Dulce Niño de Belen, haz que penetremos con toda el alma en este profundo misterio de la Navidad. Pon en el corazón de los hombres esa paz que buscan, a veces con tanta violencia, y que tú sólo puedes dar. Ayúdales a conocerse mejor y a vivir fraternalmente como hijos del mismo Padre. Descúbreles también tu hermosura, tu santidad y pureza. Despierta su corazón el amor y la gratitud a tú infinita bondad. Úunelos en tu caridad y danos tu celeste paz.