Los nobles probaron fortuna pero, a pesar de todos sus esfuerzos,
no consiguieron mover la espada ni un milímetro.
Arturo y Kay, que eran ya dos apuestos muchachos, habían ido a la ciudad
para asistir a un torneo en el que Kay pensaba participar.
Cuando ya se aproximaba la hora, Arturo se dio cuenta de que había olvidado
la espada de Kay en la posada. Salió corriendo a toda velocidad,
pero cuando llegó allí, la puerta estaba cerrada.
Arturo no sabía qué hacer. Sin espada, Kay no podría participar en el torneo.
En su desesperación, miró alrededor y descubrió la espada Excalibur.
Acercándose a la roca, tiró del arma. En ese momento un rayo de luz blanca
descendió sobre él y Arturo extrajo la espada sin encontrar la menor resistencia.
Corrió hasta Kay y se la ofreció. Kay se extrañó al ver que no era su espada.
Arturo le explicó lo ocurrido. Kay vio la inscripción de "Excalibur" en
la espada y se lo hizo saber a su padre.
Éste ordenó a Arturo que la volviera a colocar en su lugar.
Todos los nobles intentaron sacarla de nuevo, pero ninguno lo consiguió.
Entonces Arturo tomó la empuñadura entre sus manos.
Sobre su cabeza volvió a descender un rayo de luz blanca y Arturo
extrajo la espada sin el menor esfuerzo.
Todos admitieron que aquel muchachito sin ningún título conocido
debía llevar la corona de Inglaterra, y desfilaron ante su trono,
jurándole fidelidad.
Merlín, pensando que Arturo ya no le necesitaba, se retiró a su morada.
Pero no había transcurrido mucho tiempo cuando algunos nobles se alzaron
en armas contra el rey Arturo. Merlín proclamó que Arturo era hijo del rey Uther,
por lo que era rey legítimo. Pero los nobles siguieron en guerra hasta que,
al fin, fueron derrotados gracias al valor de Arturo,
ayudado por la magia de Merlín.
Para evitar que lo ocurrido volviera a repetirse, Arturo creó la Tabla Redonda,
que estaba formada por todos los nobles leales al reino.
Luego se casó con la princesa Ginebra, a lo que siguieron años de
prosperidad y felicidad tanto para Inglaterra como para Arturo.
"Ya puedes seguir reinando sin necesidad de mis consejos
-le dijo Merlín a Arturo-.
Continúa siendo un rey justo y el futuro hablará de ti"
D/A