Quien cree, todo lo puede.
Cree en la existencia de Dios como fuerza presente en todo el universo. Cree en
la vida eterna, en la existencia del espíritu como centella divina dentro de
sí.
Tu fe es el arma más poderosa que tienes para subir las gradas
de la perfección.
Tu fe es la luz que brilla en la oscuridad del universo de los
que creen sólo en la materia y que están destinados a una existencia sin
finalidades coherentes a las leyes divinas.
Cree en ti mismo como espíritu en desarrollo, en donde tu meta,
la perfección, sólo será alcanzada por los que realmente creen.