Nunca dejes de soñarme amado mío ni tampoco de llamarme si hace frío nunca dejes de mirarme... de buscarme si has perdido las caricias que te he dado y los besos recibidos en las olas del verano en las aguas de los ríos...
¡¡¡Nunca dejes de quererme
AMADO MÍO!!!
Nunca dejes de quererme con la fuerza de quien sabe que para amar eternamente nada tienes ni te vale solo el corazón desnudo y la fe de los mortales en la entrega de uno mismo con faltas y cualidades.