CAPITULO Nº3
SANTA EULALIA DE BARCELONA
Virgen y Mártir
12 de febrero
Autor: Jesus Marti Ballester
LA PERSECUCION
Los emperadores romanos Diocleciano y Maximiano, viendo la rápida propagación de la fe cristiana en las lejanas tierras de España, mandaron al cruel y feroz Daciano a exterminar aquella "superstición". Era el mismo tiempo en que habían martirizado en Valencia a San Vicente.
En Barcelona hizo, con todo su séquito, públicos y solemnes sacrificios a los dioses, y dio orden de buscar a todos los cristianos para obligarles a sacrificar también. La ciudad era perturbada por un juez impío e inicuo. Oyéndolo contar Santa Eulalia se regocijaba y se repetía: "Gracias os doy, mi Señor Jesucristo, gloria sea dada a vuestro nombre porque veo muy cerca lo que tanto anhelé, y estoy segura de que con vuestra ayuda podré ver cumplida mi voluntad".
Sus padre estaban preocupados por aquel deseo tan vehemente de Eulalia. Pero Santa Eulalia no decía a nadie lo que meditaba en su corazón, ni a sus padres; un día, a la hora de mayor silencio, mientras los suyos dormían, emprendió el camino de Barcelona, al rayar el alba. Enardecida por sus ansias que la hacían infatigable, hizo todo el camino a pie.
TRANSCRITO POR MINA
CONTINUARA...
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