entonces
hablé con Dios: Me
quejé de lo que me salió mal en el trabajo,
pero
no agradecí mis manos
para trabajar. Me
quejé de tener que soportar el ruido de mis hermanos,
mas
no agradecí
por tener una familia. Me
quejé cuando no había lo que más
me
gustaba para comer,
pero
olvidé
agradecer por tener que comer. Me
quejé por mi salario, cuando miles ni siquiera tienen
uno. Me
quejé porque no apagaban la luz de mi cuarto al buscar
unos libros,
pero no pensé en que muchos no tienen hogar donde tener
las luces
encendidas. Me
quejé por no poder dormir 10 minutos más, olvidando a
quienes darían
todo por tener su cuerpo sano poder levantarse. Me
quejé por tener que trabajar al día siguiente, olvidando
que muchos
no tienen trabajo que les permita llevar sustento a su familia.
Me
quejé porque mi madre me reprendía, cuando millones
desearían tenerla
viva para poder honrarla y abrazarla. Me
quejé pues tenía que dar una charla sobre Jesús a unos
jóvenes, olvidando
el privilegio que es poder hablar a otros de su amor. Dios
me mostró en aquel momento la verdad y entonces comprendí
lo ingrato
que he sido con Él, y comencé a agradecer por las cosas
que había
olvidado, y aún más de aquellas por las que tanto me
quejaba. "Ya
que han resucitado con Cristo, busquen las cosas de
arriba, donde
está Cristo sentado a la derecha de Dios. Concentren
su atención
en las cosas de arriba, no en las de la tierra, pues ustedes
han muerto y su vida está escondida con Cristo en
Dios. Cuando
Cristo, que es la vida de ustedes, se manifieste,
entonces también
ustedes serán manifestados con él en gloria. Por
tanto, hagan
morir todo lo que es propio de la naturaleza terrenal: inmoralidad
sexual, impureza, bajas pasiones, malos deseos y avaricia,
la cual es idolatría. Por estas cosas viene el castigo
de Dios.
Ustedes las practicaron en otro tiempo, cuando vivían
en ellas.
Pero ahora abandonen también todo esto: enojo, ira, malicia,
calumnia y lenguaje obsceno. Dejen de mentirse unos a otros,
ahora que se han quitado el ropaje de la vieja naturaleza
con sus
vicios, y se han puesto el de la nueva naturaleza, que se
va renovando
en conocimiento a imagen de su Creador" Colosenses 3:1-10.