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De: perladelmar (Mensaje original) |
Enviado: 01/11/2010 00:48 |
Quince minutos con el Divino Niño Jesús
Quince minutos con el Divino Niño Jesús Divino Niño Jesús, hoy vengo a pedirte tu bendición sobre todos mis proyectos y mis cosas, porque sé que el éxito en mis empresas no me viene por mi esfuerzo, sino por tu bendición sobre ellas. Tú quieres que ponga todo mi empeño para hacerlas bien, pero yo sé muy bien que si tú no das tu bendición sobre ellas, están destinadas al fracaso. Y hoy quiero pedirte especialmente, Divino Niño Jesús de mi corazón, que me des tu bendición al fin de mi vida. Sí, porque sé muy bien que tú serás mi Juez, y en el momento de mi muerte me darás tu bendición o maldición eterna, según cómo haya muerto, si en gracia de Dios o en pecado mortal respectivamente. Tiemblo de terror de solo pensar que existe la posibilidad de recibir de ti la maldición eterna. ¡Qué horror sería para mí! ¡Tendría que odiarte por toda la eternidad en el Infierno! ¡No lo permitas, Divino Niño, sino guíame por la vida de tal forma que siempre cumpla tus mandamientos y al final muera en tu gracia, para recibir tu bendición que me haga feliz para siempre contigo en el Cielo! Divino Niño, ten compasión de mí, que soy un pobrecito pecador, y a quien el demonio a veces utiliza como un títere. No te enojes conmigo, sino usa de tu infinita misericordia para perdonarme y darme más fuerzas para no caer la próxima vez. Niñito Jesús de mi corazón, te amo con toda mi alma y espero siempre en ti. Aunque el mundo se desplome y sucedan los más extraños fenómenos en el cielo y en la tierra, yo siempre confiaré en ti, que eres quien domina el universo.
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Quince minutos con el Divino Niño Jesús
Quince minutos con el Divino Niño Jesús Divino Niño Jesús, hoy vengo a pedirte tu bendición sobre todos mis proyectos y mis cosas, porque sé que el éxito en mis empresas no me viene por mi esfuerzo, sino por tu bendición sobre ellas. Tú quieres que ponga todo mi empeño para hacerlas bien, pero yo sé muy bien que si tú no das tu bendición sobre ellas, están destinadas al fracaso. Y hoy quiero pedirte especialmente, Divino Niño Jesús de mi corazón, que me des tu bendición al fin de mi vida. Sí, porque sé muy bien que tú serás mi Juez, y en el momento de mi muerte me darás tu bendición o maldición eterna, según cómo haya muerto, si en gracia de Dios o en pecado mortal respectivamente. Tiemblo de terror de solo pensar que existe la posibilidad de recibir de ti la maldición eterna. ¡Qué horror sería para mí! ¡Tendría que odiarte por toda la eternidad en el Infierno! ¡No lo permitas, Divino Niño, sino guíame por la vida de tal forma que siempre cumpla tus mandamientos y al final muera en tu gracia, para recibir tu bendición que me haga feliz para siempre contigo en el Cielo! Divino Niño, ten compasión de mí, que soy un pobrecito pecador, y a quien el demonio a veces utiliza como un títere. No te enojes conmigo, sino usa de tu infinita misericordia para perdonarme y darme más fuerzas para no caer la próxima vez. Niñito Jesús de mi corazón, te amo con toda mi alma y espero siempre en ti. Aunque el mundo se desplome y sucedan los más extraños fenómenos en el cielo y en la tierra, yo siempre confiaré en ti, que eres quien domina el universo.
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Quince minutos con el Divino Niño Jesús
Quince minutos con el Divino Niño Jesús Divino Niño Jesús, hoy vengo a pedirte tu bendición sobre todos mis proyectos y mis cosas, porque sé que el éxito en mis empresas no me viene por mi esfuerzo, sino por tu bendición sobre ellas. Tú quieres que ponga todo mi empeño para hacerlas bien, pero yo sé muy bien que si tú no das tu bendición sobre ellas, están destinadas al fracaso. Y hoy quiero pedirte especialmente, Divino Niño Jesús de mi corazón, que me des tu bendición al fin de mi vida. Sí, porque sé muy bien que tú serás mi Juez, y en el momento de mi muerte me darás tu bendición o maldición eterna, según cómo haya muerto, si en gracia de Dios o en pecado mortal respectivamente. Tiemblo de terror de solo pensar que existe la posibilidad de recibir de ti la maldición eterna. ¡Qué horror sería para mí! ¡Tendría que odiarte por toda la eternidad en el Infierno! ¡No lo permitas, Divino Niño, sino guíame por la vida de tal forma que siempre cumpla tus mandamientos y al final muera en tu gracia, para recibir tu bendición que me haga feliz para siempre contigo en el Cielo! Divino Niño, ten compasión de mí, que soy un pobrecito pecador, y a quien el demonio a veces utiliza como un títere. No te enojes conmigo, sino usa de tu infinita misericordia para perdonarme y darme más fuerzas para no caer la próxima vez. Niñito Jesús de mi corazón, te amo con toda mi alma y espero siempre en ti. Aunque el mundo se desplome y sucedan los más extraños fenómenos en el cielo y en la tierra, yo siempre confiaré en ti, que eres quien domina el universo.
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Quince minutos con el Divino Niño Jesús
Quince minutos con el Divino Niño Jesús Divino Niño Jesús, hoy vengo a pedirte tu bendición sobre todos mis proyectos y mis cosas, porque sé que el éxito en mis empresas no me viene por mi esfuerzo, sino por tu bendición sobre ellas. Tú quieres que ponga todo mi empeño para hacerlas bien, pero yo sé muy bien que si tú no das tu bendición sobre ellas, están destinadas al fracaso. Y hoy quiero pedirte especialmente, Divino Niño Jesús de mi corazón, que me des tu bendición al fin de mi vida. Sí, porque sé muy bien que tú serás mi Juez, y en el momento de mi muerte me darás tu bendición o maldición eterna, según cómo haya muerto, si en gracia de Dios o en pecado mortal respectivamente. Tiemblo de terror de solo pensar que existe la posibilidad de recibir de ti la maldición eterna. ¡Qué horror sería para mí! ¡Tendría que odiarte por toda la eternidad en el Infierno! ¡No lo permitas, Divino Niño, sino guíame por la vida de tal forma que siempre cumpla tus mandamientos y al final muera en tu gracia, para recibir tu bendición que me haga feliz para siempre contigo en el Cielo! Divino Niño, ten compasión de mí, que soy un pobrecito pecador, y a quien el demonio a veces utiliza como un títere. No te enojes conmigo, sino usa de tu infinita misericordia para perdonarme y darme más fuerzas para no caer la próxima vez. Niñito Jesús de mi corazón, te amo con toda mi alma y espero siempre en ti. Aunque el mundo se desplome y sucedan los más extraños fenómenos en el cielo y en la tierra, yo siempre confiaré en ti, que eres quien domina el universo.
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Quince minutos con el Divino Niño Jesús
Quince minutos con el Divino Niño Jesús Divino Niño Jesús, hoy vengo a pedirte tu bendición sobre todos mis proyectos y mis cosas, porque sé que el éxito en mis empresas no me viene por mi esfuerzo, sino por tu bendición sobre ellas. Tú quieres que ponga todo mi empeño para hacerlas bien, pero yo sé muy bien que si tú no das tu bendición sobre ellas, están destinadas al fracaso. Y hoy quiero pedirte especialmente, Divino Niño Jesús de mi corazón, que me des tu bendición al fin de mi vida. Sí, porque sé muy bien que tú serás mi Juez, y en el momento de mi muerte me darás tu bendición o maldición eterna, según cómo haya muerto, si en gracia de Dios o en pecado mortal respectivamente. Tiemblo de terror de solo pensar que existe la posibilidad de recibir de ti la maldición eterna. ¡Qué horror sería para mí! ¡Tendría que odiarte por toda la eternidad en el Infierno! ¡No lo permitas, Divino Niño, sino guíame por la vida de tal forma que siempre cumpla tus mandamientos y al final muera en tu gracia, para recibir tu bendición que me haga feliz para siempre contigo en el Cielo! Divino Niño, ten compasión de mí, que soy un pobrecito pecador, y a quien el demonio a veces utiliza como un títere. No te enojes conmigo, sino usa de tu infinita misericordia para perdonarme y darme más fuerzas para no caer la próxima vez. Niñito Jesús de mi corazón, te amo con toda mi alma y espero siempre en ti. Aunque el mundo se desplome y sucedan los más extraños fenómenos en el cielo y en la tierra, yo siempre confiaré en ti, que eres quien domina el universo.
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Quince minutos con el Divino Niño Jesús
Quince minutos con el Divino Niño Jesús Divino Niño Jesús, hoy vengo a pedirte tu bendición sobre todos mis proyectos y mis cosas, porque sé que el éxito en mis empresas no me viene por mi esfuerzo, sino por tu bendición sobre ellas. Tú quieres que ponga todo mi empeño para hacerlas bien, pero yo sé muy bien que si tú no das tu bendición sobre ellas, están destinadas al fracaso. Y hoy quiero pedirte especialmente, Divino Niño Jesús de mi corazón, que me des tu bendición al fin de mi vida. Sí, porque sé muy bien que tú serás mi Juez, y en el momento de mi muerte me darás tu bendición o maldición eterna, según cómo haya muerto, si en gracia de Dios o en pecado mortal respectivamente. Tiemblo de terror de solo pensar que existe la posibilidad de recibir de ti la maldición eterna. ¡Qué horror sería para mí! ¡Tendría que odiarte por toda la eternidad en el Infierno! ¡No lo permitas, Divino Niño, sino guíame por la vida de tal forma que siempre cumpla tus mandamientos y al final muera en tu gracia, para recibir tu bendición que me haga feliz para siempre contigo en el Cielo! Divino Niño, ten compasión de mí, que soy un pobrecito pecador, y a quien el demonio a veces utiliza como un títere. No te enojes conmigo, sino usa de tu infinita misericordia para perdonarme y darme más fuerzas para no caer la próxima vez. Niñito Jesús de mi corazón, te amo con toda mi alma y espero siempre en ti. Aunque el mundo se desplome y sucedan los más extraños fenómenos en el cielo y en la tierra, yo siempre confiaré en ti, que eres quien domina el universo.
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Quince minutos con el Divino Niño Jesús Divino Niño Jesús, hoy vengo a pedirte tu bendición sobre todos mis proyectos y mis cosas, porque sé que el éxito en mis empresas no me viene por mi esfuerzo, sino por tu bendición sobre ellas. Tú quieres que ponga todo mi empeño para hacerlas bien, pero yo sé muy bien que si tú no das tu bendición sobre ellas, están destinadas al fracaso. Y hoy quiero pedirte especialmente, Divino Niño Jesús de mi corazón, que me des tu bendición al fin de mi vida. Sí, porque sé muy bien que tú serás mi Juez, y en el momento de mi muerte me darás tu bendición o maldición eterna, según cómo haya muerto, si en gracia de Dios o en pecado mortal respectivamente. Tiemblo de terror de solo pensar que existe la posibilidad de recibir de ti la maldición eterna. ¡Qué horror sería para mí! ¡Tendría que odiarte por toda la eternidad en el Infierno! ¡No lo permitas, Divino Niño, sino guíame por la vida de tal forma que siempre cumpla tus mandamientos y al final muera en tu gracia, para recibir tu bendición que me haga feliz para siempre contigo en el Cielo! Divino Niño, ten compasión de mí, que soy un pobrecito pecador, y a quien el demonio a veces utiliza como un títere. No te enojes conmigo, sino usa de tu infinita misericordia para perdonarme y darme más fuerzas para no caer la próxima vez. Niñito Jesús de mi corazón, te amo con toda mi alma y espero siempre en ti. Aunque el mundo se desplome y sucedan los más extraños fenómenos en el cielo y en la tierra, yo siempre confiaré en ti, que eres quien domina el universo.
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