¡Oh Padre mío! ¡Oh Padre Celestial! Mirad las llagas de Vuestro Hijo y dígnanos recibirlas para que las almas se abran a los toques de la gracia. Que los clavos que taladraron Sus manos y Sus pies traspasen los corazones endurecidos… que Su Sangre los ablande y los mueva a hacer penitencia. Que el peso de la Cruz sobre los hombros de Vuestro Divino Hijo mueva a las almas a descargar el peso de sus delitos en el tribunal de la penitencia.
`Os ofrezco ¡oh Padre Celestial! La corona de espinas de vuestro amado Hijo. Por este dolor os pido que las almas se dejen traspasar por una sincera contrición.
`Os ofrezco el desamparo que vuestro Hijo padeció en la Cruz … Su ardiente sed y todos los demás tormentos de Su agonía, a fin de que los pecadores encuentren paz y consuelo en el dolor de sus culpas’.
Buenos dias corazon te deseo un bello domingo.y darte las gracias por compartir cada dia tus bellos mensajes. es una satisfaciòn para mi besitos y bendiciones, desde sevilla, España