Muchos de nosotros vivimos nuestra existencia como si el propósito secreto fuese, de alguna manera, lograr acabarlo todo. Nos vamos a dormir tarde, nos levantamos temprano, evitamos divertirnos y hacemos esperar a nuestros seres queridos. A menudo nos convencemos de que nuestra obsesión por la lista de cosas “por hacer” es sólo transitoria, y de que una vez que hayamos cumplido con esa lista estaremos serenos y felices. Pero, en realidad, raras veces sucede así. A medida que tachamos cosas, simplemente las reemplazamos por otras nuevas.
Por naturaleza, tu “carpeta de cuestiones pendientes” está destinada a contener las cosas que deben llevarse a cabo: su finalidad no es quedar vacía. Siempre habrá llamadas que hacer, proyectos que acabar y trabajo por realizar. De hecho, puede argumentarse que una “carpeta de cuestiones pendientes” llena es esencial para el éxito. ¡Porque eso significa que estás muy solicitado!
Sin embargo, con independencia de quién seas y de lo que hagas, recuerda que nada en el mundo es más importante que tu felicidad y paz interior, y las de tus seres amados. ¡Si estás obsesionado por acabarlo todo! Nunca tendrás una sensación de bienestar ¡En realidad, casi todo puede esperar! Son muy pocas las cosas de nuestra vida laboral que entran de verdad en la categoría de "“urgencias"”.Concentrado las cosas quedaran acabadas a tiempo.
Yo he descubierto que si me recuerdo (con frecuencia) que el propósito de la vida no es en absoluto conseguir hacerlo todo, sino disfrutar cada paso del camino y vivir una existencia llena de afecto, me resulta mucho más fácil controlar mi obsesión de acabar con la lista de cosas por hacer. Recuerda que cuando mueras aún habrá asuntos inconclusos de los que ocuparse. ¿Y sabes qué? ¡Alguna otra persona lo hará por ti! No desperdicies más preciosos momentos de tu vida lamentando lo inevitable. D/A
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