo una suavidad y dulzura que lo embriaga, se siente rodeado de una luz admirable. (San Juan María Vianney)
Santa Montaña, (siglo VIII), fue Abadesa de Nuestra Señora de Belén en Ferrieres en Gtinais, en la diócesis de Orleans. Algunos historiadores piensan que sería la misma que Santa Gertrudis de Nivelles, pero la distancia entre las dos abadías es muy grande. Otros historiadores la consideran otra santa completamente distinta. | |
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1 de octubre SANTA DOMANE, Esposa
La oración hace que el tiempo transcurra tan aprisa y con tanto deleite, que ni se percibe su duración. Mirad: cuando era párroco en Bresse, en cierta ocasión en que casi todos mis colegas habían caído enfermos, tuve que hacer largas caminatas, durante las cuales oraba al buen Dios, y creedme, que el tiempo se me hacía corto. (San Juan María Vianney)
Esposa de San Germer, vivió santamente con él en la corte del rey Dagoberto. Más tarde, de común acuerdo con su marido, resolvieron retirarsea la soledad. Fue hija espiritual de San Ouen y monja en Gasny, en la diócesis de | |
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1 de octubre SAN MELO, Mártir
Conocer, demasiado conozco que por mi soy frágil y mudable; sé cuánto pueden las tentaciones contra las virtudes más robustas; he visto caer las estrellas del cielo y las columnas del firmamento; pero nada de eso logra acobardarme. Mientras yo espere, estoy a salvo de toda desgracia; y de que esperaré siempre estoy cierto, porque espero también esta esperanza invariable. (Beato Claudio de la Colombiere)
San Melo era el nieto del conde de Cornouailles, fue asesinado en 798 por su tío, hombre celoso y ambicioso, en Lanmeur en la diócesis de Quimper. Sus reliquias fuerontransportadas a París donde se encuentran en la iglesia de Saintantiago de Haut-Pas. En Betaña se lo venera en varios lugares. | |
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