Ayer hablaba con un ángel.
En su pasado, era el ángel mas lindo del cielo pero una vez en la Tierra se enamoró y entregó
todo su corazón. Entregó su bondad, su nobleza, su pasión, su lealtad,
su comprensión, su ternura, su sinceridad, su amor incondicional, en fin lo entregó todo.
El tenía el corazón mas grande y hermoso visto, su casa estaba impecable,
siempre tenía la puerta abierta, era tan hermosa, era perfecta todo en su
lugar y siempre se escuchaba una hermosa melodía, el aire que se respiraba era el mas puro que había.
No necesitaba luz, pues todo brillaba con luz propia. Su cocina era hermosa y surtida
con las mejores frutas. En cada rincón se respiraba amor,
no se escapaba el mínimo detalle. Su casa era un edén mismo que Dios había hecho con sus propias manos.
Tenía el mejor jardín de rosas, todo lo que sembraba lo cosechaba.
Era un lugar agradable. Pero un día la persona de la cual estaba enamorada, empezó a romper todo y se marchó.
El ángel estaba tan triste.
No sabía que hacer y decidió nunca mas volverse a enamorar.
Fue y compró el candado mas grande que había, llegó a su casa y lo puso en la
puerta. Ya no había luz dentro de su casa, ya nada era igual. Nada estaba en su sitio.
Se sentía el odio, el rencor y la frustración. Llegaron algunos ángeles a su puerta, algunos con una linda melodía.
Pero como el ángel no quería volver amar, los recibía con palabras
ofensivas y nada de amor. Si algún ángel insistía mucho y se quedaba a cantarle
en la puerta, sacaba su escopeta por la ventana y se la vaciaba. Así continuaron sus días, sus años.
Vivía en senda amargura y agonía. Estaba loco por reprocharle a Dios
por qué nunca pudo ser feliz ya que su vida había sido un infierno.
Al cabo de los años el ángel murió y llegó al cielo. Estaba loco por tener una
conversación con Dios y contarle todo lo que había sufrido cuando llego su turno le contó todo a dios.
Dios respondió sabiamente y le contestó “solo tenías que dejar la puerta abierta
y tu vida hubiese sido otra. Todo lo que habéis perdido se te hubiese
multiplicado y nunca habrías muerto. Hubieses sido eterno.
Tal vez moriría tu cuerpo pero no tu alma. Tú estabas vivo allá pero por dentro
estabas muerto. Yo estaba loco por tener esta conversación contigo,
espero que hayas aprendido porque a pesar de todo te amo”.
Primera moraleja
El corazón es como tu edén no importa quien lo rompa. Deja la puerta abierta y verás
que todo lo que perdiste se te multiplicará solo ama y eso es todo.
Segunda moraleja
De que vale estar vivo si por dentro estás muerto.
Nunca cierres tu corazón porque serás tu esclavo en tu misma prisión.
Tercera moraleja
Si quieres vivir para siempre solo debes amar.
Tal vez tu cuerpo muera, pero tu alma no.
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