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El tiempo pasa y es inexorable el descenso al espacio del silencio. Mi corazón se muestra vulnerable, a veces esquivar los años pienso.
Quisiera revestirme de verano, vivir de fantasías y quimeras, y de amor y de vida darme un baño, cubrirme de utopías pasajeras.
Espesa nieve cubre mi cabello, las grietas en mi rostro ya se notan, en mi viaje complacida me llevo vivencias, tesoros que se valoran. Se acabaron los sueños en mi vida, desciendo la pendiente vacilante, voy sola, se apresura mi partida, es inevitable, he de ser valiente.
Yace la pasión en mí, moribunda, no puedo aplazar más la despedida, la sensatez inunda ya mi mundo, debo al ocaso dar la bienvenida.
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