Bosque de Cristal
Hace mucho tiempo, en un hermoso y lejano reino,
rodeado de un bosque sin igual, vivio una pequeña princesa,
hermosa como las mañanas de primavera.
La preciosidad de tan tierna princesa se la habia dado
un hada del bosque como don especial,
siempre y cuando el bosque que rodeaba al reino donde nacio estuviera
bien cuidado. Para esto hizo que todo lo que le pasara a la
princesa le pasara al bosque y todo lo que le pasara al bosque le pasara a ella.
El bosque no podia existir sin ella, porque ella era
su corazon. Asi tambien, no podia existir la princesa
sin el bosque porque este era el alma de ella.
La pequeña princesa era el orgullo de sus padres,
reyes de esas tierras y de muchas mas en aquel mundo.
Todos la llamaban Sonrisa por ser siempre feliz
y tenia la gracia de ser querida por todos los subditos
En aquel reino vivia tambien, una envidiosa mujer que
practicaba la brujeria y que era fea como no habia cosa
mas fea en el reino. Esa mujer era de todos bien conocida
como la Bruja Miltrafaldumiruja. Esta mujer repudiaba la
hermosura en todos sus sentidos, por lo mismo no
soportaba la belleza y dulzura de la princesa Sonrisa.
Enojada por ser fea y por ver tan linda a la joven princesita,
la Bruja Miltrafaldumiruja decidio que nadie admiraria su
beldad, para esto puso en practica un viejo hechizo
que corria en su familia desde siglos atras.
Convirtio al hermoso bosque de la princesa Sonrisa en un
bosque de cristal tan diminuto que cabia en una pequeña
cupula del mismo material. Pensaba que al convertir al
bosque en cristal la princesita se pondria triste y se
volveria fea. Con el bosque se transformo todo lo que
habia dentro de el; todos sus habitantes, personas y
animales quedaron reducidos a fragiles figurillas de
cristal. La princesa Sonrisa que en ese momento daba
un paseo por el bosque corrio la misma suerte que todos
los demas, solo que no toda ella se convirtio en cristal.
Nada pudo hacer la envidia de Miltrafaldumiruja en
contra del calido corazon de la princesa, que siguio
latiendo dentro de ella, encerrado en la pequeña cupula de cristal.
Vio realizada su obra la Bruja Miltrafaldumiruja, pero no se sintio feliz.
A pesar de ser pequeño el bosque y mas pequeña aun su princesa,
su belleza seguia siendo inigualable. Al darse cuenta de esto
Miltrafaldumiruja se enfurecio aun mas y decidio mandar
lejos muy lejos al pequeño bosque de cristal.
Tan lejos mando al bosquecillo la detestable bruja,
que fue a dar a la tienda de un anticuario en el mundo real.
Miltrafaldumiruja se dio cuenta de que ya habia hecho
mucho mal, y como en el fondo ella no era mala, agrego
a su hechizo una manera de deshacerlo: aquel que a pesar
de todo creyera con todo su corazon en que el bosque
estaba vivo podria revivir a la princesa y por tanto
al bosque. El unico que podria destruir el hechizo seria un principe valiente de espiritu.
Todas las mañanas pasaba Rodolfo por la avenida principal para ir de
su casa a la escuela, y nunca en todos sus recorridos se habia topado
con una pieza tan hermosa en la vitrina de la vieja tienda del anticuario.
Asomaba unos ligeros destellos que deslumbraron al muchacho en cuanto la vio.
Era de una delicadeza extrema, debia de ser muy antigua y
traida de un lugar muy lejano. Era una pequeña cupula no mas
grande que los viejos jarrones de porcelana china que junta ella exhibian.
Dentro habia un bosque, aunque para Rodolfo este no era cualquier bosque,
sino el Bosque. Era como en sus sueños, era todo luz y... oh! Se le hacia tarde y debia llegar a la escuela antes de que tocara la campana y no lo dejaran entrar.
Desde el dia de su encuentro con el Bosque de Cristal,
Rodolfo procuraba salir antes de su casa para tener mas
tiempo de admirarlo en su camino a la escuela. Era bello,
habia algo en el que lo tenia hechizado, y las figuritas
dentro de el eran tan reales. En el centro habia un castillito,
y habia otras figuras mas pequeñas como animalitos
y personas. Si hubiera podido comprarla, pero no
se veia que fuera muy barata, despues de todo una
figura de tal delicadeza debia costar una fortuna.
Una tarde de regreso a su casa Rodolfo se asomo a la
vitrina del anticuario, pero el lugar donde antes estuviera
el Bosque de Cristal, entre los dos jarrones de porcelana
china, ahora lo ocupaba una cajita musical con una bailarina
que no paraba de dar vueltas. Se habian llevado el Bosque
de Cristal, se habian llevado su Bosque de Cristal.
No lo volveria a ver jamas, ya no podria soñar con pasear
por el y ver y conocer a los pastores y mercaderes que
en el creia haber visto tantas veces. Ya no volveria a ver su tan amado Bosque de Cristal.
Regreso a su casa triste y desolado, entro a la casa y dejo sus
libros sobre la mesa. Iba en ese momento a su recamara
cuando de la sala creyo oir que le llamaban.
Entro a la sala y cual no seria su sorpresa al encontrar
sobre la repisa de la chimenea al pequeño y tan amado
Bosque de Cristal. Emocionado se acerco a donde la cupula
estaba, y admirado la vio como si fuera la primera vez.
Repaso el bosque, el castillo, las figuritas que parecian
gente y reparo en algo que no habia notado antes era una
luz extraña, volvio a escuchar su nombre... Rodolfo....
La luz con extraños destellos rosados lo envolvia,
se hacia mas fuerte, luego una niebla... Rodolfo...
Escuchaba su nombre fuerte y claro, pronunciado por
una voz dulce y suave que le parecia familiar.
La niebla se disipo y vi la luz mas intensa todavia,
y se dio cuenta de que estaba dentro de la cupula.
Estaba en el Bosque de Cristal.
Su sueño se habia vuelto realidad, estaba en el Bosque
de Cristal y lo recorrio. Le parecio todo tan familiar,
como si ya antes hubiera estado alli. Llego a las afueras
del castillo y reconocio a los pastores y labradores que
tantas veces habia creido ver y sentia que los conocia
como a viejos amigos. Repetia sus nombres sin saber
como es que los conocia, todo le era tan natural,
como el bosque mismo, que a pesar de ser de cristal
demostraba viveza en cada rincon. Dentro del castillo
los reyes, las damas, los caballeros reales y sus pajes,
hasta un bufon risueño frente al rey. Recorrio el castillo,
descubrio corredores y pasadizos secretos.
Se maravillo ante las estatuas y tapices que en el habian.
Subio torres y entro en enormes salas encontrando
maravillas indescriptibles a cada paso.Seguia oyendo su
nombre, a veces mas fuerte otras veces mas debil,
pero siempre con la misma dulce voz. Intrigado ante
tal hecho siguio la tersa voz hasta las afueras del castillo
y a traves del bosque hasta llegar a un claro donde una
fragil y hermosa figura se encontraba. En ella se resumia
la bellesa y magnificencia de todo lo que habia visto antes,
era la hermosa princesa Sonrisa. Dentro de ella su pequeño
corazon latia y eso confirmo lo que Rodolfo pensaba,
el Bosque de Cristal estaba vivo, vivo y lo necesitaba
La prinsecita ya no repitio mas su nombre, ya no era
necesario, instintivamente el supo lo que tenia que hacer.
Guiado por el infinito amor que aquella hermosa figura
le inspiraba, Rodolfo se acerco a ella, quizo besarla,
pero no se atrevio temiendo con ello manchar tan grata
presencia. Temeroso puso su mano en su corazon y creyo,
creyo con toda su alma y toda su fe en que con su amor
podria volver a la vida a su amada princesa y al Bosque
de Cristal. Lagrimas rodaron por sus mejillas y su calor
entibio las frias manos de cristal de las princesita.
Sonrisa levanto su rostro hacia el y y con solo verlo
lo amo y vivio.
El bosque desperto como si la noche en que habia
permanecido repentinamente hubiera acabado, y asi fue.
Los pajarillos, las ardillas, las plantas, todo el bosque
revivio mientras la dulce voz de la princesa entonaba un
himno de alegria por ver a su bosque vivo otra vez,
y es que mientras el Bosque estuviera bien ella estaria bien.
Poco despues se celebraron las bodas entre el principe
Rodolfo y la princesa Sonrisa,
y todos en el bosque fueron felices por mucho mucho tiempo.
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