Yo pienso que una de las cosas que más amo acerca de la Kabbalah es que nos enseña que no es suficiente el satisfacernos a nosotros mismos. La verdadera satisfacción se da sólo cuando satisfacemos las necesidades de los demás.
Rav Menachem Mendel de Kotzk, el gran Kabbalista del siglo XVII, conocía muy bien las arteras maneras del ego. Era conocido por su brillantez abrasadora y su desgano para jugar los juegos del ego que la mayoría de nosotros practicamos [probablemente es por eso que sus compañeros de escuela lo llamaban "Mendel Negro"].
Éste es un maravilloso recordatorio de lo ocupados que podemos estar en nuestro "crecimiento espiritual". Muchos de nosotros nos engañamos pensando que nos estamos transformando. Sin encender hogueras para los demás, no puede haber crecimiento espiritual. Hoy te reto a observar tu vida y ver cuánto tiempo estás dedicando a calentar la vida de los demás.