Tus ojos, que son luceros ya no
me alumbran. Tu boca que fue mi gloria, ¿quién besará? Ausente tu de mi
lado, sólo hay penumbras, mi alma se desespera de soledad. Bien sé que
ya te perdí, amor de mi vida, mis sueños se desvanecen por siempre ya. Y
sin embargo mi alma no se resigna perderte, aunque es tan cruda la realidad.
Se fue para siempre, tal vez
llorando nuestro amor. Quizá sea su sueño también, volver a
encontrarnos los dos.
Tu voz de alondra gentil, hoy ya
no me canta. Tus manos tan pequeñitas, busco también. Tu recuerdo como
espina se clava en mi alma,
qué triste saberme lejos de tí, mi bien. Bién sé que ya
te perdí, amor de mi vida, mis sueños se desvanecen por siempre ya y sin
embargo mi alma no se resigna perderte, aunque es tan cruda la realidad.