Ya no soy el
hombre de la pasión helada; ahora yo soy ése que sabe lo que siente; ya le
doy valor sólo a cada día presente y a mi alma que está de ella
enamorada.
En versos de ella queda todo mi amor grabado; ya no soy
cobarde, pero un hombre valiente; me domina la soledad si ella no está
presente y mi único deseo es ser por ella siempre amado.
Enamorada se
siente mi alma en ella dulcemente encarcelada como si fuera una enfermedad
que jamás deseo sea curada. La quiero a ella solamente para mí con todo deseo
y egoísmo.
Enamorado sé que mi vida sin ella sería sólo un abismo; sin
ella aun con muchas riquezas no tendría yo nada ni podría jamás sentirme en
el mañana como el mismo.