Mi madre y maestra, Karen Berg, me enseñó que si cada día nos despertamos pensando que todo lo que poseemos es en calidad de préstamo y que todos formamos parte de una energía, una Luz, sería mucho más fácil ser feliz y darlo de vuelta. .
El Creador nos ha dado a cada uno de nosotros algo especial: un pedazo de Su divinidad. Si sólo pudiésemos comprender el potencial de estos dones, podríamos influenciar infinidad de destinos.
Hoy, vive con la conciencia que la siempre presente energía del Creador es tuya para conectarte con sólo entrar en ti mismo y sacarla para darla a alguien.