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Quince minutos con el Divino Niño Jesús
Divino Niño Jesús, sé muy bien que las buenas obras no son por mérito mío sino por tu bendición sobre ellas y sobre mí, es por eso que hoy vengo a pedirte la gracia de que me des tu bendición en abundancia, para que yo pueda realizar la misión que tú, desde toda la eternidad, me has encomendado para que lleve a cabo en la tierra.
¡Bendito Niño Jesús!, te doy gracias por todos los cuidados que has tenido durante mi vida, y por las gracias que, a manos llenas, has derramado sobre mí y sobre los míos.
Si me pongo a contar y enumerar los favores recibidos de tus manitos generosas, la verdad es que no los puedo contar, porque son incontables. Y yo solo veo los favores visibles, pero se me escapan los favores espirituales e invisibles que me has hecho, y que solo conoceré en el Cielo, cuando a tu lado vea asombrado el camino por el que me has conducido sabia y amorosamente.
¡Bendito Niño!, no te olvides de mí. Aunque yo me olvide de ti, tú no te olvides de mí. Porque el demonio es muy fuerte y me odia sobremanera, porque ve que te amo y que estoy tratando de seguir tu camino, y entonces desfoga todo su odio contra mí y contra los míos. Por eso quiero pedirte hoy que uses de todo tu poder para protegerme de este ser infernal y de todos los demonios.
¡Gracias Divino Niño Jesús!, te prometo amarte siempre, con tu ayuda, en el tiempo y en la eternidad.