los ideales que deseas conseguir. Nunca me preocuparé porque mis metas sean demasiado elevadas, porque mis metas sean demasiadas porque es preferible apuntarle a una águila y darle a una golondrina que darle a la vaca del vecino: "Hay que aspirar a ser Papa, para llegar a ser sacristán", decían los antiguos... Y por algo lo dirán. “Tú puedes mucho más”. “Ánimo: no todo está pérdido”. “Adelante, que a la vuelta de la esquina puede estarnos esperando el éxito”...
No cometas nunca el terrible crimen de creer que las grandes metas no se hicieron para ti y que los grandes ideales son únicamente para otros.