Termas de Copahue
Copahue, que significa azufre, era un temido cacique
que dominaba algunas tribus del centro y sur Chile.
Déspota y sanguinario no tenía piedad para sojuzgar a las tribus vecinas.
Tan crueles eran sus ataques que sus adversarios se aliaron
con el objeto de terminar con su predominio y lo consiguieron
luego de una feróz batalla en Llay-llay
(palabra utilizada para imitar el suave murmullo del agua o del viento).
El cuerpo del cruel cacique fue enterrado en la parte más alta de la zona.
Y su hijo mayor, tomó el gobierno
y para agrupar nuevamente a las tribus;
inició el cruce de la cordillera.
En la cumbre de una montaña encontró a una hermosa hechicera. Embelezado por la joven, se acercó con un pretexto
pero la belleza de la joven hechizó al cacique dominando su voluntad.
- ¿Este pecho fuerte y valeroso,
por qué se siente débil en tu presencia? ¿Acaso tu amor lo aprisiona? – preguntó el cacique.
- Vete – dijo la hechicera -,
pero lleva este amuleto, aumentará tu valor.
Cuando hayas ganado la primera batalla contra los que ataquen tu toldería, vuelve a mí.
Copahue estableció su campamento al pie del cerro.
Pronto fue atacado por gran número de enemigos,
a los que derrotó. Lo primero que pensó fue en volver a buscar a su joven hechicera y desoyendo los consejos
que le daban los ancianos de la tribu, partió a su encuentro.
Al alejarse Copahue, muchos caciques dejaron de reconocerlo
como jefe y menos aún a la hechicera a quien llamaban Pirepillán
(nieve del diablo). Este fue el inicio de frecuentes luchas
entre y festejos de victoria con brebajes preparados por Pirepillán.
Copahue, que era tanto o más cruel y feroz que su padre.
Fue finalmente atacado y herido de muerte.
Su amada fiel, acompañada por un indio llegó junto al cadáver de éste
y juntos lo llevaron a un claro en el bosque.
Al amanecer llegó un grupo de de indios leales
y creyendo que lo ocurrido, era culpa de los amuletos
y hechizos de la joven, la condenaron a morir lanceada,
colgada de un árbol.
La desdichada en su agonía llamaba a Copahue,
mientras los indígenas cavaban una profunda fosa
para enterrarla viva. Al término de su tarea,
un baño de agua hirviendo
y un intenso aroma a azufre brotó entre los peñascos donde cavaban.
Los indios pensaron en una venganza de Copahue
y desde entonces, no se atreven a cruzar por esos valles
que llamaron Copahue, sin llevar consigo un "llanalhue",
piedra verde, que como todos saben ahuyenta
los malos espíritus y se localiza en la montaña.
Versión: Mirta Rodríguez
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