Hoy debemos convertirnos.
18-4-84 113
Hijos míos; obedeced la Ley Divina, el llamado de estos días, es un profundo llamado de conversión, el Señor pone a prueba vuestra fe. Amén. Amén. Debéis rezar desde mañana hasta el domingo diez Padrenuestros meditando cada palabra y tomando conciencia de su significado como no lo habéis hecho hasta ahora y habrá mucha paz en vuestros corazones.
Es promesa del Señor.
(Mensaje de María del Rosario de San Nicolás)
Comentario:
¿Quién sabe cuánto tiempo de vida tengamos todavía para convertirnos? No dejemos para mañana nuestra conversión. Digamos como San Expedito: “Hoy”. Sí, porque hoy es el día en que debemos convertirnos y no dejar para mañana, porque mañana tal vez no llegue nunca. Es mucho lo que arriesgamos, porque si la muerte nos sorprende en pecado mortal, nos espera el Infierno como morada para siempre. ¿Pensamos en esto? ¿Nos parece que a nosotros no nos puede tocar eso? ¡Vigilemos y recemos, porque nadie está completamente seguro de que se salvará! Entonces obremos con temor y temblor nuestra salvación, confiando en la bondad de Dios y poniendo de nuestra parte TODO para ser mejores cristianos cada día. Nunca podemos decir que ya estamos convertidos, porque la conversión es un proceso de cada día, de cada hora. Volvamos al Señor si nos hemos apartado de Él, acerquémonos más a Él si estamos lejos, unámonos más a Dios si ya estamos unidos a Él. Recordemos que en la vida espiritual nunca uno queda en el mismo lugar, sino que o avanza o retrocede, pero nunca se queda estable. Luchemos por avanzar cada día, cada hora, en el amor al Señor y a los hermanos.