La destrucción causada por el Huracán Katrina
nos ha traído tantas imágenes poderosas y
anonadantes. Diariamente, las cosas que hemos
visto en televisión nos han movido con
compasión, tocado nuestros corazones
y motivado a responder.
Una de las imágenes que me impactado mucho
fue la del masivo trabajo de reparar la
brecha en una de los diques.
Mientras observaba un flujo continuo de bolsas
de arena siendo dejados caer por helicópteros,
parecía como que los mismos desaparecían en
lo profundo del abismo. Me preguntaba si se
podría completar jamás la reparación necesaria.
¡Qué gozo ver el dique, días después, con la
brecha reparada y sacos de arena por encima
del nivel del agua!.
Dios desea que Su verdad sea establecida
dentro de nosotros. Su verdad puede
compararse a una pared protectora que
nos protege de las dañinas mentiras del enemigo.
La pared protectora de la verdad ayuda a establecer
nuestros corazones en amor y gracia. Provee un
ambiente positivo en el que nuestros espíritus
pueden alimentarse y nuestra fe crecer.
Cada vez que permitimos a una de las mentiras
de Satanás entrar en nuestro corazón, creamos
una brecha en la pared protectora de la verdad.
Mientras que la brecha permanezca, nuestros
corazones serán inundado con dudas, temores y
pensamientos condenatorios que Dios nunca
quiso que estuviesen -pensamientos que nos
robarán tanto nuestra paz como gozo.
Aquí les presento siete mentiras que pueden
averiar la pared protectora de la verdad
de Dios en nosotros:
No podemos confiar en Dios...
cuando la verdad es que Dios es fiel.
Dios está en contra nuestra...
cuando la verdad es que Dios
está a favor nuestro.
No somos lo suficientemente buenos para ser
bendecidos... cuando la verdad es que Cristo es
nuestra justicia y que hemos sido bendecidos
con toda bendición espiritual en Él.
A Dios cuida más de otros que de nosotros...
cuando la verdad es que Dios cuida de nosotros.
Dios realmente no nos ama...
cuando la verdad es que Dios nos
ama con amor eterno.
Nuestra situación no tiene remedio...
cuando la verdad es que con Dios,
nada es imposible.
Las cosas nunca cambiarán...
cuando la verdad es que Dios hace todas
las cosas nuevas.
Si hemos permitido que una mentira del enemigo
rompa nuestra pared protectora de la verdad,
comencemos a reparar esa brecha hoy.
Rechacemos la mentira y comencemos a depositar
los "sacos de arena" de las promesas de Dios en
dicha brecha. Pronto, no quedará brecha alguna
para que la mentira del enemigo
impacte nuestra vida.
Recibamos la limpieza del Señor y permitamos
que la sangre de Jesús lave toda contaminación
que la mentira haya traído a nuestras vidas.
En la medida en que la sangre nos lava, la paz
de Dios y el gozo del Señor llenarán nuestros
corazones de nuevo.
Roy Lessin