Hoy… No Estaré Huérfano.
Jesús nos dejó, mas no quedamos
huérfanos. Fue nuestro consuelo y se fue, mas no
quedamos desconsolados. Nuestro mayor gozo es que vendrá, lo cual
es suficiente para que podamos sostenernos
y consolarnos durante su prolongada ausencia. Jesús está ya de camino. Él nos dice:
«Vengo en breve»: con rapidez se acerca
a nosotros. «Vendré», y nadie podrá impedir su venida,
o retrasarla ni siquiera un cuarto de hora. «Vendré a vosotros», y así lo hará. Su venida es sobre todo para los suyos.
Y esto constituye su consuelo presente
mientras lloran la ausencia del Esposo. Cuando perdemos el gozo sentido de su
presencia, nos afligimos; mas no debemos
entristecernos como quien no tiene esperanza. Nuestro Señor, en su vía, tal vez nos ha
escondido su rostro por algunos momentos;
mas pronto se nos revelará con todo su favor. Sólo en un sentido nos deja. Cuando así lo hace, nos deja la garantía
de su retorno. Oh, Señor, ven presto. Mientras estés ausente, no puede haber
vida en esta terrena existencia. Suspiramos por el retorno de tu
dulce sonrisa. ¿Cuándo vendrás a nosotros? Seguros estamos de tu venida. ¡Apresúrate y no tardes, Señor Dios nuestro! Hoy se que aunque no lo veo físicamente
está a mi lado y no he quedado huérfano. Señor, Gracias, porque aunque no te veo
en cuerpo te siento en mi espíritu y eso me
reconforta cuando siento que las presiones
me rodean. Hoy, me acerco a ti en oración
porque anhelo tu compañía.
Charles Spurgeon
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