
AMAR A DIOS SOBRE TODAS LAS COSAS
Los
mandamientos más importantes que ha recibido el ser humano son dos: el
primero. amar a Dios con todo tu corazón. con toda tu alma. con toda tu
mente y con todas tus fuerzas; y el segundo. amar al prójimo como a ti
mismo. Si cumples estos mandamientos. cada cosa acontecerá con genuina
naturalidad y de la forma adecuada. No basta con ser un estricto
moralista: las piedras y las cabras nunca transgreden las leyes morales
y. sin embargo. no conocen a Dios. Pero cuando ames a Dios con la
suficiente profundidad. te transformarás y serás redimido. aunque seas
el mayor de los pecadores. La gran santa Mirabai solía decir: «Para
encontrar a Dios. lo único indispensable es el amor». Esta verdad me
conmovió profundamente.
Todos
los profetas observan estos dos mandamientos esenciales. Amar a Dios
con todo tu corazón significa amarle con el amor que sientes por la
persona más querida: con el amor de la madre o del padre por su hijo, o
con el amor que se profesan los amantes. Ofrécele a Dios esta clase de
amor incondicional. Amar a Dios con toda tu alma significa que puedes
verdaderamente amarle, cuando -por medio de la meditación" profunda- te
reconoces como un alma, un hijo de Dios, hecho a su imagen y semejanza.
Amar a Dios con toda tu mente significa que cuando estás orando, toda
tu atención está puesta en Él, sin que la distraigan los pensamientos
inquietos. Durante la meditación, piensa sólo en Dios; no dejes que tu
mente se fije en otra cosa que no sea Dios. Por eso es importante el
yoga: porque te permite concentrarte. Cuando, por medio del yoga,
retiras la inquieta fuerza vital de los nervios sensoriales y logras
interiorizarte con el pensamiento absorto en Dios, puedes asegurar que
realmente le estás amando con todas tus fuerzas, pues tu ser entero
está concentrado en Él.
LUNASOL

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