El malvado rey Herodes pone en la cárcel a Pedro con el fin de ejecutarlo.
Dice el relato que 16 guardias cumplían con la estricta orden de
cuidar a aquel preso. La cárcel, los guardias y una casi segura
muerte era la durísima realidad del apóstol. Pero el escritor
nos dice que la los hermanos del reo no cesaban de orar
pidiendo a Dios que interviniera para la liberación de su hijo.
La Biblia nos dice que, como respuesta a esas oraciones,
un ángel de Dios se hizo presente en aquella prisión dándole
a Pedro una libertad milagrosa. ¡Tremenda respuesta a la
oración de una iglesia! Y esa es la esencia de la palabra de hoy.
El tremendo poder de la oración. Jesús promete en su
palabra que estará presente donde se reúnan sus hijos para
orar, y agrega, que todo lo que pidan, también en su nombre, creyendo, lo haría. La vida actual está llena de dificultades de todo tipo,
problemas de diversa índole aquejan al ser humano planteándole
interrogantes que no puede responder. Pareciera que el hombre
está condenado a padecer, en vez de disfrutar el maravilloso
regalo de la vida. Alguien dijo que la vida no puede ser solo
una fábrica de cadáveres. ¿Vamos a pasar por esta tierra
como prisioneros que aguardan impotentes la llegada de la
muerte? ¡No es ese el plan de Dios! Existe un camino,
una puerta y una vida mejor: Y su nombre es Jesucristo.
Amigo de este espacio , no te resignes a vivir como un preso
del infortunio y la desgracia. No te entregues en los brazos
de la amargura. No aceptes como algo inevitable vivir triste
y sin esperanza. ¡Rebelate! Abrí tu corazón y decile sí a Jesucristo.
Como hijo de un Dios que vive, tendrás la autoridad de elevar
tus oraciones al cielo y recibirás contestación a todas tus súplicas. ¡Y la oración cambiará tu vida!
por Ministerio Nueva Vida.
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