La
niña de la luna
Vicente Herrera Márquez
Ayer,
niña pequeña, jugaba con la luna,
le
mostraba sus juegos, la invitaba a su cuarto.
Cuando crecía la contemplaba
extasiada,
le
susurraba poemas, le contaba sus romances.
Ahora, niña grande, la luna es el espejo en que se
mira,
hoy
es su confidente, su amiga y compañera.
Por
las noches cantan, ríen, lloran y discuten de la
vida,
hablan de los hombres, también
filosofía.
Beben
caipiriñas y danzan con velos color noche,
ríen
con chismes y tonteras, también lloran por amor.
Cuando ríen, a carcajadas, hacen coro las
estrellas
junto
a todas las voces que se esconden en la noche.
Cuando cantan, con ellas, canta el viento con voz de
tenor,
mientras las luciérnagas titilan poniendo ritmo a la
canción.
…Y
cuando lloran…
¡Ayyy
cuando lloran!
Cuando lloran las cubren nubes de
tormenta,
que
al mezclarse con lágrimas de niña y luna
caen
en diluvio por los campos y se hacen torrentes
que
riegan el trigo y arrasan riberas con las penas de la
niña.
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