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MURIÓ
SENTIDO COMUN
Hoy
lloramos la muerte de un querido amigo: SENTIDO COMÚN, que ha estado entre
nosotros durante muchos años. Nadie sabe a ciencia cierta qué edad tenía, puesto
que los datos sobre su nacimiento hace mucho que se han perdido en los
vericuetos de la burocracia.
Será
recordado por haber sabido cultivar lecciones tan valiosas como que “hay que
trabajar para poder tener un techo propio” y que “se necesita leer todos los
días un poco”; para saber por qué los pájaros que madrugan consiguen lombrices y
también para reconocer la validez de frases tales como: “la vida no siempre es
justa” y “tal vez haya sido yo el culpable”.
Sentido Común vivió bajo simples y eficaces consignas:
(“no gastes más de lo que ganas”) y estrategias parentales confiables (“los
adultos, no los niños, están a cargo”).
Su
salud comenzó a deteriorarse rápidamente cuando se aplicaron reglas bien
intencionadas, pero ineficaces: informes respecto de un niño de seis años
acusado de abuso sexual por haber dado un beso a una compañera de clase;
adolescentes que debieron irse a otro colegio por haber denunciado a un
compañero distribuidor de droga y una maestra despedida por reprender a un
alumno indisciplinado, sólo hicieron que empeorara su
condición.
Sentido Común perdió terreno cuando los padres atacaron a
los maestros sólo por hacer el trabajo en el que ellos fracasaron: disciplinar a
sus ingobernables hijos.
Declinó aún más cuando las escuelas debieron requerir un
permiso de los padres para administrar una aspirina, poner protector solar o
colocar una curita a un alumno o cambiar un pañal, aunque eso sí, tenían
prohibido informar a los padres si una alumna estaba embarazada y menos, si
quería abortar.
Sentido Común perdió el deseo de vivir cuando los Diez
Mandamientos se convirtieron en material risible, algunas iglesias en infames
negocios y cuando los criminales empezaron a recibir mejor trato que sus
víctimas.
Para
Sentido Común fue un duro golpe saber que uno ya no puede defenderse de un
ladrón en su propia casa, pero si que el ladrón pueda demandarnos por agresión y
que si un policía mata a un ladrón, incluso si éste estaba armado, sea
inmediatamente investigado por exceso de defensa o acusado de gatillo
fácil.
La
muerte de Sentido Común fue precedida por la de sus padres: Verdad y Confianza,
la de su esposa Discreción, la de sus hijas Responsabilidad y Justicia y la de
su hijo Raciocinio.
Lo
sobreviven sus espantosos hermanastros: Llamen a mi abogado, Yo no fui No te
metás y Soy Una Víctima de la Sociedad…
No
hubo mucha gente en su funeral, porque muy pocos se enteraron de que se había
ido. Si aún lo recuerdas, reenvía este escrito. Caso contrario, únete a la
mayoría… no hagas nada…
D/A
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