CANCION DESNUDA
Despierta de caricias, aún siento por mi cuerpo corriéndome tu abrazo. Estremecida y tenue sigo andando en tu imagen. ¡Fue tan hondo de instintos mi sencillo reclamo!
De mi se huyeron horas de voluntad robusta, y humilde de razones, mi sensación dejaron. Yo no supe de edades ni reflexiones yertas. ¡Yo fui la Vida, amado! La vida que pasaba por el canto del ave y la arteria del árbol.
Otras notas más suaves pude haber descorrido, pero mi anhelo fértil no conocía de atajos: me agarré a la hora loca, y mis hojas silvestres sobre ti se doblaron.
Julia de Burgos
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