CONJUGANDO VERBOS RTEGULARES
Vicente Herrera
Márquez
Hace
horas que trato y no concreto, mi copa ya tres veces se ha vaciado. Las
letras del teclado me hacen guiños, mis dedos impacientes esperan
una orden. La pantalla extiende, blanca, una sábana virgen,
la que espera sedienta, como hembra impaciente, la
llene de besos transformados en palabras. Se muy bien los verbos
que quiero conjugar, el tiempo es hoy, por lo tanto es muy
presente; personas: tu y yo, segunda y primera, singular;
y el modo es mi forma simple de expresarme. Pero el
torrente que se agolpa en mi garganta, que mis labios cual represa
no pueden contener, es tal que no puedo reunir sustantivos y
adjetivos para lograr formar ni siquiera una oración.
Es tanto lo que tengo y que quiero yo decir que no
atino a que palabra darle prioridad. No quiero decir simplemente
que te amo, ni tampoco pronunciar el repetido: yo te quiero,
quiero escribir el más bello compendio del amor,
quiero cantar tu belleza, quiero contar su ternura, y
en libros con páginas repletas de poemas derramar por todos los
rincones, sentimientos. Se que muchos dirán que escribo tonterías,
yo les pregunto: ¿es tontería escribirle al amor? Y si
es de iluso y tonto el estar enamorado, me confieso el tonto más
grande de este mundo. Pero si, con certeza y vergüenza les puedo
contar, que nunca en mi vida que suma éstos y muchos más,
tantas palabras brotaron de mi pecho y mi garganta
haciendo tan difícil conjugar el verbo
amar.
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