1. Todos los seres humanos tienen por lo menos dos ángeles directamente conectados con ellos. Algunos de nosotros tenemos muchos más.
2. Los ángeles no tienen forma. Se nos aparecen de manera diferente dependiendo de cómo y en qué creamos.
3. Los ángeles utilizan una forma manifiesta como vehículo para establecer la comunicación.
Esto se debe a que es extremadamente difícil para nosotros como humanos establecer una
comunicación con seres “superiores” y creer en dicha comunicación si no podemos “ver” o por lo
menos imaginarnos a aquel con quien estamos hablando. La imagen de seres parecidos a humanos
con alas no es el estado natural de los ángeles, pero suelen usar esa forma porque a nosotros nos resulta más fácil de aceptar.
4. Los ángeles viven primigeniamente en otra dimensión, pero pueden pasar a este mundo.
5. Los ángeles con los que se está conectado son, literalmente, tú en otro nivel de existencia. No son “algo” o “alguien” separado de ti. Ángeles es lo que somos.
Para mí, los ángeles son parte de lo que muchas tradiciones espirituales llaman el Ser Superior.
Como he aprendido, y tal y como lo he vivido, existimos en muchos otros niveles físicos de la vida.
Y los aspectos del Ser en esos otros niveles se conocen, de manera colectiva, como tu “Ser Superior”.
Desde este punto de vista, nuestro Ser Superior tiene otro Ser Superior, y así sucesivamente, componiendo una cadena que se dirige hacia Dios, la Fuente de Vida.
Y los ángeles son la conexión más próxima que tiene la humanidad en esa cadena de la conciencia. Además –
y quizás sea más importante – de todos los seres superiores, los ángeles son los que nos resulta más fácil percibir y con los que nos es más sencillo comunicarnos.
Jesús, el Hijo de Dios, hablaba con los ángeles. También lo hicieron Moisés, Mahoma y Abraham.
¡Tú también puedes hacerlo!