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El esperar por una fuerza externa que despierte nuestra alegría y felicidad es precisamente lo que nos impide conseguir alegría y felicidad. La felicidad es una elección que hacemos y debemos continuar haciendo.
Pero, ¿qué haces cuando las condiciones de tu vida no son exactamente alegres? Los Kabbalistas recomiendan que finjas hasta lograrlo. En otras palabras, si no puedes encontrar la fuerza internamente, despiértala desde afuera.
Sonrie. Se siente bien. Cuando los músculos en tu cara se contraen, endorfinas son liberadas en tu corriente sanguínea, dándote ese sentimiento de bienestar. Ya sea que la sonrisa te la cause la vista de tu amante o porque sostienes en tus labios un bolígrafo como si fuese un hueso (prueba por ti mismo), el cuerpo percibe que estás sonriendo, y hace su parte.
Hoy, siéntete contento como si fuese tu trabajo. | |