7. Los "Agnus Dei".
El acto final de esta ceremonia y de la octava pascual,
era la entrega a los neófitos del Agnus Dei,
reliquia que ya en la Misa había sido distribuída
por el Papa a los cardenales y dignatarios eclesiásticos,
y después de ella, al clero y a los fieles asistentes.
Eran los Agnus Dei unos medallones hechos con
la cera sobrante del Cirio pascual del año anterior,
bendecidos y ungidos con el santo Crisma por el Papa,
y marcados con la efigie del Cordero,
símbolo el más expresivo de Jesucristo,
Redentor y Salvador del mundo.
Los rituales del siglo XIV describían así la ceremonia
de la distribución:
Durante el canto del Agnus Dei,
el Papa distribuye los Agnus Dei de cera a los .
cardenales y a los prelados,
colocándoselos en sus mitras. Una vez terminado
el Santo Sacrificio, van todos al triclinio y se sientan a comer,
y, en tre tanto, preséntase un acólito con una bandeja de plata
llena de Agnus Dei, y le dice:
"Señor, éstos son los tiernos corderillos que nos han anunciado
el Aleluya; acaban de salir de las fuentes,
y están radiantes de claridad, aleluya".
El clérigo avanza entonces al medio de la sala,
y repite el mismo anuncio;
luego se acerca más al Pontífice,
y, en tono más agudo,
repítele por tercera vez y con mayor encarecimiento su mensaje,
depositando, por fin, la bandeja sobre la mesa papal.
El Papa entonces distribuye los Agnus Dei a sus familiares,
a los sacerdotes, a los capellanes, a los acólitos,
y envía algunos como regalo a .los soberanos católicos."
(7) En realidad, esos
"tiernos corderillos"
recién salidos de la fuente bautismal
y anunciando los regocijos pascuales,
eran los neófitos, objeto aquella semana,
y especialmente aquel día,
de las complacencias del augusto Pastor y de todo el pueblo cristiano.
El origen de los Agnus Dei no es ni pagano ni supersticioso,
como quieren demostrar algunos arqueólogos,
sino cristiano, y probablemente romano.
No se remonta más allá del siglo IX.
Actualmente, siguiendo un ceremonial del siglo XVI,
lo bendice el Papa solemnemente,
al principio de su pontificado, y luego cada cinco años;
pero existe otra fórmula privada con la cual acostumbra
a bendecirlos cuando se han agotado, o en cualquiera
otra circunstancia que lo estime conveniente.
Su tamaño oscila entre 3 y 23 centímetros,
y asimismo el tamaño de la imagen.
Ésta representa al Cordero acostado sobre el libro cerrado con siete sellos,
nimbado con la cruz, y ostentando la bandera
de la Resurrección.
A su alrededor va escrita la leyenda:
Ecce Agnus Dei, etc. En el reverso suele representarse
uno o varios Santos, y allí mismo, o en el anverso,
se graba el nombre del Papa reinante.
Por la bendición y unciones que se les aplican,
los Agnus Dei son considerados como reliquias sagradas,
las que en algunas iglesias, como en las benedictinas,
se exponen en el altar mayor, el Sábado "in albis"
De La Red