4° semana, lunes, de la feria, verde.-Semana 4a del Salterio.
ANTÍFONA DE ENTRADA Cf r. Sal 105,47
Sálvanos, Señor y Dios nuestro, congréganos de entre las naciones, para que podamos dar gracias a tu santo Nombre y gloriamos en tu alabanza.
ORACIÓN COLECTA
Señor y Dios nuestro, concédenos honrarte con todo el corazón y amar a todos con amor verdadero. Por nuestro Señor Jesucristo, tu Hijo, que vive y reina contigo en la unidad del Espíritu Santo, y es Dios, por los siglos de los siglos.
LECTURA 2Sam 15,13-14. 30; 16, 5-13
Lectura del segundo libro de Samuel.
David recibió esta noticia: “Todos los hombres de Israel están de parte de Absalón”. Entonces dijo a todos sus servidores que estaban con él en Jerusalén: ¡Rápido, huyamos! Si Absalón se nos pone delante, no tendremos escapatoria. Apúrense a partir, no sea que él nos sorprenda, que precipite la desgracia sobre nosotros y pase la ciudad al filo de la espada!”. David subía la cuesta de los Olivos; iba llorando, con la cabeza cubierta y los pies descalzos. Todo el pueblo que lo acompañaba también llevaba la cabeza cubierta, y lloraba mientras subía. Cuando el rey llegaba a Bajurím salió de allí un hombre del mismo clan que la casa de Saúl, llamado Simei, hijo de Guerá. Mientras salía, iba lanzando maldiciones, y arrojaba piedras contra David y contra sus servidores, a pesar de que todo el pueblo y todos los guerreros marchaban a la derecha y a la izquierda del rey. Y al maldecirlo, decía: “Fuera, fuera, hombre sanguinario y canalla! El Señor hace recaer sobre ti toda la sangre de la casa de Saúl, a quien tú has usurpado el reino. El Señor ha puesto la realeza en manos de tu hijo Absalón, mientras que tú has caído en desgracia, porque eres un sanguinario!”. Abisai, hijo de Seruiá, dijo al rey: “,Cómo ese perro muerto va a maldecir a mi señor, el rey? Deja que me cruce y le cortaré la cabeza!”. Pero el rey replicó: “,Qué tengo que ver yo con ustedes, hijos de Seruiá? Si él maldice, es porque el Señor le ha dicho: ‘Maldice a David!’. ¿Quién podrá entonces reprochárselo?”. Luego David dijo a Abisai y a todos sus servidores:
“Si un hijo mío, nacido de mis entrañas, quiere quitarme la vida, cuánto más este benjaminita! Déjenlo que maldiga, si así se lo ha dicho el Señor. Quizá el Señor mire mi humillación y me devuelva la felicidad, a cambio de esta maldición que hoy recibo de él”. David siguió con sus hombres por el camino, mientras Simei iba por la ladera de la montaña, al costado de él; y a medida que avanzaba, profería maldiciones, arrojaba piedras y levantaba polvo.
Palabra de Dios.
COMENTARIO
David intuye la gravedad de la situación frente a su hijo Absalón. Enfrentarlo, es exponer la ciudad y su población a la ruina. Sin embargo, David no pierde la esperanza y confía en el Señor que defiende a humildes y humillados.
SALMO Sal 3, 2-8
R. ¡Levántate, Señor, sálvame!
Señor, qué numerosos son mis adversarios, cuántos los que se levantan contra mí! Cuántos son los que dicen de mí:
“Dios ya no quiere salvarlo”! R.
Pero tú eres mi escudo protector y mi gloria, tú mantienes erguida mi cabeza. Invoco al Señor en alta voz, y El me responde desde su santa Montaña. R.
Yo me acuesto y me duermo, y me despierto tranquilo porque el Señor me sostiene. No temo a la multitud innumerable, apostada contra mí por todas partes. Levántate, Señor! Sálvame, Dios mío! R.
ALELUYA Lc7, 16
Aleluya. Un gran profeta ha aparecido en medio de nosotros y Dios ha visitado a su Pueblo. Aleluya.
EVANGELIO Mc 5, 1-20
Evangelio de nuestro Señor Jesucristo según san Marcos.
Jesús y sus discípulos llegaron a la otra orilla del mar, a la región de los gerasenos. Apenas Jesús desembarcó, le salió al encuentro desde el cementerio un hombre poseído por un espíritu impuro. El habitaba en los sepulcros, y nadie podía sujetarlo, ni siquiera con cadenas. Muchas veces lo habían atado con grillos y cadenas, pero él había roto las cadenas y destrozado los grillos, y nadie podía dominarlo. Día y noche, vagaba entre los sepulcros y por la montaña, dando alaridos e hiriéndose con piedras. Al ver de lejos a Jesús, vino corriendo a postrarse ante El, gritando con fuerza: ¿Qué quieres de mí, Jesús, Hijo de Dios, el Altísimo? ¡Te conjuro por Dios, no me atormentes!. Porque Jesús le había dicho: ¡Sal de este hombre, espíritu impuro!. Después le preguntó: ¿Cuál es tu nombre?”. El respondió: “Mi nombre es Legión, porque somos muchos”. Y le rogaba con insistencia que no lo expulsara de aquella región. Había allí una gran piara de cerdos que estaba paciendo en la montaña. Los espíritus impuros suplicaron a Jesús: “Envíanos los cerdos, para que entremos en ellos”. El se lo permitió. Entonces los espíritus impuros salieron de aquel hombre, entraron en los cerdos, y desde lo alto del acantilado, toda la piara —unos dos mil animales— se precipitó al mar y se ahogó. Los cuidadores huyeron y difundieron la noticia en la ciudad y en los poblados. La gente fue a ver qué había sucedido. Cuando llegaron adonde estaba Jesús, vieron sentado, vestido y en su sano juicio, al que había estado poseído por aquella Legión, y se llenaron de temor. Los testigos del hecho les contaron lo que había sucedido con el endemoniado y con los cerdos. Entonces empezaron a pedir a Jesús que se alejara de su territorio. En el momento de embarcarse, el hombre que había estado endemoniado le pidió que lo dejara quedarse con El. Jesús no se lo permitió, sino que le dijo: “Vete a tu casa con tu familia, y anúnciales todo lo que el Señor hizo contigo al compadecerse de ti”. El hombre se fue y comenzó a proclamar por la región de la Decápolis lo que Jesús había hecho por él, y todos quedaban admirados.
Palabra del Señor.
COMENTARIO
La ausencia de los discípulos al lado de Jesús refleja el temor generalizado en la población ante un hombre poseído. De igual forma el endemoniado rechaza a la gente de su pueblo, aún cuando busca acerca rse a Jesús, en quien reconoce al Hijo del Dios Altísimo. En este relato el Reino de Dios llega también al mundo pagano a través un milagro como acto supremo de solidaridad.
ORACIÓN SOBRE LAS OFRENDAS
Presentamos ante tu altar, Señor, los dones de nuestra entrega; te rogamos que los aceptes con bondad y los conviertas en el sacramento de nuestra redención.
Por Jesucristo, nuestro Señor.
ANTÍFONA DE COMUNIÓN Sal 30 17-18
Que brille tu rostro sobre tu servidor, sálvame por tu misericordia. Señor, que no me avergüence de haberte invocado.
ORACION DESPUÉS DE LA COMUNIÓN
Alimentados con el don de nuestra redención, te pedimos, Padre, que con este auxilio de salvación eterna se acreciente siempre en nosotros la verdadera fe.
4° semana, lunes, de la feria, verde.-Semana 4a del Salterio.
ANTÍFONA DE ENTRADA Cf r. Sal 105,47
Sálvanos, Señor y Dios nuestro, congréganos de entre las naciones, para que podamos dar gracias a tu santo Nombre y gloriamos en tu alabanza.
ORACIÓN COLECTA
Señor y Dios nuestro, concédenos honrarte con todo el corazón y amar a todos con amor verdadero. Por nuestro Señor Jesucristo, tu Hijo, que vive y reina contigo en la unidad del Espíritu Santo, y es Dios, por los siglos de los siglos.
LECTURA 2Sam 15,13-14. 30; 16, 5-13
Lectura del segundo libro de Samuel.
David recibió esta noticia: “Todos los hombres de Israel están de parte de Absalón”. Entonces dijo a todos sus servidores que estaban con él en Jerusalén: ¡Rápido, huyamos! Si Absalón se nos pone delante, no tendremos escapatoria. Apúrense a partir, no sea que él nos sorprenda, que precipite la desgracia sobre nosotros y pase la ciudad al filo de la espada!”. David subía la cuesta de los Olivos; iba llorando, con la cabeza cubierta y los pies descalzos. Todo el pueblo que lo acompañaba también llevaba la cabeza cubierta, y lloraba mientras subía. Cuando el rey llegaba a Bajurím salió de allí un hombre del mismo clan que la casa de Saúl, llamado Simei, hijo de Guerá. Mientras salía, iba lanzando maldiciones, y arrojaba piedras contra David y contra sus servidores, a pesar de que todo el pueblo y todos los guerreros marchaban a la derecha y a la izquierda del rey. Y al maldecirlo, decía: “Fuera, fuera, hombre sanguinario y canalla! El Señor hace recaer sobre ti toda la sangre de la casa de Saúl, a quien tú has usurpado el reino. El Señor ha puesto la realeza en manos de tu hijo Absalón, mientras que tú has caído en desgracia, porque eres un sanguinario!”. Abisai, hijo de Seruiá, dijo al rey: “,Cómo ese perro muerto va a maldecir a mi señor, el rey? Deja que me cruce y le cortaré la cabeza!”. Pero el rey replicó: “,Qué tengo que ver yo con ustedes, hijos de Seruiá? Si él maldice, es porque el Señor le ha dicho: ‘Maldice a David!’. ¿Quién podrá entonces reprochárselo?”. Luego David dijo a Abisai y a todos sus servidores:
“Si un hijo mío, nacido de mis entrañas, quiere quitarme la vida, cuánto más este benjaminita! Déjenlo que maldiga, si así se lo ha dicho el Señor. Quizá el Señor mire mi humillación y me devuelva la felicidad, a cambio de esta maldición que hoy recibo de él”. David siguió con sus hombres por el camino, mientras Simei iba por la ladera de la montaña, al costado de él; y a medida que avanzaba, profería maldiciones, arrojaba piedras y levantaba polvo.
Palabra de Dios.
COMENTARIO
David intuye la gravedad de la situación frente a su hijo Absalón. Enfrentarlo, es exponer la ciudad y su población a la ruina. Sin embargo, David no pierde la esperanza y confía en el Señor que defiende a humildes y humillados.
SALMO Sal 3, 2-8
R. ¡Levántate, Señor, sálvame!
Señor, qué numerosos son mis adversarios, cuántos los que se levantan contra mí! Cuántos son los que dicen de mí:
“Dios ya no quiere salvarlo”! R.
Pero tú eres mi escudo protector y mi gloria, tú mantienes erguida mi cabeza. Invoco al Señor en alta voz, y El me responde desde su santa Montaña. R.
Yo me acuesto y me duermo, y me despierto tranquilo porque el Señor me sostiene. No temo a la multitud innumerable, apostada contra mí por todas partes. Levántate, Señor! Sálvame, Dios mío! R.
ALELUYA Lc7, 16
Aleluya. Un gran profeta ha aparecido en medio de nosotros y Dios ha visitado a su Pueblo. Aleluya.
EVANGELIO Mc 5, 1-20
Evangelio de nuestro Señor Jesucristo según san Marcos.
Jesús y sus discípulos llegaron a la otra orilla del mar, a la región de los gerasenos. Apenas Jesús desembarcó, le salió al encuentro desde el cementerio un hombre poseído por un espíritu impuro. El habitaba en los sepulcros, y nadie podía sujetarlo, ni siquiera con cadenas. Muchas veces lo habían atado con grillos y cadenas, pero él había roto las cadenas y destrozado los grillos, y nadie podía dominarlo. Día y noche, vagaba entre los sepulcros y por la montaña, dando alaridos e hiriéndose con piedras. Al ver de lejos a Jesús, vino corriendo a postrarse ante El, gritando con fuerza: ¿Qué quieres de mí, Jesús, Hijo de Dios, el Altísimo? ¡Te conjuro por Dios, no me atormentes!. Porque Jesús le había dicho: ¡Sal de este hombre, espíritu impuro!. Después le preguntó: ¿Cuál es tu nombre?”. El respondió: “Mi nombre es Legión, porque somos muchos”. Y le rogaba con insistencia que no lo expulsara de aquella región. Había allí una gran piara de cerdos que estaba paciendo en la montaña. Los espíritus impuros suplicaron a Jesús: “Envíanos los cerdos, para que entremos en ellos”. El se lo permitió. Entonces los espíritus impuros salieron de aquel hombre, entraron en los cerdos, y desde lo alto del acantilado, toda la piara —unos dos mil animales— se precipitó al mar y se ahogó. Los cuidadores huyeron y difundieron la noticia en la ciudad y en los poblados. La gente fue a ver qué había sucedido. Cuando llegaron adonde estaba Jesús, vieron sentado, vestido y en su sano juicio, al que había estado poseído por aquella Legión, y se llenaron de temor. Los testigos del hecho les contaron lo que había sucedido con el endemoniado y con los cerdos. Entonces empezaron a pedir a Jesús que se alejara de su territorio. En el momento de embarcarse, el hombre que había estado endemoniado le pidió que lo dejara quedarse con El. Jesús no se lo permitió, sino que le dijo: “Vete a tu casa con tu familia, y anúnciales todo lo que el Señor hizo contigo al compadecerse de ti”. El hombre se fue y comenzó a proclamar por la región de la Decápolis lo que Jesús había hecho por él, y todos quedaban admirados.
Palabra del Señor.
COMENTARIO
La ausencia de los discípulos al lado de Jesús refleja el temor generalizado en la población ante un hombre poseído. De igual forma el endemoniado rechaza a la gente de su pueblo, aún cuando busca acerca rse a Jesús, en quien reconoce al Hijo del Dios Altísimo. En este relato el Reino de Dios llega también al mundo pagano a través un milagro como acto supremo de solidaridad.
ORACIÓN SOBRE LAS OFRENDAS
Presentamos ante tu altar, Señor, los dones de nuestra entrega; te rogamos que los aceptes con bondad y los conviertas en el sacramento de nuestra redención.
Por Jesucristo, nuestro Señor.
ANTÍFONA DE COMUNIÓN Sal 30 17-18
Que brille tu rostro sobre tu servidor, sálvame por tu misericordia. Señor, que no me avergüence de haberte invocado.
ORACION DESPUÉS DE LA COMUNIÓN
Alimentados con el don de nuestra redención, te pedimos, Padre, que con este auxilio de salvación eterna se acreciente siempre en nosotros la verdadera fe.
De la feria. Verde. San Blas, o. y m. (ML). Rojo. San Oscar, obispo. (ML). Blanco.
San Blas, obispo y mártir
Nació en Sebaste (Asia Menor) en el siglo III. Era médico, y curaba con la medicina y con los milagros. Fue nombrado obispo de su ciudad. En la persecución de Diocleciano se refugió en una gruta, y desde allí dirigía su diócesis y animaba a los mártires. Al ser descubierto por los soldados, los saludó: ‘Bienvenidos, amigos. Partamos en el nombre del Señor”. Y al encontrarse con los fieles, dijo: ‘Al fin se ven colmados mis ardientes deseos”. Lo sometieron a horribles tormentos, y en el 316 lo decapitaron, ganándose la gloriosa corona del martirio.
ANTÍFONA DE ENTRADA Cf Sal 105, 47
Sálvanos, Señor y Dios nuestro, congréganos de entre las naciones, para que podamos dar gracias a tu santo Nombre y gloriamos en tu alabanza.
ORACIÓN COLECTA
Señor y Dios nuestro, concédenos honrarte con todo el corazón y amar a todos con amor verdadero. Por nuestro Señor Jesucristo, tu Hijo, que vive y reina contigo en la unidad del Espíritu Santo, y es Dios, por los siglos de los siglos.
O bien: de san Oscar
Señor, que enviaste al obispo san Oscar para iluminar con el Evangelio a numerosos pueblos, concédenos, por su intercesión, la gracia de caminar siempre en la luz de tu verdad. Por nuestro Señor Jesucristo, tu Hijo, que vive y reina contigo en la unidad del Espíritu Santo y es Dios, por los siglos de los siglos.
LECTURA 2Sam 24, 2. 9-17
Lectura del segundo libro de Samuel.
El rey dijo a Joab, el jefe del ejército, que estaba con él: «Recorre todas las tribus de Israel, desde Dan hasta Berseba y hagan el censo del pueblo, para que yo sepa el número de la población». Joab presentó al rey las cifras del censo de la población, y resultó que en Israel había ochocientos mil hombres aptos para el servicio militar, y en Judá, quinientos mil. Pero, después de esto, David sintió remordimiento de haber hecho el recuento de la población, y dijo al Señor: «He pecado gravemente al obrar así. Dígnate ahora, Señor, borrar la falta de tu servidor, porque me he comportado como un necio». A la mañana siguiente, cuando David se levantó, la palabra del Señor había llegado al profeta Gad, el vidente de David, en estos términos: «Ve a decir a David: Así habla el Señor: Te propongo tres cosas. Elige una, y yo la llevaré a cabo». Gad se presentó a David y le llevó la noticia, diciendo: «,Qué prefieres: soportar tres años de hambre en tu país, o huirtres meses ante la persecución de tu enemigo, o que haya tres días de peste en tu territorio? Piensa y mira bien ahora lo que debo responder al que me envió». David dijo a Gad: «Estoy en un grave aprieto! Caigamos más bien en manos del Señor, porque es muy grande su misericordia, antes que caer en manos de los hombres». Entonces el Señor envió la peste a Israel, desde esa mañana hasta el tiempo señalado, y murieron setenta mil hombres del pueblo, desde Dan hasta Berseba. El Angel extendió la mano hacia Jerusalén para exterminarla, pero el Señor se arrepintió del mal que le infligía y dijo al Angel que exterminaba al pueblo: «Basta ya! Retira tu mano!» El Angel del Señor estaba junto ala era de Arauná, el jebuseo. Y al ver al Angel que castigaba al pueblo, David dijo al Señor:
«Soy yo el que he pecado! Soy yo el culpable! Pero éstos, las ovejas, ¿qué han hecho? Descarga tu mano sobre mí y sobre la casa de mi padre!»
Palabra de Dios.
COMENTARIO
David organiza un censo para medir su poderío. En este tipo de acciones casi siempre hay una cuota de orgullo, y la idea es: confiar más en los recursos humanos que en la protección y bendición del Señor. Esto disgustó a Dios y propuso a David que eligiera uno de los tres castigos que le propuso, para reparar su falta. David eligió la peste, y perecieron muchos hombres.
SALMO Sal 31,1-2. 6. 7
R. ¡Perdona, Señor, mi culpa y mi pecado! Feliz el que ha sido absuelto de su pecado y liberado de su falta! Feliz el hombre a quien el Señor no le tiene en cuenta las culpas, y en cuyo espíritu no hay doblez! R.
Yo reconocí mi pecado, no te escondí mi culpa, pensando: «Confesaré mis faltas al Señor». Y Tú perdonaste mi culpa y mi pecado! R.
Por eso, que todos tus fieles te supliquen en el momento de la angustia; y cuando irrumpan las aguas caudalosas no llegarán hasta ellos. R.
Tú eres mi refugio, Tú me libras de los peligros y me colmas con la alegría de la salvación. R.
ALELUYA Jn127
Aleluya. «Mis ovejas escuchan mi voz, Yo las conozco y ellas me siguen», dice el Señor. Aleluya.
EVANGELIO Mc 6, 1-6
Evangelio de nuestro Señor Jesucristo según san Marcos.
Jesús se dirigió a su pueblo, seguido de sus discípulos. Cuando llegó el sábado, comenzó a enseñar en la sinagoga, y la multitud que lo escuchaba estaba asombrada y decía: “De dónde saca todo esto? ¿Qué sabiduría es esa que le ha sido dada y esos grandes milagros que se realizan por sus manos? ¿No es acaso el carpintero, el hijo de María, hermano de Santiago, de José, de Judas y de Simón? ¿Y sus hermanas no viven aquí entre nosotros?” Y Jesús era para ellos un motivo de escándalo. Por eso les dijo: “Un profeta es despreciado solamente en su pueblo, en su familia y en su casa”. Y no pudo hacer allí ningún milagro, fuera de sanar a unos pocos enfermos, imponiéndoles las manos. Y El se asombraba de su falta de fe. Jesús recorría las poblaciones de los alrededores, enseñando a la gente.
Palabra del Señor.
COMENTARIO
Muchos militantes cristianos que cuentan a sus amigos lo que ha sucedido con ellos, cómo Cristo los ha liberado y cómo El también puede liberar a otros y a la sociedad, se encuentran con una reacción de indiferencia. Muchos no quieren saber de estas cosas de religión.
ORACIÓN SOBRE LAS OFRENDAS
Presentamos ante tu altar, Señor, los dones de nuestra entrega; te rogamos que los aceptes con bondad y los conviertas en el sacramento de nuestra redención.
Por Jesucristo nuestro Señor.
ANTÍFONA DE COMUNIÓN Mt 5.5
Felices los que tienen alma de pobres, porque a ellos les pertenece el reino de los cielos. Felices los pacientes, porque recibirán la tierra en herencia.
ORACIÓN DESPUÉS DE LA COMUNIÓN
Alimentados con el don de nuestra redención, te pedimos, Padre, que con este auxilio de salvación eterna se acreciente siempre en nosotros la verdadera fe.
Sálvanos, Señor y Dios nuestro, congréganos de entre las naciones, para que podamos dar gracias a tu santo Nombre y gloriamos en tu alabanza.
ORACIÓN COLECTA
Señor y Dios nuestro, concédenos honrarte con todo el corazón y amar a todos con amor verdadero. Por nuestro Señor Jesucristo, tu Hijo, que vive y reina contigo en la unidad del Espíritu Santo, y es Dios, por los siglos de los siglos.
LECTURA l Rey 2, 1-4. 10-12
Lectura del primer libro de los Reyes.
Estando ya próximo a su muerte, David hizo estas recomendaciones a su hijo Salomón: «Yo me voy por el camino de todo el mundo. Sé fuerte y compórtate como un hombre. Observa las prescripciones del Señor, tu Dios, siguiendo sus caminos, observando sus preceptos, sus mandamientos, sus leyes y sus instrucciones, según lo que está escrito en la Ley de Moisés. Así prosperarás en todo lo que hagas y en todo lo que emprendas, y el Señor mantendrá esta palabra que me ha dicho: ‘Si tus hijos vigilan su conducta, caminando delante de mí con fidelidad, de todo corazón y con toda su alma, nunca te faltará un descendiente en el trono de Israel». David se fue a descansar con sus padres, y lo enterraron en la Ciudad de David. Cuarenta años duró su reinado sobre Israel: reinó siete años en Hebrón y treinta y tres en Jerusalén. Salomón se sentó en el trono de su padre David, y su realeza quedó firmemente afianzada.
Palabra de Dios.
COMENTARIO
El rey David, conociendo que llegaba su hora, llama a su hijo Salomón, que lo sucedería en el trono, y le da instrucciones y consejos sabios para que sea un buen gobernante, deseándole que sea fiel al Señor y así sus proyectos tengan éxito.
SALMO 1 Crón 29, 10-11. 11d-12
R. ¡Bendito sea el Señor, nuestro Dios! Bendito seas, Señor, Dios de nuestro padre Israel, desde siempre y para siempre! R.
Tuya, Señor, es la grandeza, la fuerza, la gloria, el esplendor y la majestad; porque a ti pertenece todo lo que hay en el cielo y en la tierra. R.
Tuyo, Señor, es el reino; Tú te elevas por encima de todo. Deti proceden la riqueza y la gloria. R.
Porque Tú, Señor, lo gobiernas todo, en tu mano están el poder y la fuerza, y es tu mano la que engrandece y afianza todas las cosas. R.
ALELUYA Mc 1, 15
Aleluya. El Reino de Dios está cerca. Crean en la Buena Noticia. Aleluya.
EVANGELIO Mc 6, 7-13
Evangelio de nuestro Señor Jesucristo según san Marcos.
Jesús llamó a los Doce y los envió de dos en dos, dándoles poder sobre los espíritus impuros. Y les ordenó que no llevaran para el camino más que un bastón; ni pan, ni provisiones, ni dinero; que fueran calzados con sandalias y que no tuvieran dos túnicas. Les dijo: “Permanezcan en la casa donde les den alojamiento hasta el momento de partir. Si no los reciben en un lugar y la gente no los escucha, al salir de allí, sacudan hasta el polvo de sus pies, en testimonio contra ellos”. Entonces fueron a predicar, exhortando a la conversión; expulsaron a muchos demonios y sanaron a numerosos enfermos, ungiéndolos con óleo.
Palabra del Señor.
COMENTARIO
La forma en que Jesús exhorta a sus discípulos a anunciar el Evangelio y los consejos que les da, nos permiten aprender varias características de la auténtica evangelización. Primero: trabajar en equipo es mejor que un trabajo personal. Segundo: los evangelizadores deben estar libres de preocupaciones personales y materiales, para que la misión no se detenga, sino que avance y la llamada a la conversión siga su curso a través de la historia.
ORACIÓN SOBRE LAS OFRENDAS
Presentamos ante tu altar, Señor, los dones de nuestra entrega; te rogamos que los aceptes con bondad y los conviertas en el sacramento de nuestra redención.
Por Jesucristo, nuestro Señor.
ANTÍFONA DE COMUNIÓN Sal 30,17-18
Que brille tu rostro sobre tu servidor, sálvame por tu misericordia. Señor, que no me avergüence de haberte invocado.
ORACIÓN DESPUÉS DE LA COMUNIÓN
Alimentados con el don de nuestra redención, te pedimos, Padre, que con este auxilio de salvación eterna se acreciente siempre en nosotros la verdadera fe.
Nació en Catania (Sicilia-Italia) hacia el 230. ‘4 según las actas de su martirio -escritas más de dos siglos después del hecho-, perteneció a una noble y rica familia cristiana. A los 15 años, decidió consagrarse a Dios, y el obispo de Catania le impuso el velo rojo de virgen consagrada. Al verla el procónsul Quinziano, se prendó de su belleza, y la llamó a su palacio con intención de seducirla. Pero Quinciano se vio rechazado por la firme resistencia de la joven, y entonces, con el pretexto de que era cristiana, recurrió a las torturas: estiramiento de miembros, rasgaduras con garfios, quemaduras con láminas ardientes... Pero Agueda no se rindió. En consecuencia Quinziano ordenó cercenarle los senos con una gran tenaza. Pero san Pedro la curó durante la noche. Al verla curada, el procónsul ordenó acostarla en un lecho de carbones ardiendo, con pinchos y láminas de hierro al rojo vivo, y así pasó al paraíso el 5 de febrero del 251. Es patrona de los bomberos.
ANTÍFONA DE ENTRADA
Alegrémonos con gran regocijo porque el Señor del universo amó a esta virgen santa y gloriosa.
ORACIÓN COLECTA
Señor, te rogamos que santa Águeda nos consiga tu perdón, ya que ella te agradó siempre por la fortaleza en el martirio y por el mérito de su castidad.
Por Jesucristo nuestro Señor.
LECTURA Ecli 47, 2-11
Lectura del libro del Eclesiástico.
Como se aparta la grasa del sacrificio de comunión, así fue elegido David entre los israelitas. Él jugó con leones como si fueran cabritos y con osos como si fueran corderos. ¿Acaso, siendo joven, no mató a un gigante y extirpó el oprobio del pueblo, cuando lanzó una piedra con la honda y abatió la arrogancia de Goliat? Porque él invocó al Señor, el Altísimo, que fortaleció su brazo para exterminar a un guerrero poderoso y mantener erguida la frente de su pueblo. Por eso, lo glorificaron por los diez mil, ylo alabaron por las bendiciones del Señor, ofreciéndole una diadema de gloria. Porque él destruyó a los enemigos de alrededor y aniquiló a sus adversarios, los filisteos, quebrando su poderío hasta el día de hoy. En todas sus obras rindió homenaje al Santo Altísimo, con palabras de gloria; cantó himnos de todo corazón, mostrando su amor por su Creador. Estableció cantores delante del altar, para que entonaran cantos melodiosos; dio esplendor a las fiestas, y ordenó perfectamente las solemnidades, haciendo que se alabara el santo Nombre del Señor y que resonara el Santuario desde el alba. El Señor borró sus pecados y exaltó su poderío para siempre, le otorgó una alianza real y un trono de gloria en Israel.
Palabra de Dios.
COMENTARIO
El texto contiene una alabanza a la vocación de David, recordando sus hazañas, como pastor y como guerrero. Fue grande a los ojos del pueblo y favorecido de Dios. Ante cualquier acción, él invocaba y alababa a su Señor. Celebró con solemnidad las fiestas religiosas. Y el máximo honor consiste en que el Mesías es descendiente de su tribu.
SALMO SaI 17, 31. 47. 50. 51
R. ¡Te alabaré entre las naciones, Señor!
El camino de Dios es perfecto, la promesa del Señor es digna de confianza. El Señor es un escudo para los que se refugian en El. R.
Viva el Señor! Bendita sea mi Roca! Glorificado sea el Dios de mi salvación! Por eso te alabaré entre las naciones y cantaré, Señor, en honor de tu Nombre. R.
Él concede grandes victorias a su rey y trata con fidelidad a su Ungido, a David y a su descendencia para siempre. R.
ALELUYA Cfr. Lc8,15
Aleluya. Felices los que retienen la palabra de Dios con un corazón bien dispuesto y dan fruto gracias a su constancia. Aleluya.
EVANGELIO Mc 6, 14-29
Evangelio de nuestro Señor Jesucristo según san Marcos.
El rey Herodes oyó hablar de Jesús, porque su fama se había extendido por todas partes. Algunos decían: «Juan el Bautista ha resucitado, y por eso se manifiestan en él poderes milagrosos». Otros afirmaban: «Es Elías». Y otros: «Es un profeta como los antiguos». Pero Herodes, al oír todo esto, decía: «Este hombre es Juan, a quien yo mandé decapitar y que ha resucitado». Herodes, en efecto, había hecho arrestar y encarcelar a Juan a causa de Herodías, la mujer de su hermano Felipe, con la que se había casado. Porque Juan decía a Herodes:
«No te es lícito tener a la mujer de tu hermano». Herodías odiaba a Juan e intentaba matarlo, pero no podía, porque Herodes lo respetaba, sabiendo que era un hombre justo y santo, y lo protegía. Cuando lo oía, quedaba perplejo, pero lo escuchaba con gusto. Un día se presentó la ocasión favorable. Herodes festejaba su cumpleaños, ofreciendo un banquete a sus dignatarios, a sus oficiales y a los notables de Galilea. Su hija, también llamada Herodías, salió a bailar, y agradó tanto a Herodes y a sus convidados, que el rey dijo a la joven: «Pídeme lo que quieras y te lo daré». Y le aseguró bajo juramento: «Te daré cualquier cosa que me pidas, aunque sea la mitad de mi reino». Ella fue a preguntar a su madre:
«,Qué debo pedirle?» «La cabeza de Juan el Bautista», respondió ésta. La joven volvió rápidamente adonde estaba el rey y le hizo este pedido: «Quiero que me traigas ahora mismo, sobre una bandeja, la cabeza de Juan el Bautista». El rey se entristeció mucho, pero a causa de su juramento, y por los convidados, no quiso contrariarla. En seguida mandó a un guardia que trajera la cabeza de Juan. El guardia fue a la cárcel y le cortó la cabeza. Después la trajo sobre una bandeja, la entregó a la joven y ésta se la dio a su madre. Cuando los discípulos de Juan lo supieron, fueron a recoger el cadáver y lo sepultaron.
Palabra del Señor.
COMENTARIO
Marcos nos presenta a Herodes como alguien que siente sobre sí la presión de las circunstancias. No cabe duda que el asesinato de Juan Bautista fue su decisión, entremezclada con las intrigas de familias corruptas que tenían poder sobre el pueblo. Nada les importaba la justicia y el destino de los inocentes. Su objetivo era mostrar su poder y mantener una buena relación con el imperio romano mientras aplastaban al pueblo. En este contexto el Bautista ejerció su ministerio profético y entregó su vida por denunciar los vicios de los cortesanos. Ningún profeta puede callar situaciones negativas, aunque provengan de autoridades. Porque el mal ejemplo daña no sólo a los humildes y sencillos, sino también al resto de la sociedad, cuando el escándalo es de conocimiento público.
ORACIÓN SOBRE LAS OFRENDAS
Señor, al presentarte esta ofrenda, te pedimos que su eficacia nos purifique de nuestras malas inclinaciones, y nos renueve mediante una creciente fidelidad a tu gracia.
Por Jesucristo nuestro Señor.
ANTÍFONA DE COMUNIÓN Mt 25, 4-6
Las vírgenes prudentes tomaron sus lámparas y llenaron de aceite sus frascos. A medianoche se oyó un grito: Ya viene el Esposo, salgan al encuentro de Cristo, el Señor.
ORACIÓN DESPUÉS DE LA COMUNIÓN
Señor, te pedimos, que la comunión del Cuerpo y Sangre de tu Hijo nos aparte de todas las cosas transitorias, para que, a ejemplo de santa Agueda, nuestro amor a ti se acreciente cada vez más en la tierra y podamos gozar en el cielo de la visión de tu gloria.
Santos Pablo Miki y compañeros mártires. (MO). Rojo.
San Pablo Miki y comp. mrs.
San Francisco Javier, al salir de Japón caminó hacia la India en 1551, dejaba más de 2.000 japoneses bautizados, y 30 años después eran más de 150.000. El emperador Taickoama ordenó una cruel persecución contra los cristianos, pues aquella religión extranjera tenía una gran influencia en el pueblo. Fueron capturados 26 entre jesuitas -los religiosos más numerosos en el país, destacándose entre ellos Pablo Miki, el primer sacerdote jesuita japonés-, franciscanos, con Pedro Bautista a la cabeza, y seglares, incluidos un niño de 13 años y otro de 11. El emperador, para escarmiento de los otros cristianos, los paseó por varias ciudades cargados de cadenas y sometidos a terribles suplicios, camino hacia el cerro de Nagasak4 donde los esperaban 26 cruces. Los atravesaron con lanzas, mientras cantaban alabando a Dios por la gracia del martirio sufrido ante una multitud de católicos. Y una vez más, ‘la sangre de los mártires fue semilla de cristianos”, pues en lugar de disminuir, aumentaron.
PREFACIO DE MÁRTIRES
ANTÍFONA DE ENTRADA
En la tierra, los mártires derramaron su sangre por amor a Cristo, por eso alcanzaron la recompensa eterna.
ORACIÓN COLECTA
Señor, fortaleza de todos los santos, que por la cruz llamaste a la Vida Eterna a los santos mártires Pablo Miki y sus compañeros; concédenos por su intercesión la gracia de conservar con firmeza, hasta la muerte, la fe que profesamos.
Por nuestro Señor Jesucristo.
LECTURA 1 Rey 3, 4-13
Lectura del primer libro de los Reyes.
El rey Salomón fue a Gabaón para ofrecer sacrificios allí, porque ése era el principal lugar alto. Sobre ese altar, Salomón ofreció mil holocaustos. En Gabaón, el Señor se apareció a Salomón en un sueño, durante la noche. Dios le dijo: «Pídeme lo que quieras». Salomón respondió: «Tú has tratado a tu servidor David, mi padre, con gran fidelidad, porque él caminó en tu presencia con lealtad, con justicia y rectitud de corazón; Tú le has atestiguado esta gran fidelidad, dándole un hijo que hoy está sentado en su trono. Y ahora, Señor, Dios mío, has hecho reinar a tu servidor en lugar de mi padre David, a mí, que soy apenas un muchacho y no sé valerme por mí mismo. Tu servidor está en medio de tu pueblo, el que Tú has elegido, un pueblo tan numeroso que no se puede contar ni calcular. Concede entonces a tu servidor un corazón comprensivo, para juzgar a tu pueblo, para discernir entre el bien y el mal. De lo contrario, ¿quién sería capaz de juzgar a un pueblo tan grande como el tuyo?» Al Señor le agradó que Salomón le hiciera este pedido, y Dios le dijo: «Porque tú has pedido esto, y no has pedido para ti una larga vida, ni riqueza, ni la vida de tus enemigos, sino que has pedido el discernimiento necesario para juzgar con rectitud, Yo voy a obrar conforme a lo que dices: Te doy un corazón sabio y prudente, de manera que no ha habido nadie como tú antes de ti, ni habrá nadie como tú después de ti. Y también te doy aquello que no has pedido: tanta riqueza y gloria que no habrá nadie como tú entre los reyes, durante toda tu vida».
Palabra de Dios.
COMENTARIO
Considerando su juventud y falta de experiencia, Salomón, advierte que le ha caído sobre sus hombros una gran responsabilidad: gobernar a su pueblo. Por eso, pide a Dios, con humildad de corazón, que sólo le dé sabiduría para gobernar a su pueblo. El Señor escuchó con agrado su oración y le concedió el don de la sabiduría, tal como lo había pedido. Ojalá que en todos los ámbitos, tanto civiles como eclesiales, los llamados a prestar un servicio de gobierno puedan tener en cuenta esta oración de Salomón.
SALMO Sal 118, 9-14
R. ¡Enséñame, Señor, tus preceptos!
¿Cómo un joven llevará una vida honesta? Cumpliendo tus palabras. Yo te busco de todo corazón: no permitas que me aparte de tus mandamientos. R.
Conservo tu palabra en mi corazón, para no pecar contra ti. Tú eres bendito, Señor: enséñame tus preceptos. R.
Yo proclamo con mis labios todos los juicios de tu boca. Me alegro de cumplir tus prescripciones, más que de todas las riquezas. R.
ALELUYA Jn 10, 27
Aleluya. «Mis ovejas escuchan mi voz, Yo las conozco y ellas me siguen», dice el Señor. Aleluya.
EVANGELIO Mc 6, 30-34
Evangelio de nuestro Señor Jesucristo según san Marcos.
Al regresar de su misión, los Apóstoles se reunieron con Jesús y le contaron todo lo que habían hecho y enseñado. El les dijo: «Vengan ustedes solos a un lugar desierto, para descansar un poco». Porque era tanta la gente que iba y venía, que no tenían tiempo ni para comer. Entonces se fueron solos en la barca a un lugar desierto. Al verlos partir, muchos los reconocieron, y de todas las ciudades acudieron por tierra a aquel lugar y llegaron antes que ellos. Al desembarcar, Jesús vio una gran muchedumbre y se compadeció de ella, porque eran como ovejas sin pastor, y estuvo enseñándoles largo rato.
Palabra del Señor.
COMENTARIO
El Maestro casi siempre se queda sin tiempo para sí mismo. Si El anuncia que ha llegado el Reino de Dios, sus actos demuestran que así es, porque El ya no dispone de un tiempo privado. Toda su vida está consagrada al Reino. Pero una lección que podemos sacar de este Evangelio es que debemos evitar la tentación del activismo, buscando también el tiempo para orar, reflexionar y aun para descansar y mantener un equilibrio físico y mental, ya que lo que cuenta no es la cantidad de lo que hacemos, sino la calidad y la intensidad de nuestra presencia.
ORACIÓN SOBRE LAS OFRENDAS
Señor, te pedimos que estas ofrendas presentadas en el triunfo de los santos Pablo Miki y sus compañeros, enciendan nuestros corazones con el fuego de tu amor, y nos obtengan la perseverancia necesaria para alcanzar la recompensa prometida.
Por Jesucristo nuestro Señor.
ANTIFONACf r. Rom 8, 38-39
Ni la muerte ni la vida ni ninguna criatura podrá separarnos jamás del amor de Cristo.
ORACIÓN DESPUÉS DE LA COMUNIÓN
Señor, saciados con el Cuerpo y la Sangre de tu Hijo único, en esta conmemoración de los santos mártires Pablo Miki y sus compañeros, te pedimos que con amor constante podamos permanecer en ti, vivir deti y tender siempre hacia ti.
La grandeza de Pedro en este pasaje evangélico consiste en no fiarse de sí mismo, de su propio juicio, de su «experiencia». Humanamente hablando, como pescador experimentado, tenía razones de sobra para oponerse a la orden de Jesús: «Nos hemos pasado la noche bregando y no hemos pescado nada». Sin embargo, deja sus conocimientos y su experiencia a un lado para apoyarse en la palabra de Jesús: «Por tu palabra, echaré las redes». Muchas dificultades en nuestra vida de fe provienen de aquí: nos aferramos a nuestras «experiencias», muchas veces mal hechas, en lugar de fiarnos pura y simplemente de la palabra de Cristo.
Es precisamente este salto de fe el que capacita a Pedro para colaborar eficazmente con Cristo. Primero ha tenido que pasar por la experiencia de un fracaso: sus muchos esfuerzos no han conseguido nada. Y desde esa experiencia de su pobreza puede abrirse a recibir una gran redada, una pesca abundante, pero como don, como gracia. Sólo así Jesús puede decirle: «Desde ahora serás pescador de hombres».
Y es que para colaborar con Cristo en su misión y en su tarea no bastan las cualidades humanas. Para ser instrumento de Cristo y de su obra hace falta «perder pie» y caminar en la fe, apoyado en la humildad. Es también esta la experiencia de Pedro –«apártate de mí, Señor, que soy un pecador»–, que va unida al asombro por la grandeza de Cristo y por su capacidad de realizar acciones que sobrepasan infinitamente las posibilidades humanas. (FGD)
I. RITOS INICIALES
ANTÍFONA DE ENTRADA Sal 94, 6-7
Vengan, inclinémonos para adorar a Dios, doblemos la rodilla ante el Señor que nos creó; porque él es nuestro Dios.
ACTO PENITENCIAL
·Tú, que eres nuestra fuerza. Señor, ten piedad
·Tú, que eres nuestra esperanza. Cristo, ten piedad
·Tú, que nos das tu alegría y tu paz. Señor, ten piedad
SE DICE GLORIA A DIOS.
Gloria a Dios en el cielo, y en la tierra paz a los hombres que ama el Señor. Por tu inmensa gloria te alabamos, te bendecimos, te adoramos, te glorificamos, te damos gracias, Señor Dios, Rey celestial, Dios Padre todopoderoso. Señor, Hijo único, Jesucristo. Señor Dios, Cordero de Dios, Hijo del Padre; tú que quitas el pecado del mundo, ten piedad de nosotros; tú que quitas el pecado del mundo, atiende nuestra suplica; tú que estás sentado a la derecha del Padre, ten piedad de nosotros; porque sólo tú eres Santo, sólo tú Señor, sólo tú Altísimo, Jesucristo, con el Espíritu Santo en la gloria de Dios Padre. Amén. Se dice Gloria
ORACIÓN COLECTA
Dios nuestro, cuida a tu familia con incansable bondad, y, ya que sólo en ti ha puesto su esperanza, defiéndela siempre con tu protección. Por nuestro Señor Jesucristo, tu Hijo, que vive y reina contigo en la unidad del Espíritu Santo, y es Dios, por los siglos de los siglos.
II. LITURGIA DE LA PALABRA
PRIMERA LECTURA Is 6, 1-8
Los israelitas, desde los tiempos del desierto, guardaban la creencia en espíritus buenos y malos. Algunos de ellos se mostraban en forma de serpientes ardientes. Aquí el Señor se manifiesta rodeado de serafines con rostro humano. Isaías recibe su misión: Será el portavoz del Señor. Sin embargo, el pueblo en vez de creer, se endurecerá.
Lectura del libro de Isaías.
El año de la muerte del rey Ozías, yo vi al Señor sentado en un trono elevado y excelso, y las orlas de su manto llenaban el Templo. Unos serafines estaban de pie por encima de El. Cada uno tenía seis alas. Y uno gritaba hacia el otro: «Santo, santo, santo es el Señor de los ejércitos! Toda la tierra está llena de su gloria». Los fundamentos de los umbrales temblaron al clamor de su voz, y la Casa se llenó de humo. Yo dije: «Ay de mí, estoy perdido! Porque soy un hombre de labios impuros, y habito en medio de un pueblo de labios impuros; y mis ojos han visto al Rey, el Señor de los ejércitos!» Uno de los serafines voló hacia mí, llevando en su mano una brasa que había tomado con unas tenazas de encima del altar. Elle hizo tocar mi boca, y dijo: «Mira: esto ha tocado tus labios; tu culpa ha sido borrada y tu pecado ha sido expiado». Yo oí la voz del Señor que decía: « ¿A quién enviaré y quién irá por nosotros?» Yo respondí: «Aquí estoy: envíame!»
Palabra de Dios.
SALMO Sal 137, 1-5.7-8
El Salmo 137, que hace eco al texto de la vocación de Isaías, nos convida a celebrar, nosotros también, la trascendencia y la cercanía del Dios vivo.
R. Te cantaré, Señor, en presencia de los ángeles.
Te doy gracias, Señor, de todo corazón, porque has oído las palabras de mi boca. Te cantaré en presencia de los ángeles y me postraré ante tu santo Templo. R.
Daré gracias a tu Nombre por tu amor y tu fidelidad. Me respondiste cada vez que te invoqué y aumentaste la fuerza de mi alma. R.
Que los reyes de la tierra te bendigan al oír las palabras de tu boca, y canten los designios del Señor, porque la gloria del Señor es grande. R.
Tu derecha me salva. El Señor lo hará todo por mí. Tu amor es eterno, Señor, no abandones la obra de tus manos! R.
SEGUNDA LECTURA 1 Cor 15, 1-11
San Pablo recuerda a sus discípulos el conocimiento único que hace feliz a la humanidad: Cristo resucitado, es el corazón del mensaje cristiano. No se trata de un cuento o de una novela, sino de un acontecimiento plasmado en la historia de la humanidad. Algunos piensan que todo termina con la muerte, por eso hay que con formarse con el momento presente. Sin la resurrección futura, la vida no tendría sentido.
Lectura de la primera carta del Apóstol san Pablo a los cristianos de Corinto.
Hermanos, les recuerdo la Buena Noticia que yo les he predicado, que ustedes han recibido y a la cual permanecen fieles. Por ella son salvados, si la conservan tal como yo se la anuncié; de lo contrario, habrán creído en vano. Les he trasmitido en primer lugar, lo que yo mismo recibí:
Cristo murió por nuestros pecados, conforme a la Escritura. Fue sepultado y resucitó al tercer día, de acuerdo con la Escritura. Se apareció a Cefas y después a los Doce. Luego se apareció a más de quinientos hermanos al mismo tiempo, la mayor parte de los cuales vive aún, y algunos han muerto. Además, se apareció a Santiago y a todos los Apóstoles. Por último, se me apareció también a mí, que soy como el fruto de un aborto. Porque yo soy el último de los Apóstoles, y ni siquiera merezco ser llamado Apóstol, ya que he perseguido a la Iglesia de Dios. Pero por la gracia de Dios soy lo que soy, y su gracia no fue estéril en mí, sino que yo he trabajado más que todos ellos, aunque no he sido yo, sino la gracia de Dios que está conmigo. En resumen, tanto ellos como yo, predicamos lo mismo, y esto es lo que ustedes han creído.
Palabra de Dios.
ALELUYA Mt 4,19
Aleluya. “Síganme, y Yo los haré pescadores de hombres”, dice el Señor.Aleluya.
EVANGELIO Lc 5, 1-11
En el bien conocido relato de la pesca milagrosa, Jesús dirige su primer llamado a Pedro y a los demás. Hasta el momento, ellos habían sido discípulos lejanos del Maestro. Pero desde ahora, después de haber descubierto el poder de su Palabra, están preparados para seguirlo más de cerca. Por eso, dejaron todo y lo siguieron.
Evangelio de nuestro Señor Jesucristo según san Lucas.
En una oportunidad, la multitud se amontonaba alrededor de Jesús para escuchar la Palabra de Dios, y El estaba de pie a la orilla del lago de Genesaret. Desde allí vio dos barcas junto a la orilla del lago; los pescadores habían bajado y estaban limpiando las redes. Jesús subió a una de las barcas, que era de Simón, y le pidió que se apartara un poco de la orilla; después se sentó, y enseñaba a la multitud desde la barca. Cuando terminó de hablar, dijo a Simón: «Navega mar adentro, y echen las redes». Simón le respondió: «Maestro, hemos trabajado la noche entera y no hemos sacado nada, pero si Tú lo dices, echaré las redes». Así lo hicieron, y sacaron tal cantidad de peces, que las redes estaban a punto de romperse. Entonces hicieron señas a los compañeros de la otra barca para que fueran a ayudarlos. Ellos acudieron, y llenaron tanto las dos barcas, que casi se hundían. Al ver esto, Simón Pedro se echó a los pies de Jesús y le dijo: «Aléjate de mí, Señor, porque soy un pecador. El temor se había apoderado de él y de los que lo acompañaban, por la cantidad de peces que habían recogido; y lo mismo les pasaba a Santiago y a Juan, hijos de Zebedeo, compañeros de Simón. Pero Jesús dijo a Simón: «No temas, de ahora en adelante serás pescador de hombres». Ellos atracaron las barcas a la orilla y, abandonándolo todo, lo siguieron.
Palabra del Señor.
EL CREDO
Creo en Dios Padre todopoderoso. Creador del cielo y de la tierra. Y en Jesucristo, su único Hijo, nuestro Señor; que fue concebido por obra y gracia del Espíritu Santo, nació de Santa María Virgen; padeció bajo el poder de Poncio Pilato, fue crucificado, muerto y sepultado; descendió a los infiernos; al tercer día resucitó de entre los muertos; subió a los cielos y está sentado a la derecha de Dios Padre todopoderoso; desde allí ha de venir a juzgar a los vivos y a los muertos.
Creo en el Espíritu Santo, la Santa Iglesia Católica, la comunión de los Santos, el perdón de los pecados, la resurrección de la carne, y la vida eterna. Amén.
ORACIÓN DE LOS FIELES
Señor, eterno es tu amor, (Sal 137,8) no cese la labor de tus manos en medio de tu Iglesia.
Escucha nuestra oración.
·Tu santidad, Dios nuestro, llena toda la tierra. (Is 6,3), Pero, Tú, Señor, quieres que llene primero nuestra vida. ¡Haz que cada una de nuestras jornadas te dé gloria!
·Tú preguntas: ¿Quien será nuestro mensajero? (Is, 6,8), Pero Tú, Señor, nos llamas a todos a dar testimonio de tu Evangelio. Concédenos ser fieles en este testimonio.
·Tú estableces algunos de entre nosotros como “pescadores de hombres” (Lc 5,10), para echar la red de tu Palabra. Guárdalos en el gozo de tu servicio.
Señor, extiende tu mano para salvarnos. No abandones la obra de tu amor. El poder de tu amor lo ha hecho todo por nosotros (Sal 137,8), por medio de tu Hijo Jesucristo, nuestro Salvador y nuestro hermano.
III. LITURGIA EUCARÍSTICA
ORACIÓN SOBRE LAS OFRENDAS
Señor y Dios nuestro, que has creado los frutos de la tierra para sostener nuestra fragilidad, haz que estos dones se conviertan en sacramento de Vida Eterna. Por Jesucristo, nuestro Señor.
PREFACIO DOMINICAL DURANTE EL AÑO
RITO DE COMUNIÓN
PADRE NUESTRO
Padre nuestro que estás en el cielo, santificado sea tu nombre; venga a nosotros tu reino; hágase tu voluntad en la tierra como en el cielo. Danos hoy nuestro pan de cada día; perdona nuestras ofensas, como también nosotros perdonamos a los que nos ofenden; no nos dejes caer en la tentación, y líbranos del mal.
LA PAZ
Señor Jesucristo, que dijiste a tus apóstoles: “La paz os dejo, mi paz os doy”. No tengas en cuenta nuestros pecados, sino la fe de tu Iglesia, y, conforme a tu palabra, concédele la paz y la unidad. Tú que vives y reinas por los siglos de los siglos. Amén.
CORDERO
Cordero de Dios, que quitas el pecado del mundo, ten piedad de nosotros. Cordero de Dios, que quitas el pecado del mundo, ten piedad de nosotros. Cordero de Dios, que quitas el pecado del mundo, danos la paz.
ANTÍFONA DE COMUNIÓN Cfr. Sal 106, 8-9
Den gracias al Señor por su misericordia y por sus maravillas en favor de los hombres, porque El sació a los que sufrían sed y colmó de bienes a los hambrientos.
O bien: Mt 5, 4.6
Felices los afligidos, porque serán consolados. Felices los que tienen hambre y sed de justicia, porque serán saciados.
ORACIÓN DESPUÉS DE LA COMUNIÓN
Señor, que nos hiciste compartir el mismo pan y el mismo cáliz, concédenos vivir de tal manera que, unidos en Cristo, demos fruto con alegría para la salvación del mundo.