Muchos matrimonios viven hoy en día una
actitud de soberbia disfrazada y justificada
en su relación
La soberbia es una actitud orgullosa y egoísta
que es mucho más peligrosa y letal cuando
actúa solapadamente encubierta detrás de
una máscara de religiosidad o de razonamientos
“justificados”
Esa soberbia es la que nos hace creer que
tenemos la razón y que nuestro cónyuge es el
que está fallando y merece el castigo de Dios.
La soberbia te hace creer que tienes la razón,
pero se contradice con tu actitud irrespetuosa e
intolerante con las debilidades de tu cónyuge.
Si tu cónyuge está fallando realmente en alguna
área de su vida, tu misión no es criticarle, juzgarle
y condenarle, sino más bien servirle y apoyarle
a vencer esa debilidad. Esto es lo más difícil
hacer, pero es lo que Dios nuestro Padre celestial
espera de nosotros sus hijos.
Una de las misiones más importantes en el
matrimonio, es que cada uno debe encargarse
de levantar la autoestima de su cónyuge,
animarle, apoyarle, servirle incondicionalmente.
Solo de esa manera podemos esperar una
reacción positiva de él (ella) para acercarse a
Dios y decidir cambiar los hábitos negativos.
No importa quién tiene la razón, si la quiere
imponer con soberbia, de nada nos sirve, porque
entonces destruimos a la misma vez el propósito
de la razón que es siempre edificarnos unos a los
otros y apoyarnos en nuestras debilidades los unos
a los otros. Eso es lo más espiritual que podemos
hacer. Eso es verdaderamente madurez espiritual.
Si verdaderamente amas a Dios, tienes que estar
dispuesto(a) a hacer su voluntad
incondicionalmente y si tienes verdadera
FE en EL, tienes que creer que todo tu esfuerzo
y sacrificio va a dar fruto abundante en tu
esposo(a), tu familia y el Ministerio que Dios
les llame a servir.
Que no se aparte de tu boca este libro de la ley
y medita en él de día y de noche; cumple con
cuidado todo lo que en él está escrito. Así
prosperarás y tendrás éxito.9 Ya te lo he
ordenado: ¡Sé fuerte y valiente! ¡No tengas
miedo ni te desanimes! Porque el Señor tu
Dios te acompañará dondequiera que vayas.»
Abandona tus pensamientos negativos y empieza
a pensar en la gracia del Señor que te da nuevas
fuerzas cada mañana y te levanta como las
águilas para que puedas ser obediente
a su palabra.
Tus pensamientos son los que definen tus
sentimientos; entonces si quieres sentirte bien,
medita en la palabra de Dios y en sus promesas
de restauración y de vida y aprópialas para tu
matrimonio y tu familia. Después que tu
matrimonio este saludable, entonces podrás
seguir el llamado de Dios y servirle a EL.
Si eres capaz de reconocer que hay soberbia en ti,
toma la decisión hoy mismo de pedirle perdón
a Dios primero y a tu cónyuge después. Si no lo
puedes hacer entonces tu soberbia y tu orgullo
es aún muy fuerte en ti y necesitas ayuda
espiritual para lograrlo. Búscala hoy mismo!
Tu matrimonio y tu familia es el tesoro más
valioso que Dios te ha dado. CUÍDALO!
Luis Y Hannia Fernandez.