A expensas del Tronco
En el sur de los Estados Unidos existe
un tipo de vid que es parásita, sube
por los troncos y se adhiere a árboles
saludables y fuertes. Esta uva oscura del
tamaño de una nuez se usa para hacer
dulces y jaleas, y algunos sureños usan
la piel para hacer pastel de fruta.
El fruto que produce este tipo de vid les
ha servido a muchas familias pobres
durante muchos años. En años recientes,
esta clase de vid se ha hecho más popular
y este tipo de uva se puede comprar casi
en todas partes en el sur del país.
A pesar de lo gustosa, variada y rica que es,
esta clase de vid no puede existir por sí
misma. Necesita el soporte de árboles
bien firmes y arraigados a los cuales
adherirse para sustentarse. Si esta vid se
le separa del árbol que le sirve de sostén,
se seca y deja de dar fruto.
Como la vid, no podemos sobrevivir
sin una total dependencia de Dios. Sin Él
no tenemos una verdadera, guía o
alimento, y no podemos dar fruto.
Sin embargo, podemos aprender a
adherirnos al Señor rindiendo nuestras
vidas a Él. Podemos alimentarnos
estudiando la Biblia, orando, adorando
a Dios, sirviéndole y obedeciéndole de todo
corazón. Como la vid, al adherirnos a
nuestra Fuente podremos crecer
saludablemente y dar mucho fruto bueno.
Yo soy la vid, vosotros los pámpanos;
el que permanece en mí, y yo en él, éste
lleva mucho fruto; porque separando de
mí nada podéis hacer.
Renuevo de Plenitud
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