DIOSA MUJER
Vicente Herrera
Márquez
Llegaste… ¿De dónde viniste? ¿Acaso te
trajo el viento? Quizás te engendraste figura en mi inconciencia,
brotaste de los recuerdos o naciste de mis deseos.
Solo se que estás aquí, con túnica de diosa, esencia
de quimera y fronteras de mujer.
Insinúas una imagen con
contornos de trazo firme, te dibujas en mi mente y te grabas en mis
neuronas. Escribes poemas con palabras en tiempo de verbo actual,
me hablan de vida, estaciones, encuentros y despedidas.
Emites música y ritmo que brotan de tus falanges, me
cautivas con tu cadencia envuelta en velos de tul. Te muestras en
cuerpos bellos cubiertos de piel perfecta, que se enredan con
letras que sueñas de madrugada.
Trazo un sendero nuevo en el
mapa de mis rutas que se tejen y entrecruzan sin saber a donde van.
Muevo torres y alfiles en el ajedrez de la memoria,
sacando las piezas muertas que ocupan algún lugar.
Creo hojas en blanco para dibujarlas con ilusión, sin
dejar margen ni espacios para engañar o mentir. Invento cien mil
pretextos para atraer tu atención, hurgando en tus circunstancias y
jugando a adivinar. Siento que por mis venas corre un torrente de
juventud, impaciente, despertando bríos y ríos que están dormidos.
Me pierdo en tu pretérito buscando ancestros de diosa,
te diviso y te encuentro esperando en pedestal de mujer.
Te imagino en huerto ajeno, fruta tentadora y jugosa,
que meciéndose en su árbol me incita a saltar la cerca.
Escribo, borro y vuelvo a escribir, quiero atraparte,
quiero que mis manos aprendan y memoricen contornos,
quiero fundirme en tu cuerpo y con caricias tatuarte.
Te presiento musa, en las páginas de mis desvelos,
queriendo escribir la historia de un nuevo sueño de
amor.
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