Decir que lo sientes no remueve el dolor de la otra persona. Pedir disculpas no evita que tengas la misma reacción nuevamente en diferentes circunstancias una o dos semanas más tarde. Para corregir el dolor que causaste a otro, debes erradicar la característica dentro de tí que te causó reaccionar en primer lugar.
En otras palabras, acepta y admite como ciertas esas pequeñas características desagradables que viven dentro de ti, sin importar cuanto te puede asustar este proceso. Una vez que superes el miedo de reconocer la parte más baja de ti mismo, entonces ve hacia la siguiente fase, que es trabajar muy duro para eliminar esas características de tu naturaleza.
Hoy, enfócate en una característica desagradable dentro de ti. Puede que no la elimines de un solo tiro, pero puedes iniciar el proceso de eliminación demoliéndolo con la Luz de la conciencia.