Escuchar.
Es una experiencia común que cuanto
más alterados estamos, menos
escuchamos. El escuchar adecuadamente
nos hace entrar en el estado meditacional.
Una de las meditaciones más simples
consiste en relajarse y escuchar música
(mejor instrumental, barroca o
New Age) o los sonidos de la naturaleza
(por ejemplo agua que fluye, el mar,
el canto de un pájaro...).
También el cantar o repetir un mantra
puede ayudar a la meditación y tener
un efecto purificador.