Ellas y ellos entran en tu vida, o tu en la vida
de ellos. Siempre brillantes, perfectos,
espléndidos, casi perfectos.
Siempre brindando su sonrisa, su alegíra y su calor;
siempre buscando situarse en el lugar de los otros
para entenderles mejor;
la risa más sonora en tu alma, esa le pertenece a ellos.
Vienen a tu vida o te prestan un poco
de tu tiempo para enseñarnos que las
sonrisas nunca están demás, que para abrazar
a alguien no hace falta tocarlo, sólo mirarle
transmitiendo todo y siempre recordándote
que la vida es corta,que el tiempo es
efimero y que debemos sacarle jugo a nuestras horas.
Asi como entran en tu vida, de esa misma forma
les dejas de ver. Han pasado de ser extraños a
puntos de ancla a los cuales regresas cuando
crees que ya no puedes más. Es en ese
momento cuando algo te los hace recordar y
con los recuerdos viene la enseñanza, la alegría,
la fuerza de seguir luchando,
de gastar lo que se deba aunque el dinero pueda estar escaso.
Y de pronto,,te dás cuenta, que tú estás
continuando el trabajo que ellos y ellas han hecho,
tal vez en otro campo, pero con la misma alegria,
fuerza y tesón que tus ángeles terrenos te enseñaron.
Hoy yo quero saludar publicamente a mis ángeles,
esas personas que pasaron por mi vida y
que ya no comparten la tierra conmigo y les
invito a que ustedes hagan lo mismo y sobre
todo...a que los hagan felices, pués ellos nos
siguen viendo, al intentar seguir el ejemplo que ellos nos dieron.